La madre biológica del menor devuelto a Oviedo demanda a la consejera Varela

Pilar Campo OVIEDO

OVIEDO

María José, madre biológica de Joan.
María José, madre biológica de Joan. Miguel Ángel Polo | EFE

Un juzgado admite a trámite la querella interpuesta contra la titular de Servicios y Derechos Sociales por desobediencia a la autoridad judicial

21 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Un juzgado de Oviedo ha admitido a trámite la querella contra la consejera de Servicios y Derechos Sociales del Principado de Asturias, Pilar Varela, que ha sido interpuesta por la abogada Nieves Ibáñez Mora, en representación de María José Abeng, madre biológica del menor Juan Francisco, de cuatro años, quien, desde el pasado mes de septiembre, se ha reintegrado a su entorno familiar materno en la capital asturiana en cumplimiento de una sentencia de la Audiencia Provincial, confirmada por el Tribunal Supremo. El pequeño, que desde que tenía 18 meses vivía con unos padres preadoptivos en la localidad valenciana de Sueca, está «muy bien» y tanto él como su madre se encuentran «perfectamente».

María José Abeng trata ahora de recuperar su vida junto a su hijo Juan Francisco, alejada de todo foco mediático. La joven, de 19 años, quiere preservar su intimidad y mantener en el ámbito de la privacidad todo detalle relacionado con la nueva etapa que ha iniciado para lograr tanto la estabilidad emocional como el buen desarrollo del menor. «María José y el niño están bien. Ella no quiere hablar y la situación está correcta. Todo va bien», comentó su abogada.

«El procedimiento sigue adelante»

Mientras la familia materna coge el pulso de la actividad cotidiana, la abogada Nieves Ibáñez mantiene abiertos varios frentes judiciales para hacer prevalecer los derechos de su representada. Entre las acciones judiciales emprendidas, figura la querella interpuesta a la consejera de Servicios y Derechos Sociales. La letrada ha confirmado a La Voz que ha decidido demandar a Pilar Varela por su presunta responsabilidad en un delito de desobediencia a la autoridad judicial. «El procedimiento continúa adelante. Nosotros ejercitaremos las acciones que consideremos oportunas, instando procedimientos. Ahora hay abierta una querella por desobediencia a la autoridad judicial que el juzgado ha admitido y la consejera tendrá que declarar por el incumplimiento», añadió la letrada.

Nieves Ibáñez prefiere ser cauta y no adelantar más datos sobre el contenido de la querella o las posibles acciones o medidas judiciales alternativas que pudiera proponer o emprender. Asimismo ha eludido comentar la decisión de los padres preadoptivos de Sueca de recurrir ante el Tribunal Constitucional la sentencia del Tribunal Supremo que a su vez confirmaba la sentencia de la Audiencia Provincial de Oviedo que les obligó a entregar a Juan Francisco a su madre biológica.

«Los padres preadoptivos van a seguir su guerra contra nosotros y nosotros emprenderemos las acciones que veamos necesarias», reiteró.

Un psicólogo supervisa al menor

La evolución del menor será sometida a un seguimiento por parte de la administración regional y será supervisada por un psicólogo adscrito a los juzgados de Gijón. El perito deberá comunicar sus informes al juzgado cada mes, para que se adopten las decisiones que corresponden en «cada momento en beneficio del menor», tal y como los magistrados del tribunal de la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Oviedo han establecido para garantizar la estabilidad emocional del menor. 

Desde un principio, el Principado, que tenía asumida la tutela de la madre, desde el año 2008, se habían decantado a favor de la separación entre madre e hijo así como a la adopción de medidas encaminadas a la preadopción. María José Abeng había dado a luz a su hijo, durante su minoría de edad y cuando estaba internada en un centro tutelado por la Administración regional.

Los peritos del equipo psicosocial de Gijón realizaron un informe en el que se pronunciaron a favor de que fuera la joven como «madre biológica capacitada» quien se encargara de la custodia de su hijo, al entender que podía ejercer «una maternidad responsable». Su informe fue decisivo para que la Sala estimara el recurso de apelación de la abogada Nieves Ibáñez.

Una sentencia  «modélica y ejemplar»

Los magistrados de la Audiencia Provincial daban un auténtico varapalo a la Administración regional en su sentencia al sostener que «desde el mismo día del parto, decidió separar a la madre del recién nacido, sin que conste se barajaran otras opciones que posibilitaran o propiciaran la relación madre e hijo», tal y como puso de manifiesto el psicólogo adscrito a los juzgados de Gijón. Y eso, a pesar de reconocer que la joven había realizado todo tipo de gestiones para evitar la ruptura, aceptando tener un defensor judicial, presentando numerosos recursos y solicitudes para reagruparlos a ambos en un mismo centro, ya que mientras ella se encontraba en el centro infantil-juvenil de Los Pilares, su hijo fue llevado al área del Menor del Centro Materno Infantil, sin que ambos pudieran tener contacto alguno. En contraposición a la actitud de la madre biológica, la actuación del Principado de Asturias se dirigía, según expuso la Sala en la sentencia, «a proseguir con la ruptura en beneficio de la adopción».

Los padres preadoptivos, la Fiscalía Superior del Principado de Asturias y la Consejería de Servicios y Derechos Sociales del Principado recurrieron al Tribunal Supremo la resolución de la Audiencia Provincial. Todos los recursos de casación fueron desestimados por el alto tribunal que llegó a calificar la sentencia dictada por la Audiencia de Oviedo de «modélica y ejemplar».

El Supremo ni siquiera entró en el fondo del asunto al advertir de que contra ese tipo de decisiones no cabía recurso de carácter extraordinario alguno, adquiriendo firmeza la sentencia de la Audiencia. En un auto, del que fue ponente su presidente, el magistrado Francisco Marín, el alto tribunal reitera la constante jurisprudencia existente en esta materia. «La última palabra corresponde a las Audiencias Provinciales, según el criterio consolidado desde el año 2003», argumenta el Supremo. Un auto que ha devuelto la tranquilidad a María José Abeng y a su hijo Juan Francisco.