Ofensiva de Trump contra las conquistas de Obama

Adriana Rey NUEVA YORK / CORRESPONSAL

ACTUALIDAD

MANDEL NGAN

Su primera orden ejecutiva tiene como objetivo desmantelar la reforma sanitaria impulsada por su predecesor en el cargo, el «Obamacare», dirigido a los más desfavorecidos

07 feb 2017 . Actualizado a las 18:36 h.

Como había prometido, el presidente Donald Trump ha comenzado a deshacer el legado de Barack Obama desde el minuto uno. Su primer objetivo fue la reforma sanitaria. En un redecorado despacho oval, rubricó ayer de madrugada su primera orden ejecutiva como mandatario instruyendo a las agencias gubernamentales para que «alivien las cargas del Obamacare». Se trata de dar carta blanca a esos órganos federales para que desoigan las directivas económicas y de reglamento de la reforma, mientras los republicanos del Congreso diseñan la sustitución del plan que da cobertura médica a 20 millones de personas que carecían de seguro médico. «Ha sido un gran día», dijo Trump tras la firma.

Su agenda nacionalista quedó registrada en la nueva página web de la Casa Blanca. En ella fija como prioridad la deportación de los inmigrantes indocumentados con antecedentes penales o el muro en la frontera con México para detener la entrada de drogas y la inmigración clandestina, dos de sus promesas electorales más controvertidas. Con ese objetivo incrementará la presencia policial.

Recoge explícitamente el apoyo a la Segunda Enmienda de la Constitución, la que ampara la posesión de armas de fuego, «en todos los niveles de nuestro sistema judicial» y responde a las críticas al uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad. «El peligroso ambiente contra la policía está mal. La Administración Trump le pondrá fin», sostiene el documento.

El ideario está encabezado por los lemas de su campaña electoral, ahora convertidos en programa de Gobierno: «Hacer a EE.UU. grande de nuevo» y «poner a Estados Unidos primero», tanto en política exterior como comercial o energética. Anuncia la retirada de la Alianza Transpacífica (TPP) -integrado por 12 países que cubren el 40 % de la economía mundial- y amenaza con hacer lo propio con el acuerdo de libre comercio con México y Canadá, «si nuestros socios rehúsan una renegociación que ofrezca a los estadounidenses un trato justo». La guía conserva además la promesa de eliminar el plan de acción climático, ideado por Obama, en el que se imponen restricciones a las emisiones contaminantes.

A media tarde, Trump y el presidente de México, Enrique Peña Nieto, hablaron por teléfono y acordaron «reunirse pronto». Uno de los primeros dirigentes extranjeros en ser recibidos será la británica Theresa May, que viajará ya el jueves a Washington. 

Equipo incompleto

Atrás quedaron los desfiles y los bailes de investidura. La era Trump ya es una realidad. Mientras echa a andar, su maquinaria registra los primeros problemas al no tener completo el equipo. De momento, solo dos de los quince nominados han sido aprobados por el Senado (a estas alturas, Obama y Bush tenían ya siete confirmados), mientras que el Ejecutivo registra un gran vacío al estar nombrados solo 29 de 660 cargos previstos. Consciente de que el tiempo se le echa encima, el neoyorquino mantendrá a 50 funcionarios de alto rango de Obama en puestos clave como el Pentágono o el Departamento de Estado. 

Declaración de guerra contra la prensa en una visita a Langley

El presidente sorprendió ayer con una visita a la sede de la CIA, en Langley (Virginia), en un intento de tender puentes con la agencia a la que no dejó de vapulear los últimos meses, incluso comparando sus actividades con las promovidas por los nazis. «Estoy con ustedes, al mil por mil», les dijo. «Los amo y los respeto», insistió de pie delante de la famosa pared en la que están grabadas estrellas que representan a agentes caídos en sus funciones.

La visita se produce después de meses de animadversión entre los servicios de inteligencia y el republicano, quien los acusó de estar detrás de las filtraciones sobre un dosier en posesión de Rusia perjudicial para su imagen. «No hay nadie que tenga sentimientos más fuertes sobre la comunidad de inteligencia y la CIA que Donald Trump. No lo hay», aseguró.

El presidente no desaprovechó la oportunidad de lanzar una nueva andanada contra los medios de comunicación, a los que acusó de mentir sobre las cifras de asistencia a su investidura. Trump se declaró en «guerra» con los periodistas, de quienes dijo que están «entre los seres humanos más deshonestos de la tierra».