La Voz de Asturias

Y a las once en casa

Opinión

Álvaro González López

08 Apr 2021. Actualizado a las 05:00 h.

Siempre decimos que el ser humano se acostumbra muy rápido a lo bueno, sólo hay que ver a los Marqueses de Galapagar o a Rajoy cuando era presidente que lo que trabajaba era cuando leía el Marca. Pero al final nos acabamos haciendo a todo, y qué otro remedio nos queda. Si olvidamos el pasado, nos anulan el presente y no creemos en el futuro; no tenemos nada. Y con menos y nada, que es lo que es tener toque de queda, no poder ver a la familia y tener que cuadrar agenda y jugar al tetris con las mesas de los bares para ver a los amigos -porque a los amigos se les ve en torno a una mesa y tomando algo, todo lo demás son patrañas- vamos tirando ya unos cuantos meses.

Barbón anunció una rebaja de las restricciones de la covid: aumento del horario del toque de queda, modificación de las medidas en hostelería y apertura de hoteles. Y los grupos de WhatsApp empezaron a echar humo, tanto o más como cuando apareció una foto suya tomando algo en Caso o cuando se fotografió con Adriana Lastra en la terraza del Jamón. La gente empezó a hacer planes como si hubiese acabado una guerra y fuesen los vencedores: la covid ha muerto, champán para todos. Que también les digo, tomen champán siempre, porque es lo mejor que se puede tomar en cualquier ocasión.

Pero todas estas ilusiones y planes no son más que entelequias, puesto que el cambio en las restricciones será nimio: un poco menos de distancia entre las mesas, aumento hasta las diez o diez y media del horario de cierre de los bares, quizá seis personas por mesa y a las once en casa. La ilusión es lo primero que se pierde, por ello vivimos en la nostalgia de aquellos días y aquellas noches que no eran eternas pero sí infinitas. 

Con todo, trataremos de exprimir al máximo estas pocas horas más de semilibertad que se nos concede. Porque llegaremos al final de este túnel y veremos la luz, de esto estoy seguro, pero primero debe construirse y la obra se está haciendo más larga que la Variante de Pajares. Y recuerden, a partir del sábado, a las once en casa.


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