El ciclismo urbano estrena manual ilustrado con el gato Peráltez

Elena G. Bandera
Elena G. Bandera REDACCIÓN

GIJÓN

Juan García (Juanítez).Juan García (Juanítez)
Juan García (Juanítez)

Juan García presenta en Gijón una completa guía de consejos para moverse en bici por las ciudades con más de un centenar de viñetas e ilustraciones de la mascota ciclista

24 jul 2016 . Actualizado a las 12:28 h.

En otoño de 2014, el gato Peráltez (@peraltez) se abría cuenta en Twitter para convertirse en un referente del ciclismo urbano. Su creador es Juan García (Juanítez), un madrileño con raíces gijonesas que lleva décadas defendiendo el uso de la bicicleta como transporte urbano y que ayer presentaba en Ciclorama, el festival de ciclismo urbano que se celebra en el Palacio de Revillagigedo, el Manual ilustrado de ciclismo urbano del gato Peráltez con la que recopila más de un centenar de viñetas e ilustraciones de Peráltez en Twitter. Todas ellas con consejos para moverse en bicicleta por las ciudades e incluso con un apartado especifico para que los conductores de vehículos sepan qué hacer cuando una bici se topa en su camino.

«En realidad empecé en Twitter con Peráltez sin ninguna intención, simplemente para dar consejos sobre cómo circular por la ciudad y romper muchos mitos que existen en torno a la bicicleta», explica Juanítez, a quién la idea de crear a un gato activista de la bici se le ocurrió a raíz de su propia experiencia como ciclista urbano habitual y de su colaboración con el blog En bici por Madrid, todo un referente en España. Las viñetas fueron teniendo éxito y, como dice Juanítez, «eran retuiteadas con alegría». La publicación del manual, con una edición muy cuidada y a todo color en sus 160 páginas, fue posible gracias a un crowfunding en Verkami en el que participaron más de 150 seguidores de Peráltez, un gato rojo que toma su nombre del juego de palabras entre el peralte de las curvas y la z propia de los apellidos españoles. Es un felino, además, porque «en Madrid a los madrileños nos llaman gatos. Un gato en bici es un personaje neutro que parecía perfecto para dar consejos».

Pese a que Madrid puede parecer aparentemente una locura como ciudad para circular en bicicleta, Juanítez explica que se puede hacer con bastante facilidad dentro del entorno de la M-30  sobre todo desde hace dos años, cuando se implantó el servicio municipal de bicicletas, similar al que existe en Gijón. «La presencia de muchas bicis en las calles hace que los conductores estén mucho más alertas. Hace 20 años, los que íbamos en bicicleta éramos muy pocos y se nos tomaba por locos, pero ahora se nos acepta. Ir en bici por Madrid no tiene tanta diferencia como hacerlo por Gijón», asegura, puesto que conoce bien la ciudad, en la que pasaba los veranos de su infancia y adolescencia al ser su padre gijonés.

«El gato, en cualquier caso, siempre insiste en que hay que utilizar calles tranquilas, de un solo sentido y en las que el tráfico no sea tan intenso como en las grandes avenidas», asegura, defendiendo también que la adaptación de las ciudades al uso creciente de la bicicleta como transporte urbano no debería restar espacio al peatón como se ha hecho, por ejemplo, en Gijón y en Madrid con las aceras bici. «Siempre se evita quitar espacio al coche, es una tendencia que se da en España, pero lo idóneo es no quitar espacio al peatón, puesto que entonces trasladas el miedo al peatón que circula por la acera». El manual, cuyas viñetas se pueden leer en inglés y francés en Twitter gracias a la colaboración de un fan del gato Peráltez, resuelve todas las dudas imaginables del ciclista urbano novato y veterano.

Estos cinco consejos del gato Peráltez son un ejemplo:

1. En tu bici, como si fueras un político en campaña electoral ¡Aprópiate del centro! Juanítez explica que las bicicletas en la ciudad deben circular por el centro del carril por razones evidentes de seguridad. E incluso aunque no haya coches aparcados, circular por el lado derecho invita a los conductores «a que te adelanten y seguramente guarden poca distancia de seguridad». Precisamente que circular por el centro de la calzada sea una norma universal para las ciudades es una de las reivindicaciones de los activistas del ciclismo urbano. «El reglamento de la Dirección General de Tráfico recoge que las bicis de carretera tienen que ir por la derecha, pero no hay ninguna norma estatal que hable de las bicis urbanas. Algunas ciudades sí lo recogen en sus normativas, pero otras como Gijón, por ejemplo, no dicen nada y debería estipularse que en cualquier ciudad tengas la obligación y el derecho de ir por el centro de la calzada», considera Juanítez.

2. Sillín bajo, más trabajo. La higiene postural también es muy importante a la hora de coger la bicicleta y, por ello, Peráltez insiste en que el sillín no debe estar demasiado bajo. «Hay muchas personas que, por sentirse más seguras, llevan el sillón más bajo, pero te va a costar más pedalear, sobre todo cuesta arriba, y puedes acabar teniendo problemas en la espalda».

3. Si llueve, se puede. Juanítez explica que es habitual que en España se deje la bicicleta en casa si el tiempo no acompaña, pero recuerda que en los países europeos en los que sí existe una cultura de la bicicleta urbana ni siquiera la nieve es un impedimento para utilizarla como transporte a diario. Si llueve, aparte de un chubasquero, simplemente habría que moderar la velocidad, extremar la prudencia señalizando correctamente todos los movimientos y evitar, por ejemplo, parte blanca de los pasos de cebra para no resbalar.

4. Sepárate del vehículo que te precede, evitarás alcances, humos y otras sorpresas mayúsculas. La distancia de seguridad con el coche que va delante es también fundamental para el ciclista urbano cuando va por la calzada.

5. Si te pita, te ha visto. Si te ha visto, no te pilla. Uno de los miedos de quienes cogen la bicicleta por la ciudad es precisamente ser señalados sonoramente por los conductores, pero Juanítez considera que al ser pitado se cumple una de las máximas del ciclismo urbano: ser visible.

El manual del gato Peráltez también recoge términos propios, a modo de pequeño diccionario del ciclismo urbano. «La bici siempre se asocial al deporte u al ocio; tiene ese hándicap para ser considerada como un vehículo. Y la bici es un transporte», insiste Juanítez. Así, llama ciclante a la persona que se transporta en bici para distinguirlo del ciclista. También empleacochista, un término que se utiliza mucho en Madrid, para referirse a los conductores «que tienen una actitud agresiva, de poder, que no respetan o que viven por y para el coche sin ver más allá». Y, por último, el manual no se olvida del acoso machicochista que sufren las mujeres que van en bici por las ciudades. «No es lo mismo ser un hombre que una mujer porque el acoso es aún mayor. Simplemente por ir en bici puedes sufrir ese acoso, pero si además eres mujer sufres ese acoso machista con piropos e insultos soeces. Las mujeres tienen que superar un obstáculo más aparte del que ya tienen todos los ciclistas».