La Voz de Asturias

Barbón instala al sanchismo en la FSA y consuma la bicefalia

Asturias

Susana D. Machargo Redacción

El nuevo secretario general tiende la mano a Javier Fernández para cumplir el programa electoral del PSOE en el Principado. Pedro Sánchez, uno de los primeros en felicitarle

18 Sep 2017. Actualizado a las 15:27 h.

Se consuma el relevo, tanto político como generacional. Adrián Barbón, 38 años y sanchista confeso, sustituye como secretario general de la Federación Socialista Asturiana (FSA) a Javier Fernández, 69 años, expresidente de la gestora y susanista accidental en las últimas primarias en las que la militancia encumbró a Pedro Sánchez. Fernández seguirá, sin embargo, al frente del Gobierno del Principado, por lo que la temida bicefalia es un hecho. Consciente de las incomodidades y suspicacias que puede generar, Barbón ha utilizado su primera intervención pública para lanzar un discurso de mano tendida. El objetivo es finalizar el mandato de forma templada y cumplir el programa electoral con el que el PSOE concurrió a las elecciones, pero sin renunciar al cambio a la necesaria apertura social.

Los pronósticos fueron, en este caso, acertados. La candidatura de José María Pérez -la más próxima a la anterior dirección- reconocía a media voz durante la campaña que todo lo que fuese superar el 40% iba a ser un éxito. Se quedó a tres puntos. El recuento, aún oficioso, ofrecido por el partido le otorga el 37,87% de los 5.472 votos emitidos por los militantes asturianos. Seis de cada diez afiliados participaron en el proceso, algo que tanto Barbón como Pérez han calificado de todo un ejemplo para la sociedad asturiana. Incluso en 26 de las mesas, participó más del 70% del censo. El gijonés solo consiguió imponerse en 15 mesas, todas de concejos de pequeños salvo el de Avilés. En cambio, Barbón abrió brecha en grandes concejos como de las cuencas, como Langreo, San Martín del Rey Aurelio y Laviana, o en Oviedo y hasta en Gijón.

Una de las primeras llamadas que recibió Barbón, alcalde de Laviana desde septiembre de 2008 y militante desde los 17 años, fue la de Pedro Sánchez. Así lo reconoció en su comparecencia en la sede del partido, donde estuvo secundado por la vicesecretaria general y su principal valedora, Adriana Lastra, que enturbió el cierre de campaña con unas declaraciones en las que mostraba su confianza en la victoria. En el estrado, también sus coordinadores de campaña, el alcalde de Corvera, Iván Fernández, y la directora de la Agencia de Cooperación, Gimena Llamedo, y secretarios generales de agrupaciones como Roberto García Morís, de Siero. También familiares, como su madre, a los que agradeció haber conocido el socialismo desde la cuna.

Los discursos de los contendientes

José María Pérez también ha utilizado el discurso de mano tendida y se ha puesto a  él y a su equipo al servicio del nuevo secretario general. Ha reconocido que perder no es conseguir el objetivo que se había marcado pero tampoco considera que haya desaprovechado su tiempo. Cree que conoce mejor la organización, sus fortalezas y debilidades, y eso siempre puede ser útil. Ha hablado de «unidad, cohesión y lealtad», de armar un proyecto común, de aprovechar toda la labor desarrollada durante la campaña. Ha agradecido la labor de todo el equipo que le ha secundado en el proceso y que le secundaron incluso después de la derrota.

También el tono de Barbón, que ha comparecido justo a continuación, ha sido conciliador pero firme. Jaleado por los afiliados, secundado por una amplia representación del equipo y hasta nervioso, ha tomado la palabra. Ya había recibido, además de la de Pedro Sánchez, la felicitación de Javier Fernández, quien a lo largo del proceso no ha querido publicarse ni una sola vez. El presidente del Principado se ha limitado a desear suerte a su sucesor y mucho acierto para poder guiar al partido por el camino adecuado. Así de aséptico.

Barbón ha comenzado por valorar el proceso en sí, recordando que es algo histórico que el voto de todos los militantes asturianos valga lo mismo a la hora de elegir a su secretario general y que él mismo, como muchos otros, hacía tiempo que había pedido este cambio de sistema. De hecho, está convencido de que la movilización conseguida es un ejemplo para la sociedad asturiana. Ha reivindicado el partido como un espacio común, como un organismo que dé respuesta a los problemas actuales. La meta, a medio plazo, es el 2019. Ese año quiere que más concejos asturianos estén gobernados por el PSOE y que la mayoría en el Principado se más amplia. Para conseguirlo es necesario la responsabilidad de mantener una buena gestión regional y recoger la ilusión generadas. «Vamos a colocar a Asturias a la vanguardia del cambio», ha explicado. «O cambiamos o nos cambian», ha insistido con su lema. «Necesitamos atraer a quienes estuvieron en esta organización y se han ido», ha proclamado.» 

Las primarias coinciden con San Mateo y la Agrupación Municipal Socialista de Oviedo (AMSO) ha sido una de sus valedoras. Así que con ellos lo ha celebrado. Apenas una hora después de concluir su discurso la canción Chalaneru sonaba en el chiringuito de La Guinda con una sordina de gritos y aplausos de fondo. Esa música se intercaló con la Internacional.

 

 

 


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