La ultraderecha alemana apunta al Bundestag con dos cabezas de cartel «patriotas»

Patricia Baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

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El congreso de Alternativa para Alemania fulminó a ala más moderada, que encabeza la mediática Frauke Petry

24 abr 2017 . Actualizado a las 00:13 h.

Pocos conocen a Alexander Gauland, y aún menos a Alice Weidel. Sin embargo, el veterano ultranacionalista y la joven euroescéptica darán mucho que hablar en los próximos meses, después de haber sido elegidos ayer para representar al partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) de cara a las elecciones generales del 24 de septiembre. Un dúo de extremistas con el que la formación, reunida en Colonia para un congreso de dos días que estuvo marcado por las disputas internas, se radicaliza aún más con el fin de colarse en el Bundestag.

«Defenderemos al país que heredamos de nuestros padres y abuelos», declaró Gauland, vicepresidente y cofundador del partido que desde el 2015 ha capitalizado el voto de rechazo a la acogida de refugiados. A sus 76 años ha llegado a asegurar que ningún alemán desea tener como vecino al futbolista de padre ghanés Jerome Boateng. El publicista y jurista de profesión que durante cuatro décadas fue miembro de la CDU de Angela Merkel apoya al líder del AfD en Turingia, Björn Höcke, quien criticó la cultura de la memoria del Holocausto judío.

«Somos patriotas y no nos dejaremos ablandar», clamó Weidel, asesora empresarial de 38 años que ha confesado su homosexualidad y viene del próspero estado federado de Baden-Württemberg, en el sur del país. «Somos más fuertes que nunca», insistió la representante del ala económico-liberal del AfD, que rechaza la retórica popular de Höcke y Gauland, pese a que cosechó una gran ovación al garantizar que hará frente a la «política migratoria irresponsable» y defenderá la identidad alemana por encima de todo.

Los cerca de 600 delegados ultraderechistas que se dieron cita en medio de protestas multitudinarias aprobaron con un 92 % de los votos un programa electoral que proclama que el islam no forma parte de Alemania y apuesta por el cierre inmediato de las fronteras a la inmigración. Asimismo, hace hincapié en la necesidad de defender el concepto de familia tradicional, de «reinstaurar la democracia», pues considera que la soberanía nacional ha sido usurpada por los poderes fácticos de Bruselas, y de que el país abandone la zona euro.

Una hoja de ruta que implica un mayor viraje a la derecha, además de un varapalo para la copresidenta y cara más visible del AfD, Frauke Petry, que veía el sábado cómo sus correligionarios rechazaban su propuesta de moderar la línea de la formación para poder integrar futuras coaliciones de gobierno. Algo que no interesa en absoluto a los suyos, que al igual que su compañero en la dirección bicéfala del partido, Jörg Meuthen, prefieren mantenerse en la bancada opositora.

«Ayer fue un día difícil para Petry. Pero la seguimos necesitando», sostenía Gauland, consciente de que le ha ganado el pulso a la doctora en Química de 41 años, que mantendrá su puesto. No obstante, su derrota influirá en la campaña de su marido, Marcus Pretzell, jefe del partido en Renania del Norte-Westfalia. El land más poblado del país celebrará elecciones regionales el 14 de mayo. Será la última oportunidad que tengan la CDU y el SPD de frenar al AfD antes de las generales.