El técnico carbayón solo ha sido capaz de sumar 13 de los 33 puntos disputados
28 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.«Los resultados desde que estoy al frente del equipo no están siendo buenos. No puedo calificar de otra manera mi actuación y entiendo la decepción de la afición». No le falta razón a David Generelo a la hora de hacer balance de su labor al frente del Real Oviedo. Las comparaciones siempre son odiosas, pero en la mayoría de las ocasiones parecen necesarias si queremos hablar con perspectiva.
Los números de Generelo como máximo responsable del banquillo del Carlos Tartiere están muy por debajo de lo esperado. Si nos pusiésemos en posición del profesor que evalúa a su alumno este no pasaría de un gran 'necesita mejorar', y mucho --otra cosa es que haya margen--. El entrenador maño acumula ya 11 partidos en esta Liga Adelante, con un desalentador saldo de 4 victorias, 1 empate y 6 derrotas. Las cuentas están claras, si tradujésemos ese bagaje en puntos las sensaciones pueden ser aún peores. Sumar 13 de los 33 en juego son dígitos más cercanos a quien lucha por la permanencia que a quien quiere hacerlo por el ascenso directo o el 'play off'. Trasladado a porcentajes, el Oviedo de Generelo solo ha sido capaz de sumar el 39 por ciento de los puntos en liza.
Pensando en el partido de mañana en Zaragoza los números fuera de casa son aún más preocupantes. Los analizábamos hace unos días en La Voz de Asturias. Aunque cabe recordar que con el entrenador maño lo sucedido lejos de la capital del Principado se resume en 5 partidos con 4 derrotas y 1 empate. El Oviedo de Generelo solo ha sumado 1 punto de los 15 disputados fuera. Casualmente el único empate de la 'era Generelo' se producía en Tarragona ante el Nàstic, a mediados del pasado mes de abril.
Llegados a este punto nos vemos obligados a comparar ese 13 de 33 --puntos sumados por este último Oviedo-- con el 46 de 87 de Sergio Egea. Los números del argentino son netamente mejores. Y los porcentajes también. El que fuera inquilino del banquillo azul durante 29 partidos llegó a ganar 12 encuentros. Con 10 empates y 7 derrotas, sumando por tanto el 53 por ciento del los puntos disputados.
Pese a todo lo sucedido, la matemática sigue siendo caprichosa a la par que aliada de este Oviedo. Superados todos los tropiezos y a falta de 180 minutos para que se acabe el campeonato los carbayones siguen dependiendo de sí mismos. «Las posibilidades son pocas pero mientras haya una, por pequeña que ésta sea, vamos a hacer nuestro trabajo» afirmaba un lacónico Generelo.
Aunque es necesario aclarar que para ello debería sumar los 6 puntos que restan por jugarse. Los tres de mañana en La Romareda y los restantes dentro de ocho días ante Osasuna. Dos enfrentamientos directos que unidos al Girona-Alcorcón de esta jornada cierran el círculo de la dependencia azul.
El calendario y la clasificación han sido del todo caprichosos. A día de hoy siete equipos, desde el tercer clasificado (Nàstic de Tarragona) al noveno (Oviedo), dependen de sus propios resultados para meterse en la promoción por el ascenso.
En matemáticas dos y dos son cuatro. Suma que en sensaciones puede no dar el resultado deseado. Aunque como aseguraba Gaizka Garitano, el técnico del Leganés después de ganar en el Tartiere: «el fútbol son momentos o instantes en los que las cosas te pueden ir mejor o peor. No me extrañaría que el Oviedo ganase en Zaragoza. Tienen talento y jugadores que pueden conseguir cualquier cosa». Ahora solo falta que esa tecla de activación, que el novato entrenador azul lleva meses intentando activar, aparezca y la máquina empiece a funcionar.
Cualquier resultado mañana que no sea un '2' en el casillero azul nos llevara irremisiblemente a pensar en la próxima temporada.