El duelo Díaz-Sánchez decide el futuro del PSOE y marcará la política nacional

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente MADRID / LA VOZ

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La importancia de la votación y la fractura del partido auguran una alta participación

21 may 2017 . Actualizado a las 10:30 h.

El PSOE se enfrenta hoy a las elecciones más importantes de su historia, que serán decisivas para su futuro político y que pueden dar también un vuelco al escenario político nacional. Nunca la fractura interna y el encono entre dos facciones había llegado a estos extremos en un partido que, además, ha obtenido sus peores resultados en las últimas elecciones. Será el duelo final entre Pedro Sánchez y Susana Díaz, los dos únicos candidatos con posibilidades de ganar, después de muchos meses de enfrentamientos, primero larvados y al final explícitos y muy duros. Nada está decidido, por lo que los votos que recabe Patxi López y los probables trasvases a las otras dos candidaturas pueden inclinar la balanza hacia uno u otro lado.

El partido llega totalmente fracturado en dos bandos, inmersos en una guerra fratricida, después de la conmoción que supuso el comité federal del 1 de octubre del 2016, que acabó con la dimisión forzada del secretario general elegido por las bases y la abstención que permitió a Mariano Rajoy seguir en la Moncloa. Las posiciones, como quedó de manifiesto en el único debate de la campaña, son o irreconciliables. La campaña ha sido muy bronca, con insultos, reproches y descalificaciones.

Llamamientos a la unidad

Aunque tanto el ex secretario general como la presidenta andaluza han hecho continuos llamamientos a la unidad después del 21M, las diferencias de modelo, pero también personales entre ambos hacen que el principal reto al que se enfrentará el PSOE a partir de mañana sea muy complicado de conseguir. Las heridas siguen muy vivas y la reconciliación parece casi imposible. De hecho, tanto uno como otro aspirante han alentado la animadversión hacia el adversario, con López actuando impotente como casco azul que ha clamado contra la división que, sostiene, puede acabar incluso en la desaparición del partido. Si gana Sánchez, la situación sería aún más complicada para recomponer el partido, ya que tendría que lidiar con seis presidentes autonómicos que se le han opuesto con acritud.

Sánchez defiende un giro a la izquierda y se presenta como el candidato de la militancia frente al aparato que domina Díaz y que ha situado al partido en «tierra de nadie» con la abstención. Esta aboga por el PSOE de siempre, heredero de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, y capaz de volver a ganar las elecciones. Su principal ataque a su adversario es haber llevado al partido a los peores resultados de su historia por sus continuos bandazos. Ambos se juegan su futuro político. En el caso de Díaz, una derrota la debilitaría como presidenta de Andalucía. Para Sánchez podría significar la estación final de su trayectoria.

El resultado de hoy tendrá también una repercusión directa a escala nacional. El ex secretario general quiere rescatar al PSOE de la abstención en la investidura -«el peor de los errores»-, lo que augura que si vuelve a liderarlo sus relaciones con el Gobierno se crisparán. Además, la posibilidad de una moción de censura en el futuro, con él como candidato, aumentaría, ya que su relación de distanciamiento con Podemos, con el que sin embargo está dispuesto a pactar, contrasta con la beligerancia de Díaz hacia la formación que lidera Pablo Iglesias. Aunque la presidenta andaluza exhibe su claro triunfo en las elecciones andaluzas como su principal fuerza, hay dudas de si con ella al frente el PSOE mejoraría sus resultados, algo que la mayoría de las encuestas publicadas desmienten. Incluso desde su propia candidatura transmiten que sería una gran secretaria general, pero dudan de su tirón electoral fuera de su comunidad.

Alta participación

Todo indica, como ya se vio con la entrega de avales, que habrá una gran movilización de los militantes, en consonancia con lo que se juega el partido, sumido en una grave crisis en un contexto europeo de derrumbe de la socialdemocracia y de auge de los populismos. Esto hace que la participación se pueda situar muy próxima al 80 % o incluso por encima, lo que los sanchistas consideran que les favorecería. Los cálculos de Díaz son que ganará si consigue convertir sus 59.000 avales en votos y López aguanta los casi 11.000 que reunió. Está convencida de que la diferencia que obtendrá en Andalucía será suficiente. Sánchez cuenta con que haya deserciones entre quienes considera que avalaron a su adversaria para no enfrentarse al aparato de su federación. También confía en que un porcentaje de los simpatizantes del exlendakari se inclinen por el voto útil a su candidatura, ante la perspectiva de que triunfe Díaz, con cuyo modelo no están de acuerdo.

La votación

Los que deciden 

Más de 187.000 votantes. 187.949 militantes censados. Andalucía (45.848), Valencia (17.173), Madrid (14.323) y Cataluña (13.899) son las que más tienen. Galicia cuenta con 10.142.

Los lugares

Más de 2.900. 2.907 centros habilitados en las sedes del PSOE y en dependencias alquiladas o prestadas en lugares donde el PSOE no tiene agrupación.

La decisión final

Resultados a las 23.30. Los primeros datos los dará a conocer la gestora sobre las nueve y media de la noche y el resultado final se sabrá antes de la medianoche, en torno a las 23.30.

Así cerraron los tres candidatos la campaña

Parar las «máquinas de guerra»

Javier Zorrilla | EFE

Patxi López finalizó su campaña en Bilbao y Orio acusando a sus dos rivales de no buscar la integración, sino de querer pasarse factura mutuamente. Pidió el voto útil para unir a un PSOE roto, parar las «máquinas de guerra» y librarlo de la autodestrucción. El exlendakari asumió con orgullo el papel de casco azul para pacificar al partido que le otorgan sus adversarios en las primarias. 

Rescatar al PSOE de la abstención

Paco Campos | EFE

Pedro Sánchez insistió en Madrid en el que ha sido eje central de su campaña, la abstención para que gobernara Rajoy. El ex secretario general se comprometió a rescatar al PSOE de lo que calificó como una «pésima idea». Acusó a Díaz de tratar de esconder a la militancia y de pretender una involución democrática y se mostró convencido de que habrá unidad en torno al líder que elija la militancia. 

Levantar el partido y España

Esteban Martinena Guerrero | EFE

Susana Díaz cerró su campaña en dos localidades de Extremadura, Trujillo y Villanueva de la Serena, lanzando un mensaje de unidad y con duras críticas a Pablo Iglesias por tratar de interferir en las primarias. Pidió el apoyo para ser la primera secretaria general del PSOE. «A partir del lunes -dijo-, al PSOE lo vamos a levantar para levantar España», afirmó la presidenta andaluza.