Pablo Motos, la nueva Mariló Montero

INFORMACIÓN

El presentador de «El Hormiguero» está siendo en las últimas semanas más cuestionado que nunca, pero cuáles son los motivos: ¿hay una campaña de desprestigio contra el presentador o es una estrategia promocional del programa?

16 jun 2017 . Actualizado a las 07:46 h.

De un tiempo a esta parte, parece que cada vez que Pablo Motos abre la boca sube el pan. Diga lo que diga mete la pata, y muchos ya le han empezado a comparar con Mariló Montero, que durante sus años al frente del magacine matinal de La 1 dejó un reguero de frases que ya forman parte de la historia de la televisión más reciente. Si después de que Mariló dijese que creían que los órganos tenían alma y se trasplantaba a otras personas o que el limón prevenía el cáncer la dirección de la cadena pública tuvo que salir a desautorizar las palabras de su presentadora, ahora parece que Pablo Motos va camino de convertirse en un digno sucesor como rey de los trending topics.

La responsabilidad de Pablo Motos en sus meteduras de pata o comentarios fuera de tono, siempre disfrazadas de licencias humorísticas, es mayor que la de Mariló Montero, ya que El Hormiguero se emite en prime-time, el horario de mayor audiencia. Lo es por la trascendencia de sus palabras, que llegan a muchas más personas a las que llegaban las de Mariló, que era la tercera opción que elegían los telespectadores por la mañana. El programa que presenta Pablo Motos es en muchas ocasiones uno de los más vistos de la noche y un lugar muy goloso para los anunciantes.

Por estos motivos es difícil de entender como es posible que Pablo Motos no se contenga de alguna manera para evitar los deslices que lo colocan desde los últimos meses en el disparadero de las últimas críticas y polémicas. La última fue este miércoles, cuando entrevistó a Peter Dinklage, conocido en España por encarnar a uno de los personajes más conocidos de Juego de Tronos y que acudió a El Hormiguero para promocionar el anuncio de una cerveza. «Sí, los enanos son reales», le respondió el actor a un poco pertinente comentario de Pablo Motos, al tiempo que le animaba a tocarle el brazo. Pablo Motos lo hacía y añadía una última puntilla: «¡Y fuertes!». Y no solo fue por esa pregunta, también por todo el resto de la entrevista que muchos consideraron de poco calado. «Pensé que esto era una entrevista» le llegó a decir Peter Dinklage a Pablo Motos en un momento dado.

Hace apenas unas semanas, Pablo Motos se metió en otro jardín, y esta vez bastante serio. Invitó a las protagonistas de Las chicas del cable «a divertirse en El Hormiguero» y lo que debía convertirse en un programa amable para promocionar la primera serie de Netflix producida en España, se vio totalmente empañado por un comentario que muchos tacharon de machista. Motos hizo preguntas tan profundas como «¿Cuántos pendientes calculas que te caben en la oreja?» o con quién se acostarían del universo Hollywood. Y las redes se incendiaron de nuevo con las preguntas machistas, algunas de ellas absurdas y la mayoría fuera de lugar. Al día siguiente le preguntaron a las protagonistas de semejante esperpento, que fue uno de los programas más visto del día, y aunque algunas prefirieron no ahondar en la controversia ya creada, otras sí que reconocieron que algunas de las cuestiones habían sido «desafortunadas».

Pero, si Pablo Motos lleva más de una década al frente de El Hormiguero, primero en Cuatro y ahora en Antena 3, haciendo las mismas preguntas cargadas de tópicos y sin ninguna relevancia a sus invitados ¿por qué ahora surge la polémica?.

¿Qué le pasa exactamente a Pablo Motos? ¿Se ha vuelto en los últimos meses un machista (junto a sus guionistas, que además parecen no ser capaces de plantear en el guión una batería de preguntas que sean interesantes tanto para el invitado como para el espectador? Probablemente no. Ni Pablo Motos es más machista ahora que hace tres años, ni su equipo de guionistas ha mermado o hace peor su trabajo. Probablemente, en la era de la salvamización de la televisión, El Hormiguero intenta huir de las polémicas disfrazando entrevistas que podrían tener cierto calado, con preguntas insustanciales, tirando de tópicos que terminan por salpicar de manera negativa al programa.

En un momento en el que la lacra de la violencia machista debería ser una de las principales preocupaciones de los políticos, cuando en lo que va de año han muerto ya 29 mujeres a manos de sus parejas o exparejas y seis menores, cualquier chiste con cierto tono machista es poco tolerado entre los telespectadores que reflejan su descontento de manera instantánea en las redes sociales.

Aunque muchos humoristas aseguran que el humor no tiene límites y hay que poder hacer chascarrillo de todo, ahondar en la desigualdad de género en horario de máxima audiencia tirando de tópicos sobre la mujer no es muy procedente, y cada vez los televidentes son más sensibles y amplifican estas salidas de tono. Ni se le permitía a Mariló Montero, ni se le permite a Bertín Osborne, ni tampoco a Pablo Motos.

Algunos telespectadores ven que el foco se ha centrado en Pablo Motos en los últimos meses, y que comentarios en los que antes nadie reparaba, ahora se convierten en polémica, que una tras otra, no dejan de rodear a El Hormiguero y a su presentador. Ese punto de inflexión es para una parte de los televidentes la controvertida que Motos le hizo a Isabel Pantoja: un auténtico peloteo con palabras tabú y preguntas a la medida de la entrevistada para lograr el máximo lucimiento. Desde finales de enero, la polémica no deja de tener nombre y apellidos: Pablo Motos.

¿Hay una campaña de desprestigio contra él? Los fans más fieles del presentador ven incluso una campaña de desprestigio hacia el presentador por parte de diferentes sectores, que intentan manchar la imagen de Pablo Motos. Sí es cierto que cada vez que Pablo Motos mete la pata, las redes se echan encima de él y no hacen más que recordar sus últimas polémicas, pero aunque unos puedan ser más sensibles que otros, lo que es innegable es que el presentador es el que pronuncia las frases poco afortunadas que le convierten en trending topic.

Mientras unos ven detrás de estas controversias una plan para dañar la imagen amable de Pablo Motos, otros alimentan una teoría más o menos conspiranoica. ¿Podría ser una estrategia promocional del programa para tener más impacto en las redes sociales? Si bien es cierto que ahora Twitter, Facebook e Instagram influyen cada vez más en los contenidos televisivos y las cadenas intenta aprovecharse de ello, poco o ningún rédito estaría sacando Pablo Motos de estas polémicas. Porque aunque tirando de la archiconocida cita de Oscar Wilde, «que hablen de ti, aunque sea mal» podría ofrecer a El Hormiguero beneficios inmediatos en términos de audiencia, las críticas a un programa de humor, familiar y destinado a todos los públicos, pueden terminar volverse contra él y traerle problemas a nivel publicitario. Una especie de efecto La Noria, salvando las distancias, que tras entrevistar previo pago a la madre del Cuco, terminó siendo retirada tras una campaña de boicot a sus anunciantes, que vetaron el programa de los sábados en Telecinco.