El terrorismo vuelve a golpear a la minoría cristiana de Egipto

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

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Cerca de 30 muertos, entre ellos niños, en el ataque a tiros de un grupo armado a un autobús que se dirigía a un monasterio

27 may 2017 . Actualizado a las 00:58 h.

Los cristianos coptos de Egipto han vuelto a ser golpeados por los terroristas. En el día del rezo musulmán y en vísperas del inicio del Ramadán, un grupo armado acribilló a balazos un autobús cuando se dirigía a primera hora de ayer hacia un monasterio en el sur del país. El balance es de 28 muertos, entre ellos «un alto número de niños», y 25 heridos. Ningún grupo se adjudicó la autoría, pero todo apunta a la filial egipcia del Estado Islámico, que en abril dejó más de 40 muertos en iglesias de Alejandría y Tanta, días antes de la visita del papa, dentro de su anunciada ofensiva contra esta minoría religiosa.

Los atacados se dirigían en autobús al monasterio de Anba Samuel el Confesor, en una carretera en medio del desierto a medio camino entre El Cairo y Menia, donde se concentra una parte importante de la minoría copta. Unos diez hombres armados, que viajaban en tres vehículos todoterreno, detuvieron el autobús y comenzaron a disparar de forma indiscriminada contra los pasajeros. Varios testigos contaron a la agencia DPA que los hombres iban uniformados y pertrechados con armas automáticas. Las cadenas locales mostraron imágenes del autobús agujereado por las balas y manchado de sangre. Varios cuerpos yacían en la carretera tapados con mantas.

Las dos decenas de heridos fueron trasladados a hospitales de pueblos cercanos, mientras la policía lanzaba una operación para capturar a los asaltantes.

Bajo estado de emergencia

El ataque se produjo pese al estado de emergencia declarado tras la matanza del Domingo de Ramos y el despliegue del Ejército en lugares públicos e iglesias, para apagar las protestas de la comunidad copta contra el Gobierno por su falta de protección. «Es evidente que la ley de emergencia no funciona como una medida de seguridad para detener la violencia terrorista», aseguró a Efe la analista del Instituto Tahrir para la Política en Oriente Medio, Allison L. McManus.

El presidente Abdelfatah al Sisi reunió a los responsables de seguridad y llamó a «todos los servicios del Estado a actuar rápidamente». Los intermitentes atentados de la filial egipcia del Estado Islámico, que tiene su base en el norte de la península del Sinaí, desafían al jefe de Estado desde su llegada al poder hace cuatro años por un golpe de Estado que acabó con la presidencia del islamista Mohamed Mursi.

Como en anteriores atentados, entre las condenas estuvo la del proscrito movimiento de los Hermanos Musulmanes, que lamentaron el «terrible» ataque contra «los hermanos cristianos inocentes». «El incidente de Minia es inaceptable para los musulmanes y los cristianos y atenta contra la estabilidad de Egipto», declaró por su parte Ahmed al Tayeb, el gran imán de Al Azhar, el principal centro del islam suní. «Pido a los egipcios que se unan frente a este brutal terrorismo», declaró desde Alemania, donde está de visita. El gran mufti de Egipto, Shawki Allam, calificó a los autores del ataque de traidores.

La Iglesia copta recibió la muerte de sus «mártires» con dolor y pena. Los cristianos son el 10 % de los 93 millones de habitantes egipcios de mayoría musulmana suní. Los islamistas radicales acusan a esta minoría de haber apoyado el derrocamiento de Mursi en el 2013. Desde entonces, más de 40 iglesias han sido incendiadas o destruidas, así como decenas de escuelas, viviendas y comercios de los coptos, según Human Rights Watch.

Las condenas también vinieron de todo el mundo árabe, Europa e Israel. En París, la Torre Eiffel apagó sus luces en solidaridad con la comunidad copta y Egipto.