El «efecto Rubi» se queda en empate

Andrés Menéndez GIJÓN

SPORTING 1905

Isma López
Isma López

El Sporting mejora con el cambio de entrenador y suma un punto en Sevilla

24 ene 2017 . Actualizado a las 13:00 h.

Todo final tiene un inicio. El primer paso del proyecto de Rubi era en Sevilla; casualidades de la vida, otra vez la ciudad hispalense, el mismo lugar donde los Guajes se hicieron grandes. El entrenador catalán formó en su debut un esquema innovador con un 4-3-3 mezclando los jugadores de mayor talento en la línea de interiores, exceptuando a Moi Gómez que era suplente, y con la principal novedad de Canella como titular en la izquierda. El Sporting mejoró pero sigue todavía lejos de una mejor versión que permita competir por la salvación (0-0)

La puesta en escena del Sporting fue positiva; el equipo asturiano trataba de combinar más en corto, con Carmona y Víctor muy juntos, y atacando desde la posesión de balón. Cop de falta, su acción fetiche, rozó el primero a los cinco minutos de encuentro.

Rubi, que decidió esconder sus cartas hasta última hora, adelantaba la línea defensiva para presionar más arriba la salida de balón local. Y la idea, con la intensidad física de Isma como extremo, parecía coherente. Pero la estabilidad se rompía por el flanco diestro; Lillo, que lleva meses pidiendo grada, y Babín estaban concediendo demasiado y generaban un vacío enorme para las internadas de Durmisi. El balón parado sigue siendo un drama y Pezzela, baluarte bético en las acciones de estrategia ofensiva, obligó a lucirse a Cuéllar.

Las acciones de transición defensiva también deben ser mejoradas; los extremos no siguen al lateral rival y se generan acciones de dos contra uno muy peligrosas, y más aún con Lillo fuera de confianza. Un aspecto que mina el rendimiento individual, y por consiguiente el colectivo, de muchos jugadores que optan por el pase fácil y minimizar riesgos con la pérdida de talento que supone. Donk, muy superior en lo físico, remató libre por encima del palo. Dos ocasiones claras y ambas a balón parado. El Betis, sin hacer nada del otro mundo, ofrecía más y daba mayor sensación de peligro.

Descanso y ocasión clarísima para Cop

El segundo tiempo comenzó como acabó el primero; el Sporting seguía igual de ordenado con las mismas premisas, presión y balón, pero sin desequilibrio. Demasiado miedo y cautela. Y en medio del orden general, en una perfecta batalla de ajedrez, llegó un error gravísimo; Bruno cedió a Adán pero su pase, sin mirar, no encontró al portero sino a Cop. El ariete balcánico, solo pero demasiado escorado, remató al palo. Clarísima. El fútbol y la inercia. 

Rubi introdujo a Moi por Víctor, decreciente en el encuentro, en un momento crucial del partido. Un gol parecía ser suficiente para llevarse los tres puntos. Es muy pronto, incluso osado, para extraer conclusiones del trabajo de Rubi como nuevo entrenador pero, al menos, el equipo estaba más entero y ordenado. Con errores de sobra conocidos, falta de determinación y de calidad, pero con más coherencia. El equipo necesita acometer fichajes y mañana mejor que el martes. El encuentro también revela que el problema del Sporting no es solo futbolístico sino emocional; los jugadores sienten presión cuando el rival acelera el ritmo. Miedo a perder. Babín, constantemente fuera de sitio, estuvo cerca de ser expulsado.

Carlos Castro entró por Cop, el único que generó cierta incertidumbre, para oxigenar en ataque mientras que Moi ayudaba a Torres y Cases en el centro. Los últimos minutos eran una sensación de agobio total y nerviosismo generalizado. El Betis buscaba con ansía el gol, sin un fútbol muy depurado, pero con una velocidad más. Mientras que el Sporting trataba de morir en área rival pero sin sensación alguna de peligro. 

Betis: Adán, Piccini, Bruno, Donk, Pezzella, Durmisi, Jonas (Nahuel min 84, Brasanac (Petros min 51), Ceballos, Zozulia (Zozulya min 51), Ruben Castro

Sporting: Cuéllar, Lillo, Babin, Amorebieta, Canella; Torres; Víctor(Moi Gómez min 60), Carmona (Burgui min 87), Cases, Isma; Cop (Castro min 75)

Colegiado: Undiano Mallenco