La Voz de Asturias

Sólo el 1% de los herederos de línea directa paga sucesiones en Asturias

Asturias

Juan M. Arribas
Ana Cárcaba

La consejera de Hacienda asegura que las renuncias ha crecido en menor medida que en otros territorios

29 Jun 2022. Actualizado a las 05:00 h.

A pesar de ser uno de los tributos que más protagonismo acapara en el debate político, lo cierto es que el impuesto de sucesiones afecta a una parte muy escasa de la población, incluso en Asturias donde la tasa es más elevada de media que en el resto del país. En el Principado están exentos de pagar este impuesto quienes reciban una herencia inferior a 300.000 euros, lo que en la práctica supone que sólo el 1% de los herederos en línea directa (hijos, padres y cónyuges) ha tenido que abonarlo.

Son cifras dadas a conocer este martes en el pleno de la Junta General por parte de la consejera de Hacienda, Ana Cárcaba, quien destacó además que si bien suele establecerse una relación directa entre este impuesto y las renuncias a herencias, entre 2020 y 202, el incremento de estas renuncias en Asturias fue de un 14,1%, frente a la media nacional del 24,6%. Lo cierto es que, tal y como recogen los registros del Consejo General del Notariado, la mayor parte de las denuncias a herencias se deben no al tributo sino que el legado puede venir acompañado de una deuda, en muchas ocasiones se heredan pisos que llevan aparejada una hipoteca y se renuncia si no compensa.

En buena parte la demanda de la mayoría de partidos conservadores en Asturias es la de llevar la exención, como ya ocurre en otras comunidades, hasta el millón de euros. ¿Pero cuántas herencias de esa cantidad se legan cada año en Asturias? El cálculo sólo puede ser orientativo y, de hecho, no es posible recoger una información oficial porque cuando se trata de cantidades minúsculas Hacienda tiene que considerarlo secreto estadístico y por una buena razón. Apenas se llega a una decena de casos anuales en el Principado de manera que si se dijera el número exacto bastaría con comparar las esquelas y se podría deducir de forma precisa el nombre y apellidos de los beneficiarios.

Otro sistema, como en ocurre en Madrid es el de las bonificaciones. En la capital no hay ninguna herencia exenta de abonar el tributo, todos pagan sólo un 1% porque la bonificación es del 99%, lo mismo para el hereda 100.000 euros que para el hereda 10 millones. La cuestión es que en Madrid alguien que reciba una herencia inferior a 300.000 euros paga un porcentaje y en Asturias no paga nada. De este modo se produce la paradoja de que, en realidad, Madrid recauda mucho más en proporción a su población que Asturias por el impuesto de sucesiones. En la previsión de ingresos de los presupuestos vigentes en Asturias, con un millón de habitantes, la administración regional espera recaudar 66.950.000 euros por sucesiones; Madrid, con seis veces más población, la recaudación esperada en sus cuentas se multiplica por ocho: hasta los 526 millones de euros. En Galicia, donde la exención ya llega al millón de euros, la previsión de ingresos en sus presupuestos actuales alcanza los 152 millones de euros (más del doble de lo que espera el Principado con algo más del doble de población); la previsión de Cantabria (donde se opera con una bonificación del 90%) es de 34 millones de euros y en Castilla y León (también con la exención fijada en las herencias de un millón) en los últimos presupuestos aprobados, los correspondientes a 2021; se esperan unos ingresos de 200 millones de euros.

El debate de Cárcaba este martes en la Junta General se produjo a instancias de Vox que cargó contra el modelo fiscal asturiano en general por considerarlo «confiscatorio» y destinado a «alimentar el despilfarro de los chiringuitos». Según citó Efe, la consejera de Hacienda le respondió asegurando que la situación fiscal en Asturias apenas ha variado en los últimos años y que las únicas reformas que se han hecho han tenido forma de rebajas.

Al mismo tiempo, Cárcaba ha afirmado que el Principado no tiene una presión fiscal superior a la media del conjunto de las comunidades al tiempo que ha criticado el hecho de que el impuesto de sucesiones se haya convertido en «una especie de obsesión» para los «partidos de perfil más conservador».


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