Apertura a los homosexuales y divorciados, celibato opcional y sacerdocio femenino: propuestas de católicos asturianos al Sínodo
Asturias
El debate en el que han participado 3.000 asturianos de 228 grupos sinodales aborda sin tapujos la modernización de la Iglesia al mundo actual. La Diócesis ve compleja la conciliación de esta nueva moral sexual con el Evangelio
11 Jun 2022. Actualizado a las 05:00 h.
El debate sobre la moral sexual de los católicos, su actualización al mundo actual y su armonización con el Evangelio. Esa es la encrucijada en la que se sienten hoy los católicos asturianos, consultados para el sínodo que ha convocado el papa Francisco y que concluirá en octubre de 2023 en Roma. La apertura a los homosexuales y demás diversidades sexuales, a los divorciados, a todo tipo de uniones y familias, al sacerdocio femenino, y al celibato opcional para los sacerdotes u ordenación de casados son propuestas de la «sinolidad», que ha supuesto un trabajo en la que han participado 3.000 asturianos en 228 grupos sinodales en una larga y seria reflexión. Según expone la Diócesis, esta postura abarca «desde la más absoluta radicalidad y deconstrucción de toda la doctrina y tradición de la Iglesia hasta puntos de vista más moderados». Un debate que refleja una clara grieta entre las aspiraciones y retos de los católicos asturianos y lo que decide la cúpula de los católicos.
¿Qué más temas han abordado? En el documento que la Archidiócesis ha remitido a la Conferencia Episcopal, un punto de «fuerte resonancia» es «el tema de los abusos en la Iglesia, que preocupa mucho», si bien «se aprecia el cambio de rumbo del papa Francisco para denunciar y prevenir». Además, «el papel de la mujer en la Iglesia es objeto de crítica» y «algunos no ven razón alguna para que se le impida el acceso a todo tipo de ministerios (incluso el ordenado) y de responsabilidades en la Iglesia», señala el documento, que matiza acto seguido que «las razones que pueda haber para ello no se explican conveniente y convincentemente».
Pero hay más. Reconoce que en todas esas reuniones se han suscitado los temas del celibato de los sacerdotes y de la moral sexual de la Iglesia, «algo que está ahí» y que, «en amplios sectores, sigue sin ser aceptado/comprendido». A este respecto, añade que «ciertamente son grupos minoritarios los que valoran el celibato y la postura de la Iglesia respecto a estos temas», pero «también es cierto (...) que otro sector parece aceptar esta situación con normalidad/resignación».
También expone la Diócesis que «sigue existiendo, en bastantes cristianos y grupos eclesiales, la mentalidad de que la Iglesia rechaza a los homosexuales, transexuales, bisexuales, personas LGTBIQ+». Asegura que la actitud del papa Francisco «ha atemperado algo esta impresión», pero advierte de que en la mayoría de las Iglesias «no se ve una actitud de acogida, respeto y empatía respecto de ellas». «Es un tema, como otros, que está ahí y necesitaríamos formación y dar pasos respecto a él. Hay incluso testimonios de personas de esa condición que se han sentido rechazadas, así como otras que han sido acogidas con toda normalidad», propone el documento.
Y frente a la moral sexual, que como se advierte es tan abierta como lo es la propia sociedad asturiana, la Diócesis entre en las consecuencias en el dogma. «También se pide fidelidad al Evangelio, no ceder al espíritu del mundo, no tener miedo a ser contracultural y anunciar con valentía el mensaje». Y extrae como consecuencia la confrontación de «dos cosas de difícil conciliación», por un lado la necesidad de «adaptación» de la Iglesia, que se «modernice» revisando su doctrina en algunos aspectos, y por otro la petición de «fidelidad al Evangeliol». El Episcopado no parece ver fácilmente compatible dos temas diferentes: la modernización de la moral sexual y el mensaje universal de Jesucristo.
Así consta en el documento que la Diócesis ha remitido a la Conferencia Episcopal en respuesta al cuestionario remitido de cara al Sínodo que se celebrará hoy, un proceso en el que han participado las 70 diócesis con un debate en el seno de sus parroquias y movimientos católicos, y que ha reflejado la Agencia Efe. Asturias participará con el número máximo de los que se permiten en la asamblea. En su documento remitido a la Conferencia Episcopal española, la Diócesis de Oviedo expone que, «en las muchas respuestas y opiniones» que en el proceso sinodal se han dado respecto a la presencia y actuación de la Iglesia universal u «oficial», se han apuntado «dos cosas de difícil conciliación». Por una parte, se ha planteado «la adaptación de la Iglesia a estos tiempos en que estamos, que se modernice, que sea más sencilla, que revise su doctrina» en aspectos como la moral sexual, algo que «siempre aparece como lo más sensible». Según la Diócesis dirigida por Jesús Sanz Montes, «el buen juicio y el sensus fidei de la mayoría del Pueblo de Dios sueñan una Iglesia más evangélica, acogedora y fiel a Jesucristo y a su mensaje de salvación, poniendo el acento en la llamada a la conversión, en la santidad de vida y en el testimonio personal y comunitario».