El poderoso eje franco-alemán pende de un hilo

Patricia Baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

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HANNIBAL HANSCHKE | Reuters

Tras haber perdido al Reino Unido, el Gobierno de Merkel sabe que solo su tradicional alianza es capaz de frenar el debilitamiento de las relaciones trasatlánticas

23 abr 2017 . Actualizado a las 10:22 h.

El 8 de julio de 1962, el alemán Konrad Adenauer y el francés Charles de Gaulle sellaron el principio de una complicada relación de amor y odio. Medio siglo después, cuando el brexit, Trump y Putin atentan contra el proyecto comunitario, el eje franco-alemán cobra más importancia que nunca. Algo de lo que son conscientes los Gobiernos de las dos potencias europeas, con posturas políticas y económicas opuestas, pero empeñados en transmitir la imagen de unidad en tiempos difíciles. Sobre todo porque ambos se enfrentan en paralelo a los mismos monstruos: la sed de cambio del electorado, la crisis del bipartidismo y el auge de los populismos.

«No seré vicecanciller de Angela Merkel», ha afirmado Marine Le Pen. No es la única, todos los candidatos al Elíseo han lanzado dardos a su vecino durante la campaña. La locomotora europea sigue de cerca los comicios de hoy. Tras haber perdido al Reino Unido, el Gobierno de Merkel sabe que solo un tándem franco-alemán es capaz de frenar el debilitamiento de las relaciones trasatlánticas, por la presión de Washington y Moscú, y garantizar la estabilidad que precisa el bloque ante el brexit y la amenaza terrorista.

Peores escenarios

Por eso, lo que más teme el Ejecutivo de la gran coalición es una victoria de Le Pen, que está a favor de abandonar el euro y en contra de la política de acogida de Merkel. De imponerse la ultraderechista, sería una doble bofetada para Merkel, que tiene en casa al AfD decidido a entrar con fuerza en el Bundestag en las elecciones de septiembre. Sin duda, el segundo peor escenario para Alemania sería una victoria de Jean-Luc Mélenchon, quien defiende una postura antagónica respecto a la UE y prefiere reunirse con Pablo Iglesias que con la canciller.

En enero, Merkel invitó a François Fillon a presentar su programa en Berlín, pese a las divergencias existentes entre ambos. Pero, tras la caída en desgracia de su aliado natural, ha depositado todas sus esperanzas en Emmanuel Macron, con el que hay más sintonía. Es más, diputados alemanes de todas las vertientes le consideran ya el antídoto perfecto contra los populismos.