El Sporting sueña con la épica

Andrés Menéndez GIJÓN

SPORTING 1905

Carmona
Carmona

El Sporting cumple, gana y presiona al Leganés con un solitario gol de Carmona

06 may 2017 . Actualizado a las 22:07 h.

El Molinón acogía el principio de algo o el final, en un duelo de repercusión máxima. Solo dos posibilidades: seguir vivo o aceptar la muerte. Con todo, que no es poco, Joan Francesc decidió modificar, una vez más, el libreto para ofrecer un once más ofensivo; Carlos Castro, desaparecido en las últimas alineaciones, salía al equipo acompañando a Duje Cop. El contexto del encuentro estaba enrarecido: Gijón se despertó entre protestas contra la familia Fernández. Y el equipo, que había advertido con salir en tromba, salió sin oler sangre, entre angustia. El Sporting cumplió, venció, y sigue aspirando a seguir en Primera, después de un duelo marcado por la tensión (1-0).

La angustia, y la tensión, son un arma de un solo filo: frenan las aspiraciones rojiblancas, volcados para hacer el segundo antes que el primero, y liberan a un equipo ya de por sí exento de presión. No es un problema de ambición, sino no se sostiene durante tanto tiempo, más bien al contrario; el equipo, como había advertido hace unos cuantos meses Lillo, padece ansiedad generalizada. Y de fútbol va justo. 

Cada minuto, entre los suspiros de la afición, aumentaba ese ansía. La lógica puede invitar a pensar que la suerte, recurso habitual cuando vienen mal dadas, es enemigo pero cuando la agonía es constante no se llama suerte sino inercia. Al Sporting, hoy como ayer y como siempre, le mataba la inercia; el saberse a punto de morir, y no poder evitarlo. Esa sensación, horrible, pesa a la plantilla más que el escudo. Y así se narró la primera parte del guión: con el equipo atemorizado, tirando de orgullo y portando sobre sus espaldas el peso de toda una temporada dolorosa.

 Castro, señalado

 Al descanso Rubi decidió cambiar de idea; Carlos Castro, que no había estado mejor ni peor que sus compañeros, dejaba su sitio a Carmona. El partido ya era un duelo de golpes: libertad para todos, y espacios. En medio del ímpetu, Canella volaba como en 2008. El lavianés, liberado por el carril izquierdo, salía con una potencia, y determinación, prodigiosa. Pero el reloj de arena seguía su curso, y el partido continuaba con resultado gafas. Más tensión. El Molinón empezaba a perder la paciencia.

Media hora para cerrar el cuento. El Sporting ya no asumía riesgos, jugaba con ellos. La directa era la marcha continua. El partido comenzó mirando de reojo  el reloj, aún con noventa minutos en juego, y ahora era una obsesión contra el tiempo. Hasta que el exceso se convirtió en virtud. Carmona, siempre insistente, ganó una pelota pérdida, y definió como hacen los jugadores fríos. La mezcla de los dos estadios, corazón y calma, adelantó al Sporting. 1-0. Ahora el reloj avanzaba más lento.

Todo era distinto, lo que antes eran prisas se convertía ahora en nervios. Las Palmas, sin hacer nada del otro jueves, buscaba la línea de talento con Viera más Halilovic. Pero el tándem centra, Meré - Babín, estaba imponente: por aquí no hay salidas, hoy no. Cinco minutos para seguir con opciones, y presionar al Leganés. Y después de muchas caídas, algunas que podrían tener consecuencias, el Sporting venció, y apela a su arma más popular: la épica. Ahora a esperar.

Sporting: Cuellar; Douglas, Mere, Babin, Canella; Moi (Torres min 77), Sergio, Vesga, Burgui; Castro (Carmona min 45) y Cop

Las Palmas: Varas, Simón, Lemos, Bigas, D. Castellano (Hélder Lopes), Roque, Montoro, Momo, Viera, Mateo (Halilovic min 65) y Expósito.

Goles: 1-0 Carmona (min 65)