Desmontando «50 Sombras de Grey»

GIJÓN

«Te venden ideales de ser hombre, de ser mujer, de lo que te tiene que gustar o no y una construcción del amor basado en ideales románticos que hacen mucho daño», advierten sexólogas de Soi Sex

25 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Las princesas de los cuentos clásicos, cuando se transfieren a un público juvenil e incluso más adulto, se llaman Bella o Anastasia. Los príncipes azules, Edward o Christian Grey. Viven historias de amor aparentemente ideales, una es la media naranja del otro y viceversa, lo saben desde el primer momento en el que sus miradas se cruzan y sufren lo indecible hasta vivir felices supuestamente para siempre. «Son historias que te venden desde la infancia y que se siguen manteniendo a lo largo de tu vida. Te venden ideales de ser hombre, de ser mujer, de lo que te tiene que gustar o no y, por supuesto, una construcción del amor basado en ideales románticos que hacen mucho daño», explica la sexóloga Ana Isabel Fernández, de Soi Sex, el servicio de orientación y asesoramiento sexual de la Oficina de Información Juvenil del Ayuntamiento de Gijón que ayer organizaba una charla titulada 50 sombras: identidad, deseo y amor.

Dirigida a familias y profesionales del ámbito socioeducativo, en la charla se invitaba a reflexionar sobre los modelos de relación de pareja que proponen best sellers como 50 Sombras de Grey y Crepúsculo, ambas sagas cuyo éxito editorial también se ha repetido en la gran pantalla. «La finalidad es desmontar estas trilogías, que son la moda y que caen en manos de gente adolescente y no tan adolescente, para que cuando las leas o las veas tengas herramientas para darte cuenta de lo que realmente quieres», explica Fernández. Por ejemplo, los celos. «Aparecen constantemente en la trilogía de 50 sombras de Grey. Incluso se podría estudiar cuántas veces se repite eres mía. Lo que se intenta es que estos modelos eroticen, te pongan y, al final, digas ay, me dice que soy suya, o que él es mío también. Y por supuesto puede existir este juego en una pareja, pero desde la negociación, la comunicación y la confianza de dos personas diferentes en igualdad de derechos siempre», advierte. 

El amor no llega por casualidad

El amor, añade, se construye desde esa base, no llega por casualidad. «El mito de la media naranja es otro de los que aparece. Tengo que buscar mi mitad toda la vida y en 50 sombras se ve muy claramente tanto en él como en ella, al igual que en Crepúsculo o en los cuentos clásicos». De hecho, Fernández recuerda que la autora de la trilogía de Anastasia y Grey, la británica E. L. James, era una fan de Crepúsculo: «El editor vio filón y cambió el nombre de los personajes, porque seguían siendo Edward y Bella por Christian y Anastasia. No hay nada hecho al azar; ni quiénes están elegidos como actor y actriz protagonistas, ni quiénes son los actores secundarios, ni la propia historia, ni los matices, ni los detalles. Está todo muy bien buscado».

En Crepúsculo, ella es Bella y él, un vampiro, «es una bestia, como el cuento de la Bella y la Bestia o la bella Durmiente». Los cuentos clásicos son el origen de estos estereotipos. «Desde que nacemos, nos empiezan a contar los clásicos y no solamente cuentos clásicos, en los que los perfiles que se nos da de ser mujer u hombre están muy estereotipados. Ahí es cuando se empieza a forjar ese ideario de lo que corresponde y de lo que es apropiado para ser mujer y de lo que es apropiado para ser hombre. Y también cuáles deben ser los arquetipos eróticos y los ideales románticos de relación», explica otra sexóloga de Soi Sex, Ana Isabel Jiménez.

Princesas para las niñas y superhéroes para los niños

«Va poco a poco, y a las niñas nos cuentan muchas historias que tienen que ver con las princesas, que necesitamos ser rescatadas, ser salvadas de algo o de alguien, que debemos estar siempre expectantes a que la vida de comienzo cuando aparezca el hombre que nos salve, nos bese y se case con nosotras. Y a ellos también se les pone el prototipo de príncipe, de poderoso, de salvador, que lo arregla todo, no solamente a través de cuentos, sino también a través de los superhéroes de los cómics, que viven intensamente salvando a todo el planeta y haciendo justicia. Anulando, además, su propia vida para asumir el rol de superhéroe», relata Jiménez, que explica que llega un momento en el que toda esta información que se inculca desde la infancia se extrapola a la literatura juvenil o a determinadas películas. «Lo que se hace es adaptar al momento vital esos ideales románticos y esos estereotipos que la gente joven e incluso adulta pasa sin filtro. Como ya tenemos grabado ese arquetipo no lo pasamos por la lógica y nos entra, nos gusta, porque llevan años y años de nuestra vida adoctrinándonos para ello y no nos lo pensamos dos veces». 

El mito de la pareja perfecta que se funde en una sola persona

Y así se siguen manteniendo mitos románticos como, por ejemplo, el de que la pareja perfecta lo es porque dos personas acaban compenetrándose tanto que se funden en una sola. «Se olvida, por tanto, el espacio personal y la posesión y el control se ven en las redes sociales, en las palabras, en todo. En 50 sombras, Grey elige los amigos y las amigas de Anastasia, su ropa, el ginécologo… ¿Perdona? ¿Me estás controlando la vida? De tal manera que te quedas difusa totalmente pero además ella es la salvadora de él, por decirlo de alguna manera. Yo como mujer te salvo porque te salvo, porque soy tu novia, la única, la exclusiva, la elegida», indica Fernández, que advierte de que estos roles se traspasan a la vida real en «mujeres que creen que tienen que salvar o que la persona con la que están cambiará gracias a ellas». Y, así, aparecen esas situaciones en las que «yo te salvo de donde tú estás metido y aguanto lo que sea por amor. Vale todo, porque al final cambiarás». 

Más réplica de la que nunca ha habido contra los estereotipos sexistas

Frente a estos estereotipos, en Soi Sex quieren mostrar otros modelos, otras formas de amor, las diferentes realidades y aportar herramientas para trabajar la conciencia crítica y la capacidad de decisión. «Estos libros y películas te pueden gustar o no, pero se deben tener las herramientas para saber si te quedas o no con esos modelos. Y si lo haces, para que sepan dónde se ubican, ya que es un modelo de maltrato, de sufrimiento y de dolor», indica Fernández. «Cuando  trabajamos con las familias o con los jóvenes, ayudándoles a que tomen cierta distancia y a que lo vean desde fuera, encuentran los mensajes de estas películas hasta ridículos. Si te pones a pensarlo, ni mucho menos todos los hombres ni las mujeres encajan en el modelo que se pretende vender. Para el que quiera y ese sea su modelo de ser hombre o mujer o quiera vivir así libremente, perfecto, pero a la mayoría de la gente no le encaja. Se sienten fuera de lugar. Hay que empezar a analizar estos estereotipos, estos ideales, desmontar esos mitos del amor romántico para construir otro tipo de relaciones y empezar a ofrecer otro tipo de modelos», insiste Jiménez.

En ocasiones, el trasfondo de los estereotipos sexistas ocupa titulares de prensa a diario y se llama violencia machista. «Ahora hay más información y lo tenemos más visible, pero es lo mismo que ha sucedido a lo largo de toda la historia. No es que haya más, pero ahora sí que hay más gente viviendo en esa diversidad, en ese cambio y en esos procesos de transformación social. Gente que opina y vive diferente. Hay colectivos y movimientos más reaccionarios que se aferran a los principios y los valores de tiempo atrás, pero no ha hay más casos de los que había. Lo que sí hay es mucha más réplica de la que ha habido nunca», considera Jiménez.