«¿Aún no ha llamado el Sporting a Luis Enrique?»

Alejandro Vigil Morán GIJÓN

SPORTING 1905

Luis Enrique
Luis Enrique

Artículo de opinión

14 mar 2017 . Actualizado a las 23:53 h.

Con todo el respeto por delante a Rubi, que tiene contrato hasta junio y una temporada extra vinculada a la permanencia, sería de locos si la propiedad del Real Sporting de Gijón no se ha puesto todavía en contacto con Luis Enrique para conocer su disposición a entrenar al club.

El ex jugador rojiblanco ha mostrado en muchas ocasiones su intención de entrenar en Mareo durante algún momento de su carrera deportiva, por lo que teniendo en cuenta que por curriculum es el mejor candidato que puede existir para ocupar el banquillo, y se encuentra disponible a partir del próximo verano, es de obligado cumplimiento realizar la llamada. Lo más probable es que decline hablar del asunto en mitad de la temporada, incluso que de hacerlo no considere oportuno llegar a El Molinón a corto plazo por mil razones, como tomarse un año de descanso tras la enorme tensión sufrida en Barcelona durante las pasadas temporadas, pero un gestor que se precie debe posicionarse de cara al futuro y poner en manos de Luis Enrique lo que estime oportuno para llevar a buen puerto la nave asturiana. 

Podrá salir mejor o peor la apuesta, porque el fútbol no deja de ser un juego en el que el éxito es escaso y muchos son los que lo ansían. Sin embargo, el técnico es una garantía absoluta de trabajo y exigencia, lo que dejará más tranquilos a los aficionados sportinguistas y puede traducirse en mejoras más allá de lo deportivo. El asturiano llevó al Celta de Vigo al noveno puesto cuando lo cogió salvado en la última jornada y de rebote, vendiendo a su estrella Iago Aspas en el mismo verano y siendo el tercer inquilino del asiento en medio año. En esa temporada se sentaron muchas de las bases del nuevo club gallego y podría hacer un papel similar en Gijón al conocer estructuras de prestigio desde dentro, tener el respeto del entorno y poder de atracción para grandes profesionales.

En verano, en un año o en cinco, tenemos que poner a Luis Enrique en nuestra vida. Ambas partes deben sincronizar sus respectivos relojes y proyectos.