El Plan General de Ordenación avanza hacia atrás

J. C. Gea GIJÓN

GIJÓN

Fragmento del documento de prioridades de la revisión del PGO gijonés
Fragmento del documento de prioridades de la revisión del PGO gijonés

Los errores y modificaciones sustanciales detectados por los técnicos en el documento de aprobación inicial podrían hacer que tuviese que volver a pasar el trámite plenario que ya superó hace un año

09 feb 2017 . Actualizado a las 18:22 h.

Gijón ve congelada también, al menos durante unas semanas, otro de sus procesos cruciales: la tramitación del Plan General de Ordenación (PGO). Se suponía que los grupos políticos municipales tenían que haber salido de la comisión de Urbanismo de hoy con las alegaciones al documento de aprobación inicial del Plan ya revisadas, a partir del borrador actualizado por los técnicos municipales de Urbanismo. Se suponía, por tanto, que a su término se estaría un poco más cerca el segundo y presuntamente definitivo periodo de información pública de una norma vital para la ciudad. Pero no ha sido así. No solo no se ha avanzado un paso en esa dirección sino que, por el contrario, el proceso se ha detenido y puede que incluso se esté en trance de retroceder un año atrás. Hasta febrero de 2016: el momento en el que el documento de aprobación inicial pasó el trámite del pleno, al que puede que tenga que volver a someterse.

Doble informe

Sucederá si así se deriva de la conclusión de dos informes suscrita por todos los grupos, que ha sido lo único en claro en la comisión de hoy, en una especie de paradójico avance hacia atrás. Uno de esos informes, el del Jefe de Servicio de Urbanismo, deberá consolidar el borrador, lleno de añadidos y correcciones de peso al documento de aprobación inicial aprobado el pasado año, a pesar de que hace un año se dictaminó no existía «inconveniente para su aprobación», según un certificado firmado por la jefa de servicio de Urbanismo durante baja del titular del departamento.

El otro informe, encargado a la Secretaria General consistorial deberá determinar a la vista del primero si, dada la magnitud de las modificaciones introducidas por el Jefe de Servicio con posterioridad a aquel dictamen, los técnicos pueden actuar de oficio o si el pleno tendrá que volver a dar luz verde al documento. En el trasfondo, siempre, el temor de que este remozado documento de aprobación inicial pueda pasar el nuevo trámite de información pública sin blindaje suficiente, como sucedió a los dos Planes anteriores, tumbados en los tribunales.

¿Paso lento o paso atrás?

A pesar de la conformidad de los grupos con la petición de esos informes, las interpretaciones son diversas. XsP no lo ve como un paso atrás sino como una forma de consolidar el siguiente paso decisivo: la segunda información pública. Para su edil David Alonso, lo sucedido «no significa volver al punto de partida o hacer una nueva primera aprobación inicial», sino un trámite necesario «para no entrar en más debates y seguir mareando la perdiz con las alegaciones» antes de tener los dos informes sobre la mesa. La clave está, para el grupo morado, en el segundo periodo de exposición pública «una propuesta a la que ahora todo el mundo se apunta» y en la participación un «elemento fundamental que nos va a asegurar que se cometan los mínimos errores posibles». «Teniendo en cuenta las controversias que hemos visto los últimos años, necesitamos ir con los pasos muy muy seguros», recalca Alonso.

Muy de otro modo ve las cosas el PSOE, que pone el énfasis en la idea de que puede perderse un año «o incluso más, porque no sabemos cuándo podrá el Ayuntamiento repetir la aprobación inicial del Plan». «Le pondrán el nombre que quieran, documento de aprobación inicial 2 o documento de aprobación provisional, pero sea como sea estamos repitiendo de nuevo el acto administrativo que la corporación hizo en febrero de 2016», señala la concejala Begoña Fernández, que también considera que los hechos dan la razón a los socialistas en sus denuncias «desde el principio» sobre un documento de aprobación inicial  «plagado de errores y fallos que ahora reconocen los propios servicios técnicos municipales». Los socialistas celebran que «algunos grupos políticos municipales comiencen a reconocer que este documento estaba mal». El PSOE pide que los informes se emitan «en tiempo y forma»  y espera que los grupos «dispongan de toda la información antes de emitir cualquier valoración y que no vuelva a suceder lo mismo que ocurrió en febrero de 2016» cuando, según Begoña Fernández, «se presionó a los grupos políticos para que aprobasen el Plan porque se les echaba el tiempo encima», ante la inminencia de la caducidad, un mes más tarde, del informe confeccionado por el equipo redactor del PGO.

Descoordinación e inquietud

Aurelio Martín, portavoz de IU, ha comparecido para denunciar la «descoordinación técnica y política» entre dicho equipo, los técnicos municipales y los responsables políticos, y ha dicho ver con «mucha inquietud» un proceso «en el que nos jugamos mucho». Martín se ha preguntado «cómo pueden llegar a conclusiones tan diferentes» dos responsables técnicos del mismo departamento: la jefa de servicio que firmó la conformidad el pasado año en ausencia por baja del responsable de Urbanismo, quien rubrica ahora un borrador con cambios «de calado, en aspectos generales y estratégicos», además de señalar «un cúmulo de errores» aparentemente inadvertidos hace un año. Entre esas modificaciones, el portavoz de IU ha destacado los  relativos a «docenas» de las llamadas Áreas de Planeamiento Incorporadas (API), o a los niveles de edificabilidad en zona rural según las pendientes.

También Ciudadanos pone la mira en la «descoordinación» entre los distintos agentes del PGO, y aboga por la necesidad de dar los próximos pasos con el «debido aval de informes técnicos y jurídicos» como los solicitados. Si para ello tiene que «volver a pasar por el peno, que lo haga», se resigna su edil José Carlos Fernández Sarasola, para quien lo que cuenta es «seguir avanzando y que no quede ninguna duda sobre la legalidad de los pasos que luego pueda conllevar una impugnación del Plan»

Suceda lo que suceda, el de hoy es un retraso más, un escollo más, una incertidumbre añadida a las que va acumulando un documento crucial para el desarrollo urbanístico de una ciudad condenada -por dos veces- a regirse por un Plan de Ordenación fechado en 1999, y cuyos responsables políticos y técnicos o aciertan a dotar de un PGO a la altura de la realidad urbanística de Gijón en 2017.