Manel Navarro, último en las casas de apuestas, actuará en el puesto 16.º
13 may 2017 . Actualizado a las 09:56 h.No lo va a tener fácil el italiano Francesco Gabbani esta noche en la 62.ª edición del Festival de la Canción de Eurovisión (21.00 horas, La 1). El que partía como gran favorito para la victoria se ha encontrado con un fuerte contrincante por el camino. Salvador Sobral, representando a Portugal, cautivó a la audiencia en la primera semifinal, posicionándose rápidamente como rival a batir.
Ambos actuarán en la primera mitad del festival solo separados por la cantante danesa Anja -el italiano será noveno y el luso undécimo-.
Aunque los dos apuestan por canciones en su idioma natal, Gabbani busca a través de Occidentali’s karma hacer bailar al público con una letra marcada por la sátira social. Por su parte, el artista portugués jugará la carta de la emoción con Amar pelos dois, una melancólica propuesta escrita por su hermana que ha despertado alabanzas tanto del público como de medios.
Pero no todo está decidido en la parte alta de la tabla. La aplaudida actuación del búlgaro Kristian Kostov -es el participante más joven de la final con 17 años- puede arrebatar el micrófono de cristal a Portugal e Italia. Bulgaria podría contar, además, con los votos de países que en anteriores ediciones se decantaban por Rusia, vetada de la competición este año.
El Centro Internacional de Exposiciones de Kiev acogerá también otras grandes apuestas, como Suecia, Reino Unido o Bélgica, que buscarán su sitio en el top 5.
La suerte no correrá de la misma forma para España, según las previsiones. Manel Navarro, colista en las casas de apuestas, buscará con su estilismo surfero y una colorida puesta en escena contagiar de alegría y buen rollo al público en una edición en la que predominan las baladas.
El cantante de Sabadell, que se ha visto rodeado de polémica desde su elección como representante español, tendrá que confiar en el voto fiel de países como Suiza, Francia o Portugal para avanzar puestos en la clasificación final y huir de los peores augurios.