El Sporting vuelve a la mediocridad

Andrés Menéndez GIJÓN

SPORTING 1905

José Luis Cereijido

El equipo armero se lleva la ida

29 nov 2016 . Actualizado a las 23:55 h.

Sporting - Eibar a doble partido. A las 21:00 horas de un día laborable y la primera ronda de eliminación para los equipos de Primera. El contexto era como poco mejorable. El partido tenía un doble objetivo; el primero - y desde luego más importante- ganar para poder continuar vivos en una competición defenestrada por el club desde hace dos décadas, y confirmar que lo de Madrid (Santiago Bernabéu) no fue un espejismo sino una realidad. 

Abelardo, poco amigo de cambios cuando las cosas salen bien, modificó el 5-4-1 de Madrid, quién sabe si pensando en Osasuna, para recuper el 4-2-3-1 de los primeros encuentros de competición. Mariño repetía titularidad por segundo encuentro consecutivo con Lillo acostado al lateral derecho acompañado por Mere y Babín en el eje central, y con Canella escorado a la izquierda. La sala de máquinas estrenaba binomio Cases- Torres con Carmona, después de protagonizar una actuación genial en Madrid, y con Burgui en la izquierda. Víctor recuperaba su sitio en el once de enganche por detrás de Borja Viguera. Castro, con molestias en el tobillo, esperaba su sitio en el banquillo con Cop en la grada. El Sporting volvió a protagonizar una actuación mediocre con dos tramos distinto, pero con el mismo final de siempre, derrota. El Eibar se lleva un gran resultado para la vuelta (1-2)

Todos los halagos, todos los piropos, toda la dignidad de hace menos de tres días se perdió en un minuto. Algo más. Eso fue lo que tardó el Eibar en desarmar una defensa dormida. Un pase al hueco de Jota, un disparo cruzado de Nano Mesa y gol de Bebé. Surrealista. No había nadie sentado y había diez personas de pie - el banquillo del Eibar celebrando el gol- ( no más). 0-1, y a empezar. Parece que cuando algo funciona lo mejor es mirar a otro lado.

La imagen del primer cuarto de hora era demasiado triste como para ser real. Ni una posesión larga, ni una contienda ganada, ni un atisbo de esperanza. La más absoluta - y grandiosa- mediocridad. Este equipo empieza a perder el apoyo de la grada, quizá experimentar con gaseosa a cuatro días de un partido de tal magnitud no era la mejor idea. Hasta que llegó otro penalti, después de una mano bastante clara de Juncá, y Viguera corrió la misma suerte que el equipo. Todos recordamos por un segundo el fallo de Cop. Otro penalti marrado, otra cosa a mejorar.

También hay que reconocer que alguno de los hombres más importantes no eran titulares. E incluso varios no estaban vestidos de corto. Pero había cuatro supervivientes del encuentro del sábado; Mariño, Meré, Lillo y Carmona. Como cambia todo en unas horas. Y el  nerviosismo tampoco ayuda nada, más bien al contrario.

Carlos Castro al campo

El partido estaba para cumplir los deseos de la afición. Al menos de gran parte. Carlos Castro saltaba al césped por Burgui, cuyo rendimiento ya ni preocupa, y el equipo mejoró de forma plausible. Víctor primero, y en el rechazo de forma mucho más clara Carmona perdonaban el empate, pero la sensación al menos era otra. Rodríguez empezaba a encontrar espacio entre la línea de medios y la defensa, y ahí el siete - cerca de la portería- es realmente peligroso.

El Sporting empezaba a mejorar y a realizar acciones de una forma mucho más fluida. Ahora el Eibar, claro dominador del primer tiempo, era incapaz de dominar. Ambos equipos tenían mucha distancia entre líneas y cualquier acción era peligrosa. Lillo apareció solo en línea de fondo y puso un centro medido para Viguera. El riojano ahora sí, y de cabeza, hacía el empate. Solo dos minutos después Mariño evitó el segundo visitante con una mano impresionante.

El Sporting iba ya de forma descarada a por el segundo descuidando las labores defensivas. Pero Yoel, que ya había sacado el penalti a Viguera, volvió a lucirse en su particular duelo con el delantero riojano. Las cosas pueden salir mejor o peor, pero el Sporting en la primera parte era un equipo sin alma, la segunda se podía intuir orgullo y más empuje. En tiempos así una entidad como ésta no puede renunciar a competir de esta forma. Los segundos cuarenta y cinco estaban dejando una impronta como mínimo digna. El Eibar tampoco había renunciado a la victoria con Jota totalmente desatado ante un inocente Canella.

Fruto de ese ímpetu, no siempre positivo, el equipo descuido la defensa y Kike García pudo hacer el segundo. El delantero armero remató al larguero donde Mariño no alcanzaba con las manos. Ahí pudo estar la sentencia de la eliminatoria. Pero era una alerta de lo que sucedería pocos minutos más tarde. Inui combinaba con Junca y dejaba un centro raso perfecto para Rubén Peña. El Sporting es un niño atemorizado y sin ideas. Alguno también ahora puede sacar pecho. Habrá que esperar al domingo para saber si el dibujo táctico de Madrid es la solución o las balas se empiezan a agotar.

 Real Sporting: Mariño; Lillo, Babín, Meré, Canellla;  Carmona (Douglas min 83), Xavi Torres, Cases, Burgui,(Castro min 46) Víctor (Afif min 77); Viguera

Eibar: Yoel; Capa, Mauro, Gálvez, Juncá; R. Peña, Escalante, C. Rivera (Rico min 72), Bebé, (Kike García min 75),Jota; Nano (Inui min 87)

Colegiado: Sánchez Mártinez

Goles: 0-1 Bebé( min 1), 1-1 Viguera ( min 61) 1-2 Rubén Peña (min 88)