Nadal alerta de que las subastas de las renovables no son un «producto financiero» ni aptas para pequeños ahorradores

Ana Balseiro
Ana Balseiro LA VOZ | SANTANDER

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Pedro Puente Hoyos | EFE

El ministro advirtió que se ofrecen participaciones en la financiación de proyectos que acuden a las subastas de renovables como si fueran bonos a 30 años y al 7,5 % de interés

19 jun 2017 . Actualizado a las 14:05 h.

El ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, ha alertado este lunes de que las subastas de retribución de las nuevas instalaciones de energía renovable «no son un producto de renta fija, sino muy complejo, solo apto para inversores que conozcan muy bien el mercado, y no para pequeños ahorradores». Así lo explicó en su intervención durante la inauguración del curso La cuarta revolución. ¿Cómo afecta la agenda digital a la economía y a la industria?, organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) y patrocinado por BBVA en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).

El ministro advirtió que se estaban publicando anuncios en medios ofreciendo participaciones en la financiación de los proyectos que acuden a las subastas de las renovables como si fueran bonos a 30 años y al 7,5 % de interés, cuando realmente son acciones. 

«Es un producto muy complejo, para gente que conozca muy bien la regulación, y que varía mucho según diferentes factores -ligada al bono del tesoro y al cumplimiento de plazos, entre otros-. Es importante que se sepa que no es un producto de renta fija. Y me preocupa que se vuelva a utilizar a la gente», señaló, en referencia -aunque sin nombrarlas- a las participaciones preferentes. «Se ha vendido como un producto financiero y es un producto industrial. Los ahorradores deben saber que son acciones y que tienen los mismos riesgos que la renta variable. No es un producto financiero garantizado», volvió a repetir. 

En este sentido, Nadal confirmó que el ministerio, que no tiene competencias para prohibir dichas comercializaciones, está analizando si las ofertas incurren en publicidad engañosa, lo que ya caería dentro de las responsabilidades de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y del Banco de España.