Rajoy intenta seducir a los catalanes con una inversión de 4.200 millones

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

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«Es tiempo de reconstruir puentes, sellar grietas y mirar hacia adelante», afirma

29 mar 2017 . Actualizado a las 09:05 h.

El plan del Gobierno para seducir a los catalanes partidarios de la independencia y convencerlos de que dentro de España les irá mejor no consiste solo en hacer «pedagogía», como insistentemente se anuncia desde el Ejecutivo, ni en multiplicar la presencia de miembros del Consejo de Ministros en Cataluña. A ese afán didáctico lo acompañará el estímulo económico. Y, para demostrarlo, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunció ayer en Barcelona un plan para invertir 4.200 millones de euros en infraestructuras en Cataluña hasta el 2020. «Es tiempo de reconstruir puentes, sellar grietas y mirar hacia adelante», dijo. Ese impulso se dedicará a la mejora de la red ferroviaria de cercanías y al desarrollo del corredor mediterráneo, además de a carreteras, puertos y aeropuertos. «Somos conscientes de la necesidad de hacer un esfuerzo especial; se hará, y se cumplirá», afirmó Rajoy ante una nutrida representación del empresariado catalán, al que pidió «ayuda» para «ganar la batalla de la moderación».

El líder del PP justificó el momento elegido para presentar este plan, a escasos meses del referendo soberanista anunciado para septiembre, afirmando que llega ahora «porque podemos hacerlo». Aunque la inversión anualizada prometida, a razón de 1.000 millones cada año, es similar a la presupuestada en los últimos ejercicios, la diferencia es que el Gobierno se compromete a ejecutarla en su totalidad. «Mi compromiso es que este plan sea realista y verificable», señaló Rajoy, adelantándose así a las recurrentes críticas del Gobierno catalán por las promesas incumplidas. La presencia en el acto de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y del ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, tenían como objeto reforzar ese compromiso.

Recelo en otras comunidades

Tras exponer con detalle las principales cifras de su plan de inversión, Rajoy expuso su convencimiento de que la actual tensión entre el Gobierno y la Generalitat de Cataluña se resolverá mediante «la concordia y el sentido común», e instó a los empresarios catalanes a no dejarse arrastrar por el desafío independentista en el momento en el que la economía española está repuntando.

El déficit de inversiones en infraestructuras por parte del Estado ha sido uno de los principales argumentos esgrimidos por los soberanistas catalanes y por el Gobierno de la Generalitat para justificar la necesidad de independizarse de una España que, según su discurso, maltrata a Cataluña. Muchas de las inversiones anunciadas ayer figuran en el documento con 46 peticiones que el presidente catalán, Carles Puigdemont, entregó a Rajoy en abril del 2016. El plan llega, además, inmediatamente después de que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, abriera por primera vez la puerta a la condonación de la deuda al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), que era otra de esas exigencias. Pero, junto a esas peticiones, figuraba también la de celebrar un referendo independentista, a lo que el Gobierno, aquí sí, se niega de plano. «Nuestra respuesta política no va a soslayar la ley, lo que sería un disparate, ni el diálogo», advirtió ayer Rajoy.

El fuerte impulso a la inversión en Cataluña fue recibido con recelo en el resto de comunidades, especialmente en las gobernadas por socialistas. Tanto el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, como el de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y el portavoz de la Junta andaluza, Miguel Ángel Vázquez, advirtieron de que el impulso a las infraestructuras de Cataluña no puede hacerse a costa de reducir la inversión en sus territorios.

La Generalitat recibe el anuncio con desdén e insiste en exigir un referendo

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, recibió con desdén el plan de inversiones en Cataluña anunciado por Mariano Rajoy y aseguró que no supone «ninguna novedad». «Poder votar sería la promesa y el anuncio que satisfaría a los demócratas del sí y a los demócratas del no», dijo, en referencia a su exigencia de celebrar un referendo independentista. El jefe del Ejecutivo catalán, de visita en Washington (Estados Unidos), se declaró además «harto de tantas promesas que se incumplen sistemáticamente». El anuncio no es beneficioso para Cataluña, según Puigdemont, que aseguró que las promesas incumplidas por los Gobiernos españoles en los últimos años suman 10.800 millones de euros de deuda. «Hasta ahora los anuncios les han salido gratis. Ni el ministro Blanco ni la ministra Pastor ha cumplido nada», remachó.

La portavoz de la Generalitat, Neus Munté, acogió también el anuncio con «inmensa incredulidad» y lo calificó como un nuevo «bienvenido Míster Marshall, que vienen, prometen y se van». «El actual Gobierno del PP y los socialistas lo que han acreditado es un incumplimiento tras otro, es un hecho absolutamente objetivo, las cifras y calendarios hablan por sí solos», añadió. Más crítica fue la respuesta de ERC, cuyo portavoz en el Congreso, Joan Tardà, acusó a Rajoy de actuar como un «trilero» y advirtió de que las inversiones en infraestructuras no van a frenar la intención del Gobierno catalán de convocar un referendo independentista en septiembre.