Pereza, hastío y adiós

Andrés Menéndez GIJÓN

SPORTING 1905

Rubi
Rubi

La contracrónica

29 abr 2017 . Actualizado a las 14:03 h.

Se acabó, si aún había algo que terminar. Al Sporting solo le quedaba ilusión, honor y el tiempo pero ayer, como siempre, volvió a naufragar. En la temporada de la confirmación hay que reconocer la obviedad: se confirma, y ahora de verdad, la inexistencia de proyecto. El equipo rojiblanco decidió innovar cuando solo tenía que hacer reformas en casa pero el libertinaje tiene un costo muy caro: virtualmente, y no tan virtual, descendidos a falta de tres jornadas. 

Ayer en Villareal, ciudad de de algo más de 50.000 habitantes, se vivió un capítulo esperado: un final a la altura de la temporada. Al Sporting solo le valía ganar, aunque fuera para alargar la agonía, pero salió atemorizado, atenazado, muerto de miedo. La imagen de Rubi, cabizbajo con la mirada absolutamente perdida,- dirección al vacío-, personifica de forma muy icónica la temporada. 

El final de partido, pasadas las diez y media de la noche, terminó por quebrar la esperanza de los más optimistas pero cada semana, y en vista de los acontecimientos, el movimiento era menor. Ayer Gijón estaba triste, cansado, aburrido. Algunos incluso decidieron no ver el partido. El hastío vuelve a ser protagonista en la temporada del amago; porque al final todo volvió a ser un conato: de proyecto, de ilusión. Vivir en un estado de alerta continuo, en un milagro permanente, es jugar con fuego. Y no hay nada más peligroso que un incendio.