Un camino tortuoso que elevará la tensión entre las autonomías

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo BAreño MADRID / LA VOZ

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PILAR CANICOBA

La precariedad del Gobierno le obligará a hacer concesiones al País Vasco y Canarias para ir superando todas las votaciones

01 abr 2017 . Actualizado a las 10:09 h.

El Gobierno tenía en mente la fórmula con la que con toda probabilidad se aprobarán los Presupuestos del 2017 desde el minuto uno de la legislatura. Aunque hubo expectativas de conseguir una abstención del PSOE, que por sí sola le garantizaría la mayoría, la vía del pacto con el PNV, con Coalición Canaria y con el diputado de Nueva Canarias fue siempre la opción más realista. Mariano Rajoy ha cuidado especialmente la relación con el PNV, con el que ha tenido una actitud claramente conciliadora y colmada de gestos de acercamiento pese a las enormes diferencias políticas. El acuerdo con Coalición Canaria se daba por hecho tras su voto afirmativo a la investidura de Rajoy. Y el respaldo del diputado de Nueva Canarias, que se presento en coalición con el PSOE, se veía posible, ya que libera a los socialistas de la presión de tener que abstenerse para evitar unas elecciones que le cogerían sin candidato consolidado.

Camino tortuoso

Probable empate. Aunque el pacto se dé por hecho, el camino hasta la aprobación definitiva de los Presupuestos a finales de junio será tortuoso para el Gobierno, que deberá salvar una gran cantidad de votaciones. Excepto sorpresa, las enmiendas a la totalidad de la oposición se salvarán el 4 de mayo por la mínima y con un empate, dado que el diputado de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, ha anunciado que en esta primera fase votará en contra. PP, Ciudadanos y Coalición Canaria sumarán 175 votos, los mismos que, como máximo, puede lograr la oposición. Si ese empate se mantiene durante tres votaciones, las enmiendas decaerían.

Votación definitiva

El Gobierno necesita otro voto. Salvado ese primer escollo, el Gobierno necesitará sumar al menos el apoyo o la abstención de otro diputado, dado que para la aprobación de las cuentas se requiere mayoría simple, es decir, más votos a favor que en contra. Si consigue el sí del diputado de Nueva Canarias sumaría 176 frente a 174 en contra, y con su abstención tendría 175 frente a 174. La estrategia del canario Pedro Quevedo es por ello esperar al último momento para maximizar el precio de su voto, rivalizando además con lo que consiga arrancar Coalición Canaria.

El precio de los apoyos

Tensiones autonómicas. La precariedad parlamentaria del Gobierno en todo este proceso se traducirá en una negociación con el PNV y los dos partidos canarios, que conseguirán a través de ella inversiones extras en esas dos comunidades en forma de enmiendas a los números que el ministro Cristóbal Montoro presentará el 4 de abril. Rajoy ya ha hecho concesiones, pero tendrá que hacer más. Eso elevará la tensión con otras comunidades que ya recibieron con recelo el aumento de las inversiones en infraestructuras en Cataluña anunciado por Rajoy y que temen que Canarias, País Vasco y Cataluña sumen inversión a su costa.

Precedentes

Pactos PSOE-PNV. Existen numerosos precedentes de una negociación de este tipo. El último fue el de los Presupuestos del 2011, que el Gobierno del PSOE aprobó con 177 votos gracias al apoyo precisamente de Coalición Canaria y PNV. A cambio, los nacionalistas vascos consiguieron 472 millones de euros para políticas activas de empleo y la transferencia de otras 20 competencias, además de garantizarse la presencia de técnicos de la Hacienda Foral vasca en las reuniones del Ecofin.

El PSOE, descartado

En medio de las primarias. El Gobierno tiene ya totalmente descartada cualquier posibilidad de que el PSOE se abstenga en la votación, ya que todo este proceso tendrá lugar en plena campaña de las primarias del PSOE, que se celebrarán el 21 de mayo, poco antes por tanto de la aprobación definitiva de las cuentas públicas en el Congreso y el Senado.

Estabilidad

Sin mayoría fiable. La aprobación de los Presupuestos no garantizará la estabilidad al Gobierno, ya que esa mayoría heterogénea, que suma tres partidos nacionalistas y uno antinacionalista como Ciudadanos, no es trasladable a otras cuestiones. Un triunfo de Pedro Sánchez en las primarias del PSOE haría, pese a la aprobación de los Presupuestos, regresar el fantasma del adelanto electoral.