Los forenses afirman que el asesinato no fue por impulso

Europa Press / La Voz OVIEDO

OVIEDO

El supuesto asesino de la mancuerna
El supuesto asesino de la mancuerna J.L.Cereijido

El acusado sufre «trastorno mixto de personalidad con un alto grado de narcisismo» pero no tiene mermada su inteligencia

17 ene 2017 . Actualizado a las 14:30 h.

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial ha acogido este martes la tercera sesión del juicio contra Jorge P.V. acusado de matar a su mujer con una mancuerna en su vivienda en Oviedo, en noviembre de 2015, un acto que los forenses que le examinaron han considerado «no fue fruto de un impulso», sino más bien a «un hecho pensado para que la víctima no sufriese».  Además, tanto esos forenses como los psiquiatras y psicólogos que lo trataron con anterioridad, han considerado que el acusado sufre un «trastorno mixto de personalidad» con un alto grado de «narcisismo», pero han descartado que en esos años hubiese algún episodio por pérdida crítica de la realidad ni «impulsabilidad».

Los forenses han manifestado también que vieron «un fondo de egoísmo en su confesión». En este sentido han relatado que Jorge P.V. les contó su intención de acabar con su vida. «Dijo que se iba a suicidar pero que en el último momento le vino un pensamiento de que tendría que honrarla, dijo que pensó que si se suicidaba, como es creyente no iba al cielo y no podría estar con ella porque no se había confesado». Han indicado además que, si bien el acusado les manifestó que había ingerido alcohol el día de los hechos, tanto en varios locales como en la vivienda, este no les precisó que cantidad había consumido. No obstante consideraron que si ese consumo hubiese provocado una situación de embriaguez extrema o moderada «recordaría con dificultad el momento en que cometió los hechos, en cambio les relató lo ocurrido con detalles».

«Homicidio por compasión»

A preguntas de la abogada de la defensa de Jorge P., ejercida por Maria López-Castro, los forenses han indicado que no consideran que el acusado haya actuado «fruto de un impulso» ya que este les indicó que ya en otras ocasiones había pensado que ella -la víctima- no soportaría la situación creada. «Casi podemos hablar de un homicidio por compasión, como diciendo la mato para que no sufra, lo hizo porque la situación creada era de tal calibre que creía que ella no lo soportaría. Más bien fue un hecho pensado para evitar que sufriese. Siempre manifestó que quería evitar su sufrimiento», han explicado.

Los forenses han insistido que el acusado sufre «trastorno mixto de personalidad que mezcla un trastorno límite y un trastorno narcisista, lo cual nada tiene que ver con discernir el bien del mal ni con ser o no responsable de lo que uno hace», ya que han considerado que «tiene una inteligencia normal». También han indicado que el acusado no padece «psicosis» ni tiene alterada su voluntad y menos su inteligencia siendo capaz de discernir «perfectamente el bien y el mal».

Han relatado como el interrogatorio al acusado les pareció «poco fiable ya que daba la sensación de megalómano, con un ánimo de aparentar más de lo que era o había hecho». También han relatado como Jorge P. V. ya actuó de una manera similar con anteriores parejas a las que engañó sobre su situación económica y las dejó cuando la situación era ya «insostenible». También han declarado por videoconferencia y a petición de la defensa dos psiquiatras que trataron en 2010 al acusado y que han indicado que diagnosticaron a Jorge P.V. «trastorno mixto de la personalidad». No obstante han indicado que ello no debe suponer que el paciente tenga «descontrol de sus impulsos». Además han descartado que sufriese un trastorno «antisocial» y han indicado que «no parecía una persona violenta ni nunca había presentado conductas violentas con los demás».

Resultado de la autopsia

Respecto a la autopsia y el examen del cadáver los forenses que se encargaron de llevar a cabo los mismos han explicado que se determinó como causa de la muerte la «práctica destrucción de la cavidad del cráneo». Así han indicado que todas las lesiones se localizaban a nivel craneal y no se encontró ningún signo de defensa o lucha por parte de la víctima. Han sido muy contundentes a la hora de definir la «extrema violencia de los golpes». «El cadáver presentaba muchos golpes, todos de una violencia tal que cualquiera de ellos podría haber sido mortal», han relatado. Constataron además que el cuerpo estaba envuelto en mucha ropa.