El Gobierno garantiza que no habrá adelanto electoral pese a su soledad parlamentaria

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

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Rajoy apuesta por seguir por la vía del pacto, pero denuncia la irresponsabilidad de Ciudadanos y del PSOE en el voto de la estiba

18 mar 2017 . Actualizado a las 09:33 h.

Mariano Rajoy no quiere adelantar las elecciones. Esa es su posición inamovible. Pese a su histórica derrota en el Congreso al no lograr convalidar el decreto ley de la estiba, el Gobierno reiteró ayer que «no cambia sus planes», según explicó el portavoz, Íñigo Méndez de Vigo. Lo primero que hará será renegociar con la oposición la reforma de la estiba y después presentará los Presupuestos de este año. «El Gobierno no se plantea ninguna hipótesis de adelanto electoral», afirmó en dos ocasiones Méndez de Vigo para tratar de cortar de raíz las especulaciones que se han hecho desde el varapalo del jueves en la Cámara baja.

Ahora toca pactar

El propio Rajoy, en su intervención en el congreso del PP de Madrid, dejó claro que va a seguir por la vía del diálogo y el acuerdo. «Ahora toca pactar y pactar exige hablar, capacidad para ceder, entender al interlocutor, ponerse en su lugar, pero sobre todo exige responsabilidad y defender el interés general», afirmó en el cónclave en el que se despide Esperanza Aguirre y toma el relevo Cristina Cifuentes. «Pactar no es hacer lo que dice el Gobierno, pero hay cosas que España no se puede permitir», añadió. Y, acto seguido, lanzó un duro ataque a los partidos que no apoyaron el decreto ley que liberaliza el sector de la estiba, en clara referencia, sin citarlos, a Ciudadanos, que se abstuvo, y el PSOE, que votó en contra. Aunque dijo que no iba a «reprochar nada a nadie ni ahora ni en adelante», sí lo hizo. «El Parlamento de un gran país de la Unión Europea no puede decir, por mayoría, que no quiere cumplir una sentencia de los tribunales europeos, ese no es un problema del Gobierno, sino de España», afirmó.

Mensaje a Europa

«Cuando estamos diciendo que España no quiere cumplir las resoluciones de un tribunal europeo, estamos rompiendo las reglas del juego, y eso afecta al crédito, al prestigio y a la imagen de nuestro país», añadió. «Nuestra mano sigue tendida, haremos todos los esfuerzos que haya que hacer, pero no se le puede pedir al Gobierno que el mensaje que transmita a Europa sea que las resoluciones de los tribunales europeos aquí no se cumplen».

El malestar que expresó Rajoy con Ciudadanos es un reflejo del que existe en todo el PP, que asegura que el partido de Albert Rivera les prometió hasta en tres ocasiones que votaría a favor del decreto de la estiba. Méndez de Vigo trató de templar gaitas y aseguró que «sigue siendo el socio de referencia». «El Gobierno es serio y responsable y es lo que conviene y necesita España en este momento», afirmó.

Rivera no se plantea elecciones

Rivera sostuvo que no piensa que Rajoy vaya a convocar elecciones anticipadas por no haber podido aprobar la reforma de la estiba. «No me planteo que un Gobierno pueda pensar en algo así por un decreto que sabía que no iba a salir», destacó. El presidente de Ciudadanos manifestó que sería una «irresponsabilidad», y animó a Rajoy, que es «quien decide», a que, «si quiere decirles a los españoles que quiere generar inestabilidad en el país, lo diga».

El Gobierno dice de puertas para afuera que el varapalo de la estiba es solo un contratiempo que no definirá la presente legislatura. Aunque admite que si el boicot de la oposición se extiende a todas sus iniciativas legislativas, la situación se hará ingobernable. El vicesecretario de comunicación del PP, Pablo Casado, reconoció que es «preocupante» la situación provocada en el Congreso, pero confió en que lo ocurrido solo sea una «excepción» y pueda mantenerse la estabilidad para que la legislatura siga avanzando. Pero lo cierto es que Rajoy dispone del botón nuclear de convocar elecciones a partir de mayo, con lo que cogería a los socialistas con el pie cambiado, con un líder recién elegido.

El PNV, dispuesto a aprovechar la ocasión para lograr «cosas contantes y sonantes»

El PNV fue el único partido que apoyó el decreto ley de la estiba del Gobierno, rechazado por el Congreso. Se trataría del primer pago por el apoyo del PP a los presupuestos vascos. La clave es si los nacionalistas apoyarán también las cuentas públicas que presentará Mariano Rajoy. El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, dejó claro ayer que su partido está dispuesto aprovechar la «oportunidad» de negociar los Presupuestos

Generales del Estado con el Gobierno del PP para que el País Vasco «gane en futuro y competitividad». «Estamos en una situación buena y hay que aprovecharla» para conseguir «cosas contantes y sonantes» para los tres territorios vascos, señaló.

El líder del PNV aseguró que «lo que era complicado y muy difícil de soportar era la relación o la no relación» que tuvieron durante los anteriores cuatro años el PNV y el PP de la mayoría absoluta, «que hacía lo que quería, pasaba el rodillo y ni siquiera abría las carpetas» que su partido y el Gobierno vasco le pasaban. «No atendía ninguna reivindicación. Ahora están en minoría y necesitan de los demás. Y los demás legítimamente podemos plantear nuestras demandas, nuestras reivindicaciones y proyectos, que son para este país», añadió. «También está sobre la mesa la liquidación del Cupo. Estamos en una posición buena que creo que Euskadi debe saber aprovechar para ganar en futuro, en competitividad y también para hacer cosas que, hasta ahora, por ese rodillo del PP, no salían adelante», apuntó.

El lendakari, Iñigo Urkullu, respondió a las advertencias de EH Bildu sobre el «peligro» de los acuerdos del Gobierno vasco con el PP, asegurando que todos los pactos que alcanzan el Ejecutivo autonómico y el PNV, también los que incluyen a la coalición soberanista, son «en beneficio» del País Vasco.

Moncloa atribuye el no del PSOE a que Susana Díaz no quiere abrir otro frente

En el Gobierno y en el PP atribuyen el comportamiento de Ciudadanos a una mezcla de bisoñez y pataleta infantil en represalia por anteriores desacuerdos. Distinta es la percepción que se tiene de la actuación del PSOE que, a juicio de la Moncloa, obedece a su complicada situación interna. El conflicto de los estibadores afecta sobre todo a Susana Díaz con el potente puerto de Algeciras sobre sus espaldas, y la presidenta de Andalucía no quiere abrir ahora otro frente de conflicto interno dando su aval a un decreto ley rechazado por el sector. Rajoy está convencido, dicen en el PP, de que el PSOE hubiera hecho lo mismo si hubiera estado al frente del Gobierno.