Pescanova ofrece negociación a unos sindicatos cerrados en banda a ajustar jornada y sueldo

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

ACTUALIDAD

Jacobo González Robato, durante la junta general de accionistas de Nueva Pescanova
Jacobo González Robato, durante la junta general de accionistas de Nueva Pescanova M.MORALEJO

Todas las centrales del grupo movilizan a la plantilla para preparar «una respuesta contundente»

19 ene 2017 . Actualizado a las 08:06 h.

La paz social que no se quebró durante tres largos años de lucha por la supervivencia de Pescanova, con concurso de acreedores por medio y la práctica totalidad de la antigua dirección en el banquillo a la espera de juicio, está a punto de saltar por los aires. El detonante es el bloqueo en la negociación del convenio colectivo, que arrancó en abril del 2016 y que, después de tantos meses, está en un callejón sin salida.

Ayer se produjo un hecho inédito. Fue la primera vez que los sindicatos con representación en el grupo que preside Jacobo González-Robatto salieron a decir no a la dirección del grupo. UGT, CIG, CUT y USO lo hicieron juntos en una rueda de prensa. CC. OO., mayoritario en la compañía, a través de un comunicado. Todos manifestaron su rechazo a una propuesta de convenio que, según denuncian, «va a precarizar las condiciones laborales de los trabajadores».

La presión para el consejero delegado de Pescanova, Ignacio González, es alta, ya que la propuesta de ajuste forma parte de su plan de gestión para reducir la masa salarial en un 10 % y racionalizar los costes. El objetivo marcado es ahorrar 35 millones (no solo en mano de obra) hasta el 2020.

Voluntad de diálogo

Pero los representantes de los trabajadores se lo están poniendo muy difícil, de ahí que la propia empresa se viera obligada ayer a emitir un comunicado interno para manifestar a la plantilla su «voluntad negociadora y de diálogo».

¿Por qué hay tanto malestar sindical? Según las centrales que comparecieron, la intención de Pescanova es que los convenios que se firmen tengan una duración de 5 años (2016-2020) y establezcan nuevas categorías laborales que los sindicatos califican de «tercermundistas». La idea es que los trabajadores que se incorporen a la empresa tras la entrada en vigor del acuerdo perciban un salario bruto anual de 12.260 euros (unos 875 euros brutos al mes), que se elevará en 1.500 euros a los tres años. «Esto supondrá una pérdida de poder adquisitivo de entre 3.000 e 3.500 euros anuales», denunciaron.

Tampoco están los sindicatos por la labor de aceptar «aumentos de entre 12 y 16 horas anuales en las jornadas laborales», que pasarían a incluir los sábados y los domingos.

Las cuatro centrales han convocado a los trabajadores a una asamblea para este próximo sábado, en la que no descartan fijar un calendario de movilizaciones para dar «una respuesta contundente» a la propuesta de «trabajar más horas y ganar menos dinero».

CC. OO., por su parte, avanza su intención de convocar a todos los sindicatos para planificar medidas de presión.