La compra sube 12 veces más que las pensiones

f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

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DANIEL R. PORTELASENÉN ROUCO

El coste de la vida cierra enero con un incremento anual del 3 %, el más alto desde octubre del 2012, mientras que los jubilados vieron cómo su nómina se revalorizaba un ridículo 0,25 %

16 feb 2017 . Actualizado a las 11:12 h.

La fulgurante escalada del precio del petróleo en el último año, de un 100 %, ha desbaratados por completo el ya maltrecho poder adquisitivo de los españoles. El coste de la vida subió en enero un 3 % en comparación con el mismo mes del 2016. Se trata de la mayor tasa anual desde octubre del 2012. El Instituto Nacional de Estadística publicó ayer el dato definitivo del índice de precios al consumo (IPC) del mes pasado y también las razones de tal alza de la inflación. Las principales, los estirones de los carburantes -arrastrados por el petróleo- y de la electricidad. Según el INE, la factura de la luz de los consumidores fue el gasto que más se disparó en los últimos doce meses. Lo hizo un 26 %, seguida de cerca por los carburantes y combustibles, un 14. Hubo un tercer elemento en juego: el precio de las legumbres y las hortalizas frescas, salvo las patatas, que aumentó un 18 %.

Todos estos porcentajes de vértigo contrastan poderosamente con el ridículo 0,25 % de subida de las pensiones aprobado por el Gobierno; y con el 1,2 % de incremento de los salarios pactados en convenio. De este modo, el coste de la vida subió doce veces más que los ingresos de los jubilados y el triple que los sueldos.

Algo mejor parados saldrán, paradójicamente, los trabajadores que cobren el salario mínimo, que en enero aumentó un histórico 8 %, esto es, 2,6 veces más que el coste de la vida.

La electricidad alcanzó en enero un precio histórico en el mercado mayorista, que repercutió directamente sobre un tercio de la factura de la luz. El alza se produjo, entre otros factores, por el incremento de las cotizaciones del gas natural en los mercados internacionales. Ese combustible es el que precisan las centrales de ciclo combinado para generar electricidad y en enero funcionaron más de lo habitual para suplir la falta de renovables por la sequía y la ausencia de viento.

Galicia, en cabeza

En la comunidad, enero acabó con una inflación anual del 3,2 %, solo superada por Castilla y León (3,4) y Valencia (3,3).

El Gobierno asegura que la elevada inflación «va a remitir» y que en el segundo trimestre se desinflará, según la secretaria de Estado de Economía, Irene Garrido. No opina lo mismo la patronal CEOE, que asegura que la inflación se mantendrá en el entorno del 3 % hasta junio. A partir de ahí moderará su escalada y acabará el año en el 1 %, por lo que insiste en mantener la moderación salarial. CC. OO. y UGT se apresuraron a reclamar como algo «imprescindible» mejorar el poder adquisitivo de los salarios y revisar la subida de las pensiones.

Sin combustibles ni alimentos frescos, la inflación repunta solo un 1,1 %

La influencia que la escalada del petróleo y del recibo de la luz tiene en el espectacular repunte del coste de la vida en los últimos meses queda plasmado en un solo dato: la inflación subyacente, que excluye del cálculo los productos energéticos y los alimentos no elaborados (que se dispararon en enero por la ola de frío y las heladas que afectaron a todo el país) sube solo un 1,1 %, casi una tercera parte de lo que marca el indicador cuando se incluye en el cálculo esos productos.

Además, se trata de un indicador que ha mostrado un comportamiento más estable (solo sube dos décimas respecto al mes de enero del 2016), lo que demuestra que los vaivenes del IPC en los últimos meses -que han llevado al Gobierno a avanzar en la desindexación de la economía, para evitar que las alzas se trasladen a los precios públicos- están determinados, principalmente, por la evolución de los combustibles. Y también avanza que, cuando los combustibles se estabilicen, la inflación volverá a caer a tasas más cercanas al 1 %, que es el incremento real del coste de la vida fuera de las gasolineras.

Linde apuesta por retrasar la edad de jubilación

Es un mensaje insistente. El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, ha vuelto a apostar por retrasar la edad de jubilación por encima de los 67 años para garantizar así la sostenibilidad de la Seguridad Social. Lo planteó ayer durante su comparecencia en la Comisión del Pacto de Toledo. «Cualquier medida encaminada a desincentivar la jubilación anticipada y permitir la ampliación de la vida laboral por encima de los 67 años tendría efectos positivos sobre la sostenibilidad financiera del sistema», destacó. También apostó por completar la pensión pública suscribiendo planes privados.