Las inspecciones a los acogidos a la amnistía fiscal solo dejan 182 millones

Ana Balseiro
ana balseiro GIJÓN / LA VOZ

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Sergio Barrenechea | EFE

La Agencia Tributaria defiende que «hay recorrido» en la lucha contra el fraude

22 oct 2016 . Actualizado a las 10:27 h.

La Agencia Tributaria ha liquidado apenas 182 millones de euros por las inspecciones realizadas desde el 2013 hasta la actualidad entre quienes se acogieron a la amnistía fiscal. Los datos los facilitó ayer en Gijón el director de la AEAT, Santiago Menéndez, durante la clausura del vigesimosexto Congreso Nacional de la Asociación Profesional de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE). Allí subrayó la importancia de la información tributaria obtenida a raíz de la amnistía y del modelo 720 de declaración de bienes en el extranjero. Ahora hay que «explotar» esos datos para, «en su caso, delimitar perfiles de riesgo fiscal y llevar a cabo las actuaciones de comprobación que sean pertinentes».

Los referidos 182 millones son los que el fisco ha liquidado hasta el momento -su cobro está garantizado, según fuentes de la Agencia, pero no implica que estén abonados, ya que pueden estar sometidos a aplazamientos de pago- derivados de las 3.413 inspecciones realizadas en estos casi tres años a los contribuyentes que se acogieron a la amnistía (el modelo 750, de declaración tributaria especial), y que han permitido aflorar un total de 238 millones de euros en términos de deuda instruida.

Menéndez también se refirió a las 2.214 inspecciones realizadas a quienes presentaron ambos modelos, el 750 y el 720 -amnistía fiscal y declaración de bienes en el exterior-, con las que han aflorado 162 millones, de los que 122 están ya liquidados.

Sin cambio a los amnistiados

Respecto a la posible aplicación por parte de la Agencia Tributaria de la proposición no de ley aprobada por el Congreso, a resultas del pacto alcanzado entre el PP y Ciudadanos, para que quienes se acogieron a la regularización fiscal pagaran al fisco el 10 % de lo aflorado en lugar del 3 % que se recaudó, el director del organismo indicó que no ha habido cambio normativo alguno, por lo que tampoco se han producido cambios en su aplicación. «Nosotros usamos los procedimientos legalmente establecidos. Nos limitamos a aplicar lo que existe», manifestó Menéndez a preguntas de los medios.

Así, subrayó que «con el 750, y con el 720 aún más, lo que ha habido es un importante afloramiento de patrimonio y ensanchamiento de las bases imponibles», añadiendo que «para la AEAT es un reto importantísimo mirar al futuro y no estancarse en el pasado y, por tanto, ser capaces de explotar toda la información disponible».

Tanto es así, que desde el organismo sostienen que los datos que se conocieron gracias a la amnistía fiscal fueron «determinantes» para el éxito de algunas de las más importantes operaciones contra el fraude fiscal realizadas en los últimos meses, como las operaciones Lechazo o Presunto, en restaurantes y empresas del sector cárnico respectivamente, que destaparon el uso de software de doble contabilidad para eludir al fisco.

En cuanto a la recaudación histórica de la lucha contra el fraude registrada el pasado año -más de 15.600 millones de euros que los inspectores creen «difícil» batir en este ejercicio-, Menéndez se mostró más optimista, asegurando que contra el fraude «tendremos recorrido siempre».

«Este año es exigente. Además hemos tenido que subir el compromiso de los resultados a mediados de año, pero vamos bien», zanjó.

Los exdirectores piden más independencia para la AEAT

Tres exdirectores generales de la Agencia Tributaria -Abelardo Delgado, Salvador Ruiz Gallud y José Manuel López Carbajo- analizaron en la jornada de clausura del congreso los retos de futuro de la organización y coincidieron en señalar como los principales: más independencia y también más medios para poder desarrollar con eficacia su labor.

«La AEAT necesita un estatuto legal que garantice su imparcialidad y su independencia», apuntó Delgado, que fue el primer responsable del organismo en 1992, prácticamente recién creado. «En 1991 no nos lo planteábamos, pero hoy es fundamental», insistió, en referencia a la importancia de contar con una Agencia Tributaria «independiente» e «imparcial».

Para ello abogó por tener unos directivos «inamovibles», que no roten con el Gobierno de turno -aunque el director lo haga-, además de independencia presupuestaria. Lamentó, además, la falta de medios de la que adolece y que, por ejemplo, convierte al Tribunal Económico-Administrativo (TEAC) «en el más lento». Su diagnóstico lo compartieron también Ruiz Gallud (director en el 2001) y López Carbajo (responsable en el 2010). El primero puso el foco sobre la necesidad de una mayor integración entre departamentos y más coordinación con las Agencias Tributarias autonómicas. Especialmente crítico se mostró con las forales, a las que calificó de «problema» y sobre las que dijo que, aunque no sea políticamente correcto, deberían «retornar a una mayor integración estatal».

Igualmente defendió la necesidad de fomentar el cumplimiento voluntario de los contribuyentes en lugar del exceso de control.

«Se trata de ir hacia un modelo de Agencia con más autonomía y con más responsabilidad», resumió López Carbajo, destacando la importancia de que la AEAT diseñe planes de control tributario lejos del cortoplacismo. No podemos trabajar pensando solo en el día a día, en cerrar inspecciones y aportar al baremo. Necesitamos visión a largo plazo. Aunque no sea fácil de hacer, tenemos gente capaz», dijo.