Rajoy confía en el PSOE para llegar a grandes pactos y agotar la legislatura

Enrique Clemente, P. H., M. E. A MADRID / LA VOZ, COLPISA

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Aspira a pasar de un «bloqueo histórico» a una «colaboración también histórica»

31 dic 2016 . Actualizado a las 09:13 h.

Mariano Rajoy cuenta con el PSOE para agotar la legislatura y que no haya la necesidad de convocar nuevas elecciones. Su intención es pasar de un «bloqueo histórico» que le obligó a gobernar en funciones durante diez meses a una «colaboración histórica» que sea fructífera. Para ello, está dispuesto a ceder, pero advirtió que la oposición también tendrá que hacerlo, empezando por los socialistas. De hecho, el presidente presumió de los acuerdos alcanzados con los nuevos dirigentes del PSOE, sobre todo del que fija el techo de gasto y los objetivos de déficit y deuda. Y no dudó en atribuirse el mérito de «evitar que este período se convierta en un páramo estéril de filibusterismo parlamentario».

Aseguró que su «socio preferente» es Ciudadanos, a pesar de que marginó al partido de Albert Rivera en las últimas negociaciones relevantes. Pero manifestó que su intención es hablar con el PSOE «de los grandes temas importantes para el futuro de la nación, las pensiones, la educación, el techo gasto o el diseño europeo».

Legislatura larga y fructífera

«Mi voluntad es que esta legislatura dure cuatro años y si hacemos las cosas bien será una legislatura además de larga, fructífera», aseguró. «Este país puede demostrarle a todo el mundo que se puede gobernar sin que nadie tenga la mayoría absoluta para hacerlo», incidió. El presidente del Gobierno insistió en esta idea en la rueda de prensa en la que hizo balance del 2016, que calificó como «el año de la incertidumbre, las decisiones inesperadas, los hechos sin precedentes y los sobresaltos políticos».

Rajoy tiene el as en la manga de convocar elecciones a partir del 3 de mayo si no le dejan gobernar. Pero, de momento, descarta apretar el «botón nuclear» que cogería en una situación muy difícil a los socialistas. «Yo no quiero adelantar las elecciones, como no quería que se repitiesen ni que hubiera terceras elecciones en diciembre», sostuvo. Lo mejor, añadió, es «la estabilidad y respetar las reglas de juego, que dicen que las elecciones con cada cuatro años, no cada media hora».

La prueba de fuego serán los Presupuestos Generales del Estado. Se mostró «moderadamente optimista», aunque también realista y prudente, sobre las negociaciones para aprobarlos, pero, en todo caso, dijo que ese es el escenario con el que trabaja. «No tiene por qué haber discrepancias insalvables», afirmó. Fuentes del Gobierno señalan que ven posible pactar algunas partidas con los socialistas, una vez que con el apoyo de Ciudadanos, el PNV y Coalición Canaria frene la aprobación de las enmiendas a la totalidad que presentarán los grupos de la oposición.

El líder del PP está dispuesto a ceder en algunos temas, pero advirtió de que no le gustaría que se derogasen las reformas económicas, como la laboral, que «han funcionado. «Hay cosas que seria un enorme error jugar con ella so cambiarlas porque sí», señaló.

Ni en la introducción ni en la rueda de prensa propiamente dicha hubo lugar para la menor autocrítica ni habló de uno de los asuntos que más preocupan a los ciudadanos y que ha afectado a su partido, la corrupción. Los únicos males provinieron del bloqueo político que acabó con la abstención del PSOE en su investidura tras la dimisión de Pedro Sánchez, a la que siguieron acuerdos importantes con el principal partido de la oposición que han logrado «corregir parcialmente la imagen y la sensación de inestabilidad» y «enmendar buena parte del deterioro y la desconfianza que se habían producido en 10 meses de parálisis política». Expuso durante media hora todos los avances que, a su juicio, ha experimentado España, que, dijo, ha logrado superar la mayor crisis de su historia y está en condiciones de que en el próximo trimestre se llegue al punto de haber recuperado el 10 % del PIB perdido. Destacó que el 2016 «ha ofrecido muy buenas cifras económicas en prácticamente todas las magnitudes», en especial en la creación de empleo.

Los socialistas prevén una legislatura fructífera gracias a su oposición útil

Podemos le sitúa en un triunvirato conservador junto al PP y Ciudadanos. El partido de Albert Rivera sostiene que el PSOE se ha aliado con su adversario tradicional para defender el statu quo. Y la gestora socialista replica que a unos les mueve la envidia y a otros el despecho. «Nada sale adelante en el Parlamento si no es de la mano del PSOE o si nosotros entendemos que puede suponer un perjuicio para la ciudadanía», se vanaglorió ayer el portavoz de la gestora socialista, Mario Jiménez. Tan convencidos están de las bondades de su posición que, pese a poner mil pegas al optimista retrato de España dibujado por Mariano Rajoy, el principal partido de la oposición augura una legislatura «fructífera».

Desde su posición de fuerza, han arrancado al Gobierno cesiones como la subida del salario mínimo o el pacto para que no se corte la luz a quien no puede pagarla y han obligado al Ejecutivo a reconsiderar la reforma laboral, la ley de educación o la ley mordaza. El PSOE, sin embargo, sigue atacando al PP, y aún le llama la «derecha más rancia». Pero es cierto que nunca han dialogado más que en esta legislatura. Según Jiménez, eso se debe a que es «la primera auténticamente parlamentaria de la democracia».

Triunfalista, conformista

Sin sorpresas y triunfalista. Ese fue el diagnóstico de Podemos para el balance del año que hizo Mariano Rajoy, que, a su juicio, parece estar contento «de haber recuperado sus tijeras» para seguir haciendo «recortes» desde el Gobierno. Rafael Mayoral criticó que la «triple alianza» de PP, PSOE y Ciudadanos vaya a continuar en esa «senda de los recortes» y que instaure con los socialistas «una suerte de ministerio de maquillaje social», cuyo «ministro» es Antonio Hernando, a través del cual van a llegar a una serie de «acuerdos cosméticos» que no resuelven los problemas de la ciudadanía.

Ciudadanos, por su parte, lamentó la «falta de ambición» y el «excesivo conformismo» de Mariano Rajoy. El vicesecretario general de la formación, José Manuel Villegas, insistió en que su partido va a exigir al PP el cumplimiento de sus compromisos de investidura y no le va a dejar que «se acomode» ni que «caiga en la tentación de hacerlo» con el apoyo del PSOE para mantener un statu quo que, a su juicio, ya es imposible perpetuar.