La Voz de Asturias

El asturiano Vega-Arango, ante el reto de Islas Salomón con jugadores que fuman y beben

Asturias

El español Felipe Vega-Arango es el seleccionador nacional de Islas Salomón

El entrenador clasificó a la selección absoluta para la final de Oceanía lo que le convierte en el único entrenador en la historia del país que clasificó el equipo nacional a dos finales

24 Oct 2022. Actualizado a las 20:20 h.

El español Felipe Vega-Arango es el seleccionador nacional de Islas Salomón, el país al que llegó inicialmente para desarrollar el fútbol de la mano de LaLiga, y con el que tiene contrato hasta 2024 tras ascenderle del puesto 180 al 134 en menos de un año en el ránking FIFA, una tarea que desempeña en condiciones rudimentarias, sin preparador físico ni entrenador de porteros, y con jugadores que no cuidan la alimentación, y además fuman y beben.

Vega-Arango desembarcó en Islas Salomón en el año 2017 de la mano de LaLiga como director técnico y ahora en la segunda etapa lo ha hecho de manera independiente para entrenar a la selección y asumir la dirección del alto rendimiento, labores un «poco diferentes», ya que la actual se centra más en selecciones nacionales mientras que antes estaba más enfocado en desarrollar el fútbol en el país.

En la fase de clasificación para el Mundial de Rusia de 2018 como para el Catar 2022, el asturiano clasificó la selección absoluta de Islas Salomón para la final de Oceanía, que perdió ante Nueva Zelanda en ambas ocasiones, lo que le convierte en el único entrenador en la historia del país que clasificó el equipo nacional a dos finales.

«Lo que más me gustó fue que la selección sub-17 lograra la clasificación para disputar la Copa del Mundo de Brasil 2019, que fue una pasada», ha dicho el técnico, que como director del departamento de alto rendimiento llevó a la selección femenina por primera vez en la historia a ganar la medalla de bronce en la Copa de Naciones de Oceanía.

«Los logros son positivos», ha afirmado el español, que ha relevado que «no es fácil» ser seleccionador absoluto en ese país, donde el fútbol es «más grande que la religión, casi una locura» que supone que cuando se pierde un partido ya no te quieren alrededor en un lugar donde el fútbol está «muy poco desarrollado y es rudimentario».

«Conseguimos cosas bonitas y sigo trabajando duro y a ver lo que aguanto», ha dicho Vega-Arango, sabedor de que se encuentra en un lugar donde creen que tienen que «ganar todos los partidos» y que su combinado tiene que ser «como Brasil o España», si bien sufren un buen número de carencias como no disponer de entrenador de porteros o preparador físico.

La selección de Islas Salomón dispone de un único campo de entrenamiento, que es «patatal», y la inmensa mayoría de los jugadores «no van o no fueron al colegio» y su nutrición es «mala», además de que son «muy pobres» y «tampoco les interesa trabajar duro».

Futbolistas fumadores y bebedores

«Muchos de los futbolistas son fumadores y bebedores pero cuando están conmigo no les dejo y les controlo, por eso se quejan y me dicen que debería de ser un poco más respetuoso con sus costumbres, y mirar hacia otro lado, así que es una pelea constate», ha detallado.

Vega-Arango ha apuntado que en sus clubes «se lo permiten hacer», por eso cuando los jugadores acuden a la convocatoria de la selección obligan al técnico a «actuar un poco como un policía», de manera que a la hora de desayunar en el hotel tienen que controlar «lo que comen».

El estadio Lawson Tama, en la capital, Honiara, dispone de capacidad para 22.000 aficionados, aunque solo cuenta en un lateral con una grada de madera muy pequeña y en el otro con una colina en la que se sientan los espectadores.

El gijonés ha explicado que la liga principal se juega solo en ese estadio en el que compiten los doce equipos que toman parte en ella, que alberga tres partidos en la jornada del sábado y tres el domingo, lo que supone que el terreno de juego quede «destrozado» después de tres jornadas.

Vega-Arango ha situado a Islas Salomón como uno de los países «más pobres del mundo, con tasa de paro del 80 por ciento, en el que internet «funciona fatal y es carísimo», de manera que cuando la selección viaja fuera, los jugadores, aprovechando que los hoteles disponen de wifi están »toda la noche conectados« y »no duermen«.

«Dirigir a selecciones nacionales es precioso, sobre todo cuando estás en el terreno de juego y suena el himno y ves a los fans», ha subrayado el técnico, que se declara apasionado del trabajo con la gente joven, y al que le gustaría trabajar en España, que es su país y donde está su familia.

Ha revelado que la Federación de Islas Salomón está atravesando en la actualidad un momento «complicado» con instantes «tensos» porque los responsables entienden que la selección de fútbol sala y la que él dirige no están obteniendo los resultados «idóneos, y eso que ambas llegaron a la final de Oceanía y pierden contra Nueva Zelanda, que es lo máximo a lo que pueden aspirar».

«Aquí el fútbol es inestable, sobre todo por las presiones sociales, el país es muy pobre y resulta muy duro vivir, ya tuve malaria varias veces», ha revelado Vega-Arango, que se encuentra «contento» con el trabajo que desarrolla aunque se muestra «siempre abierto a otras posibilidades» y ya escucha «otras ofertas».

«Nací sportinguista»

«Nací sportinguista», ha indicado el actual seleccionador de Islas Salomón, hijo de Manuel Vega-Arango, expresidente del club gijonés en dos etapas; la primera de ellas correspondió con la época más exitosa del equipo (1977-1986), al proclamarse subcampeón de Liga (1978-79), disputar dos finales de la Copa del Rey (1980-81 y 1981-82) y participar en cuatro ediciones de la Copa de la UEFA.

De su infancia, el seleccionador salomonense guarda recuerdos «bonitos», especialmente de aquel equipo que «era una pasada, con jugadores como Quini, Ferrero, Mesa, Joaquín, al que daba gusto ver por la manera que tenía de competir», y otros «feos», como cuando el Sporting perdió 2-1 ante el Real Madrid en casa, en el que el público inventó el cántico »así, así, gana el Madrid« tras una polémica actuación arbitral en El Molinón en 1979, informa Efe.


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