¿Por qué los partidos inflan sus censos?

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ACTUALIDAD

Pilar Canicoba

La cifra de afiliados en Galicia y en España que participa en las votaciones internas es ínfima respecto a la militancia declarada

06 mar 2017 . Actualizado a las 07:45 h.

La decisión del PP de sumarse -tímidamente- al incremento de la participación de las bases en la elección de los cargos y candidatos de los partidos ha puesto de manifiesto un problema que la democracia española lleva muchos años arrastrando: la enorme desproporción entre el censo de afiliados que declaran las fuerzas políticas y el número real de militantes que pagan sus cuotas y participan de manera efectiva en la vida interna de la formación. Un problema que afecta de manera singular al PP, que con los casi 900.000 afiliados que declara se convierte en el mayor partido de Europa, pero del que no escapan el resto de fuerzas.

En Madrid, por ejemplo, el futuro del PP regional lo van a decidir apenas 11.000 personas, que son las que se han inscrito para votar en el congreso del PP. Son solo el 11,5% de los casi 95.000 afiliados que los populares aseguran tener en esa Comunidad. Una cifra que hasta la segura ganadora, Cristina Cifuentes, considera absolutamente hinchada. Aún peor es el caso de la Comunidad Valenciana, donde los inscritos para votar son el 6 % de los supuestos 150.000 afiliados que el PP tiene en esa autonomía. En total, solo 8.600 personas decidirán el nuevo líder regional. Asusta pensar lo fácil que sería manipular la votación en autonomías donde la cifra de militantes es mucho más baja. En el País Vasco, el PP declara 5.634 afiliados. Y en Navarra, 736. Si la desproporción fuera similar, el destino del partido estaría en manos de unos cientos de militantes.

A mucho menor escala, el problema afecta a otros partidos. Después de una regularización llevada a cabo por José Blanco en el 2000, que redujo la militancia de 500.000 a 250.000, el PSOE declara hoy cerca de 190.000 afiliados que pagan cuota, pero en las primarias del 2014 solo votaron 115.000. En Galicia, el inflado del censo en algunas agrupaciones del PSdeG en días previos a las primarias ha sido denunciado en numerosas ocasiones.

De los censos hinchados tampoco escapa Podemos pese a que, en su caso, para ser considerado inscrito no hace falta pagar cuotas y basta con registrarse en Internet. Podemos declara 456.000 inscritos, pero en la última asamblea solo votaron 155.257 personas, un 33,98 %. En la designación de la líder de Podemos en Galicia en el 2016 solo votaron 3.225 personas, un 15,77 % del censo declarado. Y en su último congreso, Ciudadanos tuvo que rebajar a 23.000 el censo oficial de 31.000 afiliados tras admitir que un 26% no cumplía los requisitos. Al final, en el proceso en el que Rivera fue reelegido solo votaron 7.000 personas.

Estas cifras son aún más escandalosas si se tiene en cuenta que, según los registros del IRPF de Hacienda, en España solo hay 95.186 ciudadanos que declaran pagar una cuota a un partido político. Y eso que desgrava. ¿Y para qué podría servirles al PP y al resto de fuerzas tener un censo de militantes hinchado? Pues, ente otras cosas, para justificar los desproporcionados ingresos declarados por cuotas de militantes, que van además en aumento cada año a pesar de la evidente crisis de militancia. Unos supuestos ingresos por cuotas que servirían para blanquear otros de procedencia más dudosa. Pero esa ya es otra historia...

Rivera actúa como si tuviera mayoría absoluta con el PP

Asegura Albert Rivera, a raíz de las últimos encontronazos entre Ciudadanos y el PP, que Mariano Rajoy no se ha enterado todavía de que no tiene mayoría absoluta. Algo de razón tiene el líder el partido naranja. El problema es que él mismo tampoco parece consciente de que tampoco entre Ciudadanos y el PP alcanzan la mayoría absoluta. Y de que, por tanto, su capacidad para condicionar las decisiones y las políticas del Gobierno es mucho más limitada de lo que cree. Al PP le sirve de muy poco alcanzar acuerdos con Ciudadanos si no suma otros socios. Y por ello Rajoy no está dispuesto a someterse a las condiciones que le imponga un partido que ni siquiera le garantiza la mayoría absoluta.

El relevo regional de los populares refuerza a Feijoo

Si Alberto Núñez Feijoo era ya el líder autonómico con más influencia en el PP, después de los congresos regionales que afrontan los populares, que concluirán el 2 de abril, esa situación se va a ver reforzada. La limpia de dirigentes de la vieja guardia del partido va a ser casi total, en un proceso de renovación que la dirección de Génova considera imprescindible para recuperar el poder autonómico perdido. Y, aunque los nuevos presidentes regionales del PP serán personas con mayor capacidad de conexión con la sociedad que sus antecesores, ya muy quemados, su respeto en el partido tendrán que ganárselo. Una coyuntura que deja a Feijoo en una situación aún más privilegiada que hasta ahora.

El Gobierno quiere negociar con los barones socialistas

La negociación de los Presupuestos entra en su fase decisiva. El Gobierno está dispuesto a intentarlo todo para ganarse el apoyo del PSOE que le permita sacar adelante unas cuentas públicas que despejarían el camino político y alejarían la posibilidad de que hubiera que convocar unas nuevas elecciones. En ese afán por lograr el acuerdo, y ante la incertidumbre en la cúpula de Ferraz, el Ejecutivo ha decidido seducir a los dirigentes autonómicos socialistas para que sean ellos los que fuercen un cambio de opinión del Grupo Socialista en el Congreso. El ministro Montoro tienta a los barones socialistas con más inversiones y hasta con más funcionarios si consiguen que se aprueben los Presupuestos.