Estas son las 10 playas más accesibles de Asturias
Asturias
Ayuntamientos costeros han llevado a cabo actuaciones en algunas de sus playas en los últimos años, instalando pasarelas, rampas y servicios adaptados para personas con movilidad reducida, aunque desde los colectivos de discapacitados se considera que aún «queda mucho por hacer»
19 Jun 2025. Actualizado a las 05:00 h.
Asturias, con casi 350 kilómetros de costa y más de 200 playas y calas, es un paraíso para los amantes del mar y la naturaleza. El litoral del Principado ofrece una gran variedad de paisajes: desde extensas playas de arena fina y dorada hasta calas más pequeñas y pedregosas, pasando por zonas abruptas y escarpadas. Precisamente, no todas estas joyas costeras resultan igualmente accesibles para las personas con discapacidad o movilidad reducida. A lo largo de los años, algunos ayuntamientos han realizado esfuerzos para mejorar la accesibilidad en algunas playas, instalando pasarelas, rampas y servicios adaptados, pero aún «queda mucho por hacer», apuntan desde diferentes colectivos.
La inclusión en estos espacios de ocio y esparcimiento es fundamental para garantizar que todos puedan disfrutar de las playas en igualdad de condiciones. En este reportaje podrás conocer cuáles son, por ahora, las playas más accesibles de Asturias y los servicios que ofrecen, aquellas en las que ya se han dado pasos importantes para convertirse en destinos inclusivos, permitiendo que quienes enfrentan dificultades de movilidad puedan vivir la experiencia de la playa con comodidad y seguridad. Así las 10 playas más accesibles o con mejores condiciones de Asturias de occidente a oriente son:
•Playa de Castropol: rampas, pasarelas, aseos accesibles, duchas accesibles, vestuarios accesibles.
• Playa de San Pedro de Bocamar (Cudillero): bandera azul, duchas, pasarelas, personal de apoyo al baño, rampas, sillas anfibias, vestuarios y aseos accesibles.
• Playa del Aguilar (Muros del Nalón): silla anfibia (solicitarla al servicio de salvamento), plazas de aparcamiento, rampa, aseos accesibles, mesas adaptadas en el área recreativa al lado de la playa.
• Playa de Soto del Barco: rampa, aseos accesibles, duchas accesibles, vestuarios, accesibles, boyas.
• Playa de Candás: rampa, pasarela, sillas anfibias, personal de apoyo, boyas.
• Playa de Poniente (Gijón): pasarelas, aseos accesibles, sillas anfibias, personal de apoyo, boyas.
• Playa de Rodiles (Villaviciosa): bandera azul, pasarelas, sillas anfibias y muletas, personal técnico y voluntarios para el apoyo en el acceso al baño.
• Playa de Santa Marina (Ribadesella): rampa, pasarela, aseos accesibles, duchas accesibles, máquina NOVAF, sillas anfibias, personal de apoyo, boyas.
• Playa de Barro (Llanes): playa con bandera azul, boyas y redes, personal de apoyo al baño, rampas, sillas anfibias y aseos accesibles.
• Playa de Toró (Llanes): boyas y redes, duchas, personal de apoyo al baño, rampas, sillas anfibias y aseos accesibles.
Eduardo Llano Martínez, presidente de la Asociación de Personas con Lesión Medular y Otras Discapacidades Físicas (ASPAYM Principado de Asturias), lamenta que aun a día de hoy las playas cien por cien accesibles de Asturias «casi se puedan contar con los dedos de una mano» porque la ratio de arenales que cuentan con todos los servicios que pueden necesitar las personas con movilidad reducida es «muy bajo». Y es que, aunque parezca que son muchas las que tienen servicios adaptados, el problema que se encuentran es que hay playas que cuentan con algunos unos servicios y otras con otros, pero que «son muy pocas» las que ofrecen la totalidad de ellos para poder estar cómodos y disfrutar de la playa.
Es por ello que Ángeles González, presidenta de la Asociación de Discapacitados Físicos de Avilés y Comarca (DIFAC), advierte que «más bien es tirando a difícil ir a la playa en Asturias cuando tienes movilidad reducida» porque, «aunque se ha mejorado, queda mucho por hacer y hay que seguir trabajando», ya que asegura que «hay sitios a los que todavía no pueden ir» y, por lo tanto, la realidad es que «todavía falta mucho para que haya una verdadera inclusión».
Un ejemplo de la dificultad que les puede suponer ir a la playa lo apunta Eduardo Llano, que llama la atención sobre que tengan que realizar reserva previa en los arenales más adaptados para personas con movilidad reducida «por si los horarios están completos para la utilización del anfibuggy o porque no haya personal de apoyo». Así, el mismo indica que ir a pasar un día de playa cuando se tiene discapacidad o movilidad reducida «es más difícil de lo que parece» y deja poco margen a la improvisación si, de repente, te apetece ir a pasar el día a una de las playas.