La extraña llegada de ejemplares de tortuga boba a las costas asturianas
Asturias

Desde el Centro de Recuperación de Animales Marinos de Asturias consideran que «es raro» que estén acabando en las playas del Principado individuos más o menos del mismo tamaño, «en tan mal estado y varados»
15 Jun 2024. Actualizado a las 05:00 h.
Diferentes colectivos medioambientalistas y de defensa de los animales han detectado un incremento de la llegada a las costas asturianas de ejemplares de Tortuga Boba, muchos de ellos muertos o en malas condiciones, en los últimos meses. También el Centro de Recuperación de Animales Marinos de Asturias (CRAMA) está tomando nota de la situación.
Desde colectivos como Surfistas Vigilantes del Mar o a Biosferaverde Asturias han animado a través de las redes sociales a que si cualquier persona ve algún ejemplar en la costa llame al 112 para notificar del avistamiento y que se active la red de varamientos, todo ello sin hacer nada a no ser que se reciban instrucciones en algún sentido por parte de los profesionales.
También piden que se mande información a ambos colectivos para ir completando el mapa de localizaciones de ejemplares de Caretta caretta. El mapa, de forma automática, va recopilando los datos que van aportando tanto particulares como entidades. La información volcada en observation.org aparece de forma automática. De acuerdo con los datos con los que cuentan, los avistamientos hasta la fecha han sido los siguientes:
El 27 de febrero, se avistó un ejemplar muerto en la playa de Frexulfe. El 30 de mayo, se observó cerca de Lastres un ejemplar enfermo, posteriormente recogido por el Centro de Recuperación de Animales Marinos de Asturias para evaluación. El 31 de mayo se avistó un ejemplar en malas condiciones en el Cabo Peñas
El 7 de junio se recogió un ejemplar enfermo en Luanco y el 8 de junio apareció muerto un pequeño ejemplar (20 cm y entre 1,5 y 2 kg), recogido por Salvamento Marítimo en Poniente (Gijón).
La tortuga boba (Caretta caretta) habita en el océano Atlántico, Pacífico e Índico, así como en el Mediterráneo. Pasa la mayor parte de su vida en el mar y en aguas costeras poco profundas, llegando rara vez a la costa, salvo que las hembras se aproximen para excavar nidos y depositar sus huevos.
Se trata de la tortuga con caparazón duro más grande del mundo. Los ejemplares adultos pueden pesar entre 80 y 200 kg, alcanzando una longitud que oscila entre los 70 y los 95 cm.
El Centro de Recuperación de Animales Marinos de Asturias (CRAMA) es un equipamiento habilitado para la recogida de animales salvajes, como tortugas o focas. Ejemplares que aparecen varados en las costas de la región y que necesitan ser rescatados por el personal de la Red de Varamientos.
En el CRAMA cuentan con cubas para alojar a los animales recogidos, así como un laboratorio para analíticas y su posterior toma de datos, con la ventaja de que, al ubicarse en las instalaciones del Acuario de Gijón, cuenta con acceso directo al agua de mar.
Su labor en la recuperación de ejemplares se une a trabajos de investigación de la fauna marina, de la contaminación de los océanos y de protección del medio ambiente. Otro de sus objetivos fundamentales, es la educación y la divulgación.
Susana Acle es, precisamente, la responsable de veterinaria e Investigación en Bioparc Acuario de Gijón. Explica que, en efecto, «están apareciendo varias tortugas, no un aluvión, pero sí varias». «Todas son del mismo tamaño, individuos jóvenes de un par de años de edad», apunta.
Estos avistamientos y recogidas de ejemplares se están produciendo «por las costas cantábricas y, en concreto, por la de Asturias han aparecido unos cuantas, algunas ya muertas y otras en muy malas condiciones». «Nuestro centro forma parte de la red de varamientos del Principado, entonces es el personal de Medio Ambiente coge a la tortuga cuando aparece y nos lo trae al centro», añade.
Susana Acle apunta que en las últimas dos semanas, dos ejemplares han llegado al equipamiento, «una fatal, que murió a los dos días, y la otra que llegó también en bastantes malas condiciones y la estamos recuperando».
La responsable de veterinaria e Investigación en Bioparc Acuario de Gijón recuerda que en enero, unos paseantes se encontraron en la playa de Bañugues con un ejemplar pequeño, varado y con la aleta delantera derecha prácticamente destrozada. «Estamos valorando poder soltarla en verano, que es cuando sube la temperatura del agua del mar, aunque, claro, con una aleta menos tiene sus riesgos».
Considera que «es raro» que estén llegando ejemplares de Tortuga boba a las costas asturianas, no tanto por su número, como por las condiciones en las que terminan llegando a las playas del Principado, ya que antes «no solían ser todas pequeñas, ni llegar en tan mal estado y varadas».
Explica que «la que está ahora en el CRAMA tiene un montón de plásticos y, además, una infección respiratoria grave». El objetivo pasa por «intentar conocer su origen», en colaboración con la Universidad de Oviedo a partir de un análisis genético.
En el caso de la primera tortuga que se recogió en el CRAMA se sabe «que venía de Colombia». Susana Acle hace un llamamiento a ciudadanos, surfistas o profesionales del mar, para que «si ven una tortuga en condiciones irregulares avisen al 112, porque será más fácil recuperarla en cuanto mejor estado esté».