Una de vaqueros

Pablo Acebal
Pablo Acebal GIJÓN

SPORTING 1905

Sergio Álvarez pugna por un balón
Sergio Álvarez pugna por un balón Zipi

Pablo Acebal nos cuenta una anécdota sobre uno de los jugadores más importantes del Sporting

11 oct 2016 . Actualizado a las 12:11 h.

Qué mejor momento que una semana sin liga para contar una de vaqueros. Como dirían los más viejos del lugar.

Un 29 de Agosto de 2009, a las 11:30 de la mañana y con cuarenta grados a la sombra iniciaba la competición liguera el Sporting B, en Badajoz, en el campo del Cerro Reyes.

En el minuto 78 de partido, Abelardo, que por aquel entonces era entrenador del filial, decide realizar el último cambio de los tres disponibles, retirando del campo a un servidor y dando entrada a un chaval de 17 años que había subido esa semana del juvenil a entrenar con nosotros. Flaco, espigado y con una apariencia enclenque que tardó sólo doce minutos en disipar. Hoy, aquel chaval de 17 años es, estados de forma aparte, la pieza sobre la que gira y deberá de girar durante muchos años este Sporting.

Es de recalcar, aun a riesgo de parecer condescendiente, que el entrenador que hizo debutar a Sergio Álvarez en el filial con tan sólo diecisiete años no fue otro que Abelardo. Y es de recalcar únicamente, porque muchos han sido los que se han querido colgar la medalla del descubrimiento de Sergio, a toro pasado y con un grado de oportunismo deleznable.

Estoy de acuerdo con los que comparten que la planificación deportiva de esta temporada ha sido un golpe bajo a la esencia de Mareo. Trece fichajes y por el momento, escasas oportunidades a la gente de la casa. Sin embargo, no debe comprarse el argumento que no va más allá del simple rechazo del entrenador a los jugadores de la cantera. Entre otras cosas, porque al contrario de lo que pueda parecer la actitud de este año, no creo que Abelardo sea, ni mucho menos, sospechoso de no mirar hacia la cantera. Muchas veces por obligación. Cierto. Pero otras tantas por creencia fe ciega en un futbolista sin importarle la edad, como el ejemplo de Sergio, o como, cuando años más tarde y ya como entrenador del primer equipo, su primera medida fue hacer debutar a Jony, un joven extremo zurdo que destacaba semana tras semana en el filial y al que nadie le había dado ni tan siquiera la oportunidad de entrenar con el primer equipo. Sí, ese Jony al que hoy echamos tan de menos en la banda izquierda del Molinón.

El análisis debe de ser más profundo. El Sporting cuenta con los mejores medios y las mejores instalaciones donde cimentar una cantera de garantías. Mareo. Aun así, con todo ese viento a favor, es imposible que todos los años aparezcan Sergios, Jonys o Nachos. Por diversas razones. Muchas de ellas analizables y mejorables, pero otras tantas azarosas y arbitrarias.

Ligado a esto, conviene recordar la temporada pasada del filial rojiblanco, escala previa a la puerta del primer equipo. Una temporada aciaga que terminó, colectivamente con el descenso del equipo a tercera división, e individualmente sin que ningún nombre destacara por encima del resto, lo que hizo sin duda más complicado el ascenso al primer equipo de determinados jugadores que apuntaban alto.

Muchos hemos sido los que alcanzamos ese penúltimo escalón. Y muchos hemos sido también los que llegado hasta él, fuimos incapaces de ascender el último peldaño. Y no lo hicimos no porque ningún entrenador despreciara la cantera, ni mucho menos porque nadie nos tuviera manía, excusa barata e insulsa a la que todo futbolista se aferra alguna vez en su vida. No lo hicimos porque no tuvimos la calidad para hacerlo. Punto.

Dicho esto no está de más, de vez en cuando, quererse a uno mismo. Aquel 29 de Agosto de 2009, debut de Sergio Álvarez con el filial, acabó con victoria por 0-1. Gol del que arriba firma.