La Voz de Asturias

Los tesoros de Plácido Arango ponen en órbita al Bellas Artes

Cultura

J. C. Gea
Plácido Arango y Javier Fernández ante «P. Bustos de Lara», de Zurbarán, en el museo de Bellas Artes de Asturias

La primera muestra de la impresionante donación llevó 70.000 visitantes a las salas del museo en un año en el que la pintura triunfó también con Sorolla en el Niemeyer

31 Dec 2018. Actualizado a las 13:49 h.

Setenta mil visitantes para una exposición en un museo que no está en ninguna milla de oro es en sí argumento suficiente para que ese balance entre con honores en la crónica cultural de cualquier año. Pero en este caso -como casi siempre en cultura- el número es solo la nata del asunto. La auténtica noticia cultural de 2018 en Asturias está en lo que ha sido capaz de movilizar esa riada de visitas al Museo de Bellas Artes y en lo que su llegada ha supuesto de consolidación definitiva como uno de los museos de referencia en su género en España.

Porque muy pocos de ellos -en España y fuera- pueden han sido bendecidos con una donación como la que que Plácido Arango verificaba en 2017 y conocíamos al fin, vis a vis, recién empezado 2018: 31 pinturas y 2 esculturas que, más que incrementar, enriquecen, adensan y cohesionan los fondos del Bellas Artes, y de las cuales 12 obras se han quedado en él después de su primera exhibición. El resto han vuelto a manos del generoso donante, que dispondrá de ellas por el momento en usufructo vitalicio. La llegada de la donación Arango ha sido además la mejor campaña concebible para promocionar en museo cuyo valor -y de cuya plena disponibilidad- los asturianos están empezando a cobrar al fin plena conciencia.  Su primacía en el top asturiano un año más se basa en otro hit: los más de 26.000 visitantes de la fabulosa selección de obras del Museo del Prado Arte y Mito; un éxito que sin duda contribuirá a estrechar lazos entre la pinacoteca nacional y la asturiana y traerá nuevas alegrías.

El otro acontecimiento cultural del año también tiene que ver con el placer de encararse con la pintura de los maestros. La exhibición de los tesoros sorollescos de otro excepcional coleccionista de arte, Pedro Masaveu, ha atraído a 50.000 visitantes al Centro Niemeyer en la primera exposición al público de la totalidad de esas obras (de los cuales, es un placer recordarlo, 13 forman parte de la dación en pago al Bellas Artes). El escenario en la Cúpula y el inusual montaje aéreo también han contribuido a una seducción que pocos pintores son capaces de ejercer con el gran público tanto como Joaquín Sorolla.

 


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