Trump informa a sus «confidentes» de que EE.UU. abandonará el Acuerdo de París contra el cambio climático

Adriana Rey NUEVA YORK / CORRESPONSAL

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BRENDAN SMIALOWSKI | AFP

El presidente estadounidense ha señalado en diversas ocasiones que el cambio climático es un fraude

29 may 2017 . Actualizado a las 10:06 h.

En un intento de enterrar la lucha contra el cambio climático de Barack Obama, Donald Trump dirá adiós al Acuerdo de París. Es esto lo que sostienen varios medios estadounidenses, después de saber que el presidente de EE.?UU. así se lo habría comunicado a sus confidentes. Entre ellos estaría el director de la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés), Scott Pruitt, un escéptico del cambio climático que ha combatido activamente las regulaciones ambientales aprobadas por Obama. Es más, Pruitt llegó a demandar en varias ocasiones al mismo organismo que hoy dirige. 

El anuncio tendrá lugar esta semana tal y como el propio mandatario estadounidense avanzó durante la cumbre del G-7 celebrada en la localidad italiana de Taormina. Fue allí donde Trump, a pesar de la presión de la comunidad internacional, habría deslizado su postura sobre un acuerdo que establece una serie de medidas para la reducción de gases de efecto invernadero y que ha sido firmado por 195 países.

La canciller alemana, Angela Merkel, ya anticipó la posibilidad del portazo republicano cuando habló de una discusión «no muy satisfactoria» y de indicios de que EE.?UU. no seguirá actuando según lo establecido en el Acuerdo de París. De ser así, los tiempos no jugarían a favor de Trump porque la decisión de una hipotética salida obligaría a revisar el texto del acuerdo multilateral y su abandono no se haría efectivo hasta prácticamente al final de su mandato. 

Alerta planetaria

Pero ¿qué pasa a efectos prácticos? Es decir, ¿qué sucedería en el planeta si Washington abandona el acuerdo? Decenas de climatólogos han desvelado que la situación empeoraría, siendo muy probable que la Tierra alcance niveles de calentamiento mucho más peligrosos, porque incluso con EE.?UU. dentro del acuerdo, este país ya contribuye mucho al aumento de las temperaturas.

Según sus cálculos, las emisiones a la atmósfera podrían llegar hasta los 3.000 millones de toneladas de dióxido de carbono adicionales al año. Una acumulación continuada de estos niveles provocaría que las capas de hielo se derritiesen más rápido, causando a su vez una subida del nivel de los mares y un clima mucho más extremo.

A pesar de que la Casa Blanca aseguró que la postura de Trump estaba «evolucionando», lo cierto es que desde que juró su cargo como presidente de EE.?UU. no ha hecho nada que indique que no sigue pensando que el cambio climático es un «fraude» o «una invención china» como dijo durante la campaña electoral. Más bien todo lo contrario. El pasado mes de marzo y a golpe de orden ejecutiva, el neoyorquino puso en marcha el desmantelamiento de todas las medidas para reducir las emisiones contaminantes y recuperar la explotación de energías fósiles, dando paso a lo que definió como «una nueva revolución energética». Las cuentas públicas también fueron toda una declaración de intenciones, donde Trump redujo un 31 % el presupuesto de la EPA y eliminó la financiación a programas de la ONU contra el cambio climático.

El que Trump todavía no haya tomado una decisión sobre la salida o no del Acuerdo de París, es también un reflejo de la falta de consenso dentro de su Administración.

El presidente presiona a los medios tras las filtraciones

Que Donald Trump no tiene intención de mejorar su relación con la prensa es algo obvio desde que presentó su candidatura, allá por junio del 2015. Desde entonces, sus ataques han sido la demostración del poco respeto que Trump tiene por la primera enmienda de la Constitución de EE.UU., aquella que protege la libertad de prensa. El neoyorquino nunca llevó bien el contacto con los medios, a menos que tuviese que airear sus éxitos o deslices amorosos, que él mismo filtraba: «La prensa es mentirosa y solo manipula a la gente», dijo en 1981 cuando el sector lo criticó en su negociación por la actual Torre Trump de Manhattan. Y 36 años después, la relación se resume en dos palabras: «Fake News» (noticias falsas). Así suele referirse Trump a los periodistas blanco de sus envites. «Cuando vean en los medios de comunicación falsos las palabras 'según fuentes' y no mencionen nombres... es muy posible que esas fuentes no existan y sean en realidad inventadas por redactores de noticias falsas ¡Son el enemigo!», cargó ayer en Twitter.

Trump ya no pudo esconder más su frustración tras las filtraciones que golpean su Administración y colocan a fieles como Kushner en el centro de la trama rusa. Tras este fin de semana del Memorial Day (día en que EE.UU. recuerda a sus muertos en combate), la Casa Blanca podría poner en marcha cambios urgentes. Por ejemplo, una «sala de guerra» se dedicará exclusivamente a gestionar esta crisis que consume al presidente y que, por supuesto, sus rivales aprovechan.