El Sporting se engancha a la permanencia

Andrés Menéndez GIJÓN

SPORTING 1905

El equipo rojiblanco gana a un rival directo y se mete de lleno en la lucha por la salvación

20 mar 2017 . Actualizado a las 18:47 h.

Sorprendió Rubi con la alineación pero desconcertó a todos, sobre todo, a los propios jugadores. El entrenador catalán alineó, sin Moi Gómez, al once más técnico posible, Víctor Rodríguez y Carlos Castro para jugar entre líneas, y no tan directo. Pero el equipo tardó en entender el plan, más o menos veinte minutos. En ese primer tramo del partido, uno de los más mortíferos para el equipo asturiano, el Granada parecía más cómodo, y asentado, generando peligro con suma facilidad.

Después de esa mini siesta, con gol -bien- anulado inclusive a Ingason, el Sporting despertó. Vesga, Sergio, Víctor, pero sobre todo Burgui, empezaron a activar el plan de Rubi. El extremeño está en modo Django. Desencadenado. Y sin frenos. En apenas diez minutos, Burgui, rompió el sistema de cinco defensas andaluz pero se encontró con un inspirado Ochoa. El mejicano, cual gato, evitó hasta tres ocasiones clarísimas. 

El Sporting estaba picando, de forma insistente, a la puerta. Una, y otra vez. Pero Ochoa, y el palo, volvía a sacar una de las manos de la temporada a Víctor. La (in)eficacia en las áreas volvía a condenar al ataque rojiblanco. El descanso dejaba un surrealista 0-0. Traoré empezaba a realizar ejercicios en la banda.

Y el que perdona suele acabar por pagarlo. Andreas Pereira ponía un centro tocado a la espalda de Babín para que Ingason, ahora sí de forma legal, hiciera el primero. Otra vez las áreas. Unos tanto, otros tan poco. Rubi reaccionaba y modificaba el sistema con Traoré por Víctor. El catalán, desaparecido desde hace meses, se fue entre pitos. No sería él, ya fuera del campo sino Burgui, -el mejor-, quien encontraría el espacio detrás de los defensas para dejar en bandeja el empate a Traoré. El africano, en uno de sus primeros contactos con el balón, hizo el empate. Media hora de vida, y de esperanza.

El Sporting, con dos delanteros,- sí con dos delanteros-, estaba metiendo al Granada en el área. Y Sergio Álvarez, en posición de lateral, regaló un caramelo a Babín que volvió a imponer la ley de los «ex». Al Granada en una semana Machís, y después Babín, dos descartes, les estaban vacunando. El Sporting estaba lanzado. Así, sin previo aviso. Una nueva contra, de nuevo al espacio central, entre Castro y Carmona, y el tercer gol. Un alivio para corazones enfermos. Y, al fin, los merecimientos por encima de las realidades.

Sin presión, y con El Molinón disfrutando, el Sporting ofreció su mejor versión. Burgui volvió a romper a la defensa, en una jugada de la nada, y a provocar un penalti. Traoré, tras discutir con Douglas, erró el penalti decisivo en mitad de la fiesta rojiblanca. El Molinón despidió a Burgui con una ovación espectacular: el faro al que agarrarse para creer. El Sporting volvió a ganar y, ahora sí, pueden sacar el brillo a la calculadora; la permanencia está más cerca.

Sporting: Mariño; Douglas Meré, Babin, Canella; Vesga; Carmona, Sergio, Víctor (Traoré min 56), Burgui (Isma min 85); y Castro (Ndi min 80)

Granada: Ochoa, Foulquier, Saunier, Silva, Ingason, Cuenca (Kravets min 70), Carcela, Uche, Angban (Samper min 75), Pereira y Boga (Mallé min 76)

Colegiado: Estrada Fernández

Goles: 0-1 Ingason (min 50) 1-1 Traoré (min 60) 2-1 Babín (min 64) Carmona 3-1 (min 67)