La Voz de Asturias

Un Belén de los tiempos de Melchor Gaspar Baltasar (de Jovellanos)

Gijón

J. C. G. Gijón

La Asociación Belenista de Gijón echa el resto en la creación del belén de este año, una cuidada recreación del Gijón donde vivió el ilustrado, como agradecimiento a la concesión de la Medalla de Plata de la Ciudad

06 Dec 2018. Actualizado a las 18:40 h.

Una Sagrada Familia alojada no en un pesebre, sino en el pecio de un naufragio. Un ángel que, en vez de anunciar el nacimiento de Jesús a los pastores, se adelanta a Jesús mismo y predica a los pescadores. Un belén al borde del mar, al pie de la rampa frente a la capilla de San Lorenzo y un escenario que replica aquel que tanto amó y añoró Gaspar Melchor de Jovellanos, y que quizá por eso se lo hizo pintar en un paisaje a Mariano Ramón Sánchez. Todo ello confluye en el que seguramente sea el más trabajado y también el más meritorio de los belenes que ha creado la Asociación Belenista de Gijón, y que se exhibe desde ayer en el Centro de Cultura Antiguo Instituto con dos objetivos este año: el habitual de festejar la Navidad y el añadido y excepcional de agradecer a la ciudad la concesión de la Medalla de Plata de Gijón que este año se ha otorgado a la entidad.

De ahí que la asociación que preside Plácida Novoa haya echado el resto para un espectacular diorama que resitutye a las tres dimensiones a las dos de la marina de Mariano Ramón Sánchez. La antigua iglesia de San Pedro tal y como era antes de su destrucción en la Guerra Civil, el palacio de los Valdés, la capilla de San Lorenzo o la misma casona solariega de los Jovellanos han sido recreados con un primor que también se ha aplicado a las figuras creadas por José Luis Mayo. Nada se ha dejado sin mimar o sin alguna referencia reseñable: por ejemplo, el nombre que figura en el casco del barco naufragado que acoge a Jesús, José y María. Es Volante, el del bergantín donde Jovellanos hizo su último viaje huyendo de los ejércitos de Napoleón. Para el caso y con las licencias oportunas, el propio Jovellanos -que en realidad se llamaba Melchor Gaspara Baltasar- podría haber ejercido como rey mago, dado que su nombre de pila acumulaba los tres de los de Oriente.

El disfrute de la recreación del Gijón jovellanista tiene además prolongación en la exposición sobre el 225 aniversario del instituto de Jovellanos y sus distintas sedes instalada en el anexo patio central del CCAI, cuyo elemento central son también las reconstrucciones a escala de los edificios y su entorno.


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