Fomento no cumplió medio centenar de recomendaciones tras accidentes de tren

Pablo González
Pablo González REDACCIÓN / LA VOZ

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MONICA FERREIROS

De las 36 emitidas desde el 2013, año del siniestro del Alvia, apenas se ejecutaron 7

26 ago 2016 . Actualizado a las 07:55 h.

La Comisión Europea puso en cuestión la independencia de la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF), órgano colegiado del Ministerio de Fomento encargado de investigar los siniestros para después emitir una serie de recomendaciones para el propio ministerio -cuando existía la Dirección General de Ferrocarriles-, sus empresas públicas del sector (el ADIF y Renfe) y la recién creada Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria (AESF). Estas advertencias de carácter técnico van en muchos casos orientadas a evitar que se repitan estos sucesos, o a solucionar complicaciones que se evidenciaron tras un descarrilamiento o una colisión.

No obstante, los últimos datos disponibles sobre el nivel de cumplimiento revelan la lentitud con la que la Administración implementa modificaciones que, en muchos casos, son cruciales para la seguridad de la circulación. De las 230 emitidas desde el 2007 hasta el 30 de junio del 2015, tan solo 179 han superado el examen de la AESF -responsable ahora de realizar este seguimiento tras la desaparición de la Dirección General de Ferrocarriles- y se ha considerado que cumplen de forma adecuada las directrices emitidas por la Comisión de Investigación.

Son por tanto 51 las recomendaciones que aún no se implementaron de forma satisfactoria. De las 36 que emitió la CIAF desde el accidente del Alvia tan solo se han cumplido de forma satisfactoria siete. Nueve de ellas se corresponden con el accidente del Alvia, aunque en algunos casos se solapan con las 22 medidas puestas en marcha por el Ministerio de Fomento tras el descarrilamiento de Angrois, la mayoría de las cuales están ya en vigor o en proceso de ejecución, aunque tres de ellas aún no se han desarrollado tres años después del accidente. Entre las que ya se han implementado está la que regula los dispositivos de comunicación en cabina.

Explicación del retraso

La Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios, que se niega a retomar la investigación del accidente de Santiago tras el varapalo de la Agencia Ferroviaria Europea (ERA), tiende a ver el vaso medio lleno, y observa que si se analiza el cumplimiento de todas las recomendaciones emitidas desde que la comisión inició su andadura se está en un nivel de cumplimiento del 78 %. Y explican así el retraso en la puesta en marcha de algunas de estas medidas. «Hay que tener en cuenta que la implementación de las recomendaciones conlleva en ocasiones cambios normativos, reglamentarios e inversiones, lo que hace que su implementación a veces se retrase en el tiempo», aducen.

Y ello a pesar de que muchas de estas recomendaciones tienen que ver con las causas directas o subyacentes de distintos accidentes ferroviarios, para evitar que puedan repetirse, sin entrar en cuestiones relativas a las responsabilidades del siniestro.

Un consejo para controlar velocidades máximas se demoró dos años

Algunas recomendaciones relevantes de la CIAF tardaron varios años en ejecutarse. Es el caso de una emitida en el 2012 para que Renfe estableciera un «procedimiento sistemático» para controlar el cumplimiento de las velocidades máximas por parte de los maquinistas. La comunicación de la operadora llegó a la CIAF en febrero del 2014, explicando las actuaciones referidas a este asunto, entre las que se incluyen los controles de los registros de velocidad y los acompañamientos en cabina. Otra recomendación realizada en el 2014 sobre los problemas detectados en el torneado de las ruedas de los trenes, en las que se producían entallas o marcas, no se tomó en serio hasta febrero del 2014, cuando se establecieron pautas formales al respecto.

Así conoció la Comisión el informe de la UE sobre su investigación del Alvia

El origen del informe Agencia Ferroviaria Europea (ERA) que cuestiona la independencia de la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF) surge de una carta enviada por la Comisión Europea a la ERA el 26 de octubre del 2015 para que le proporcionara asesoramiento en relación con el organismo investigador español. Después de la visita de las víctimas a Bruselas y sus reuniones con cargos comunitarios el pasado 17 de noviembre, la Comisión volvió a reclamar más información al respecto, concretamente el 30 de noviembre. Aunque esta vez pidió que los técnicos se centraran en analizar las eventuales debilidades del informe realizado por la CIAF sobre el accidente de Santiago, concluido en mayo del 2014, y hasta qué punto esa investigación ilustraba la falta de independencia del organismo que depende administrativamente de Fomento.

En las dependencias de la Agencia Ferroviaria Europea en Lille (Francia), en una reunión rutinaria cuatrimestral que se celebró los días 1 y 2 de marzo, el jefe de la unidad de Seguridad, Christopher Carr, informó al secretario de la CIAF de la existencia del informe. El informe se remitió al organismo investigador el 2 de marzo, cuatro meses antes de que las víctimas pudieran acceder al documento.

La CIAF alega que ese informe no recibió ninguna crítica previa por parte de la ERA en los foros en los que fue presentado. Tampoco en la evaluación del organismo que la agencia llevó a cabo entre diciembre del 2014 y septiembre del 2015. La comisión mostró su disconformidad con el documento en un contrainforme fechado el 7 de abril.