La Voz de Asturias

Cortar qué

Opinión

Miguel Niño

27 Jan 2019. Actualizado a las 11:13 h.

Ni soy carnicero, ni mis herramientas preferidas son las que se usan en menesteres culinarios ni menos en el despiece de animales y afines.

Pero, me pregunto: ¿Por qué no cortarles el pitu a esas manadas y locos de la bravura machista cuando abusan  salvaje y sexualmente de jóvenes indefensas sin mirar edad, ocasión y autonomía? Se les enciende el piloto que menos ilumina y se lanzan sin pensar, sin escuchar, ciegos de ira.

Y es que en los Sanfermines últimos fue una manada de cinco los que se envalentonaron machotes sobre una víctima indefensa, sobre la presa que les satisfacía su instinto puramente animal.

Pero. De nuevo pero. Y es que en la primera semana de este nuevo año, otra manda de cuatro en el Levante español a otra joven de 19 años «atracaron». Y casi todos los días de este enero nos alertan de un nuevo caso.

¿Se han parado, queridos lectores? ¿Se han parado por unos instantes a pensar si hay desde antiguo o reciente alguna manada femenina que actúe de forma tan salvaje e inconsecuente?

Si ese caso se diera, propongo que se actúe con ellas con el firmo rigor y firmeza, haciendo profunda incisión en el miembro que más les afectara sin temor ni vergüenza.

Vivimos en libertad. ¿Por qué no respetamos la de los demás? ¿Por qué campar a sus anchas, sin control ni medida ni respeto a las normas ni a los derechos de los demás?

Éstas son algunas de las preguntas que nos podemos hacer en alto ante esta lacerante y sin respiro noticia que nos tiene en vilo al resto de la población.

Y, buscando con seriedad y respeto. Buscando propuestas de solución ante semejantes hechos probados: ¿es suficiente el «encierro» perpetuo como proponen ciertos partidos movidos por un populismo sin límites? O, ¿nos tenemos que contentar con la aplicación sin más de legislación vigente?

La ciencia que se preocupa del cerebro humano: ¿Es tan limitada que no da con la tecla para encauzar y llevar a buen puerto a estos cerebros desquiciados?

Es un problema social al que todos en la medida que nos corresponda debemos aportar nuestro granito de arena para hacer frente a esta triste realidad de una manera más efectiva y, si fuera posible, definitiva.

Ni soy carnicero, ni tengo solución a esta lacra que se manifiesta con mayor virulencia en estos momentos donde creemos que con tocar un botón o dar una orden se soluciona todo.

Ahora, tras estas reflexiones empieza la andanada. ¿Llegaremos pronto a la Meta?

No son buenas las prisas.


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