Miguel Torrecilla se hizo «mayor» en el Celta

SPORTING 1905

SILVIA ALONSO

Con más luces que sombras en su gestión, el nuevo director deportivo del Sporting fue capaz de lidiar con las dificultades económicas que sufría el conjunto vigués para crear un equipo competitivo que dejó clasificado para Europa

29 may 2017 . Actualizado a las 17:14 h.

Miguel Torrecilla recaló en Vigo la semana en la que el Celta se jugaba su futuro ante el Alavés. Era vida o muerte, el momento más agónico vivido de la entidad celeste en su pasado más inmediato. Una derrota lo llevaría a Segunda B y con ello a la duda sobre subsistencia económica. Pero aún así decidió arriesgarse y embarcarse en un proyecto que era una incógnita.

El salmantino fue el protagonista directo del cambio experimentado por el Celta desde su llegada en el 2009 y hasta su marcha en el 2016. Capaz de reconstruir el equipo piedra a piedra, arrancó su andadura con Eusebio Sacristán en el banquillo, el técnico del que nació la filosofía celeste y con el que Torrecilla tuvo sus fricciones. De su mano llegó más tarde Paco Herrera, que se convirtió en el punto de arranque de un proyecto que ha ido creciendo temporada a temporada hasta marcharse dejando el equipo en Europa y con el adalid del celtismo en el banquillo, Eduardo Berizzo. Con Luis Enrique y Berizzo en el banquillo, él pasó a un segundo plano, algo que no le importó. 

La secretaría deportiva celeste dejaba atrás a una figura prestigiosa como Ramón Martínez para embarcarse en un nuevo proyecto junto al joven Miguel Torrecilla, cuya única experiencia en dirección deportiva llegaba de la mano de su paso por el Novelda, el Cartagena, y el Salamanca.

No le quedó otra que ajustar la dirección deportiva a la realidad que vivía el Celta en ese momento, y no era tarea fácil, aunque él se mueve bien en esos terrenos. Sin grandes pretensiones, aterrizó en Vigo con nueve fichajes en su cartera. Conocidos suyos tras su paso por Salamanca como el caso de Vasco Fernandez, López Garai, Cristian Bustos, Catalá y Botelho. También fichó a Aaron Ñíguez, Saulo y Arthuro, que se marcharía en un mercado de invierno en el que el Celta se reforzó con Cellerino y Papadopoulos. Quizá estos tres delanteros fueron sus mayores errores en la dirección deportiva y sus gestiones en el mercado de invierno su talón de Aquiles.

Más cómodo en un segundo plano, no es hombre proclive a conceder entrevistas. En Vigo se limitó a comparencias públicas para analizar la actualidad celeste, donde desarrolló su habilidad de responder de forma medida pero revelando datos. Acostumbrado a moverse en terrenos difíciles económicamente, supo sacar partido y ajustar el presupuesto a las necesidades futbolísticas del momento.

Luces y sombras se mezclaron a lo largo de siete años de gestión y seis temporadas y 47 fichajes en el conjunto vigués. Aunque con el paso del tiempo han pesado bastante más los aciertos. En el 2010, ya con su aliado Paco Herrera en el banquillo y en su segundo año de gestión, fichó a De Lucas y David Rodríguez, muy importantes para un Celta que pasó de pelear por no descender a rozar el ascenso. Para la máxima categoría todavía habría que esperar una temporada más, gracias en buena parte, a fichajes como Oier Sanjurjo, Orellana o Mario Bermejo. Aunque también tuvo sus sombras con las incorporaciones fallidas de Park Chu-Young, Pranjic o Demidov. Errores al margen, aquella fue la temporada de la llegada de futbolistas tan importantes como Augusto Fernández o Krohn-Delhi.

Oscar Vazquez

Los aciertos se sucedieron en las temporadas posteriores y sembraron la base del Celta actual. Su gestión permitió la incorporación de Fontás, Nolito, Radoja, Sergi Gómez, Tucu Hernández, Bongonda, Wass y Guidetti. Sin duda, fue en Vigo donde se hizo mayor en cuanto a dirección deportiva se refiere y fue él el que sentó las bases de un equipo que fue capaz de plantar cara en Europa.

Al Betis se marchó con intención de repetir la hazaña, pero no tuvo tanta suerte, con doce incorporaciones y dos entrenadores fallidos. Ahora en el Sporting tendrá que revivir lo que hizo en Vigo para conseguir el mismo objetivo. Su primera tarea será buscar al dueño de su banquillo. En Vigo fichó a Paco Herrera, actualmente en el Valladolid y donde parece que no vaya a continuar y al que le une una buena relación, y al gijonés Alejandro Menéndez, actual entrenador del Celta B donde ha hecho una temporada increíble.