Marine Le Pen: La versión francesa de Trump

Jorge Casanova
Jorge Casanova REDACCIÓN / LA VOZ

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BENOIT TESSIER | Reuters

La tercera hija de Jean Marie es, en buena medida, la responsable de esa buena salud de la ultraderecha francesa

23 abr 2017 . Actualizado a las 10:22 h.

Atento, porque está leyendo el perfil de una candidata que, salvo cataclismo, esta noche se proclamará como una vencedora de las elecciones. Marine Le Pen (Neully-sur-Seine, 1968) ya ha conseguido llevar al Frente Nacional a ser el primer partido de Francia en dos citas electorales y hoy, con la siempre inestimable ayuda del terrorismo yihadista que el jueves volvió a mostrarse en la capital francesa, prepara otro golpe de efecto.

Sumergida en la política desde la cuna, Marine es la tercera hija de Jean Marie, aquel personaje siniestro que apareció en la escena política a contracorriente con anacrónicos presupuestos ideológicos que, sin embargo, han sido capaces de transitar hasta hoy con un vigor sorprendente. La responsable de esa buena salud de la ultraderecha francesa, en buena medida, es ella.

Dicen sus biógrafos que dos episodios marcaron el carácter de la joven Marine. El primero, el atentado con bomba sufrido en su casa cuando tenía 8 años, y del que la familia salió milagrosamente ilesa. El segundo fue la huida de su madre con otro hombre y su posterior posado en Playboy con la intención de humillar a su exmarido. Marine tardó diez años en volver a dirigirle la palabra.

En cualquier caso, heredó el partido después de que su padre descartara paulatinamente a sus dos hermanas mayores. No le resultó fácil, pero el desparpajo de esta abogada de formación y su incuestionable telegenia la llevaron a liderarlo para aplicar una estrategia de dulcificación sobre las burradas más insoportables que sembraba su lenguaraz padre.

La candidata, al estilo de Trump, no es muy partidaria de lo políticamente correcto. Conoce perfectamente la dimensión del electorado que valora un buen exabrupto cuando hace falta, que quiere escuchar mensajes verdaderamente radicales cuando disparan los terroristas o cuando la economía se estremece. Marine, a la que por cierto nunca verán con falda, tiene respuesta para todo: desde cerrar las fronteras a la jornada de 35 horas y liquidar los tratados de libre comercio hasta salir del euro y de la Unión Europea. Francia para los franceses, Francia lo primero. ¿Les suena? En realidad casi toda Europa le tiene miedo, pero, en su país, cada vez recibe más apoyos.

Para llegar adonde está, Marine tuvo que neutralizar a su padre y sortear con cuidado los aspectos más ásperos del discurso lepeniano, singularmente los que tenían que ver con el antisemitismo, pero carga con intensidad contra la inmigración en un país donde está por encima del 10 % y donde residen más de cinco millones de musulmanes. Hace tiempo que ya nadie discute su liderazgo en el Frente Nacional, porque Marine es una mujer de armas tomar. Hasta Ana Pastor se quedó descolocada en una ya célebre entrevista en El Objetivo. La candidata tiene un cuerpo a cuerpo poderoso y es muy rápida. Un mal adversario en un debate.

La líder de la ultraderecha europea se ha casado dos veces y se ha divorciado otras tantas, y dio a luz tres hijos. En la actualidad mantiene una relación con Louis Alliot, que, como sus dos maridos anteriores, está directamente vinculado con el partido que dirige, del que es el actual vicepresidente. Su hobby es montar a caballo y su forma de relajarse, disparar en una galería. Ante su pujanza, Europa contiene el aliento.