Un Primero de Mayo para el cambio

En 1886, Chicago había entrado en la revolución industrial. La ciudad era un hervidero de obreros mal vestidos, mal alimentados, con mala salud y que trabajaban jornadas de hasta 18 horas por salarios de miseria: eran esclavos que dejaron el arado por la fábrica. 

El 1 de mayo de ese mismo año, una huelga por la jornada laboral de ocho horas fue reprimida y un grupo de huelguistas fueron condenados a muerte. Se les conoce como «los mártires de Chicago» y en su honor se celebra en todo el mundo lo que conocemos como el Primero de Mayo.

Casi un siglo y medio después, como todos los años, mujeres y hombres de todo el mundo salimos a la calle con el mismo espíritu de los mártires de Chicago y la misma voluntad de lucha por una sociedad igualitaria y justa y por conseguir derechos laborales que dignifiquen nuestras vidas.

Toda ciudad industrial exhibe hoy una transformación urbanística que parece intentar eliminar los rastros del movimiento obrero, pero eso no impide que tengamos memoria: los edificios barco de Poniente no pueden esconder la historia de la construcción naval y sus luchas obreras. Pero es cierto que, dentro de nuestra ciudad, hay grandes diferencias. 

Los barrios obreros que entregaron las vidas de mujeres y hombres para el desarrollo industrial en el siglo pasado ven cómo les consume el aislamiento, el abandono, la precariedad laboral, la falta de perspectivas para los jóvenes, una población cada vez más envejecida y un manto de contaminación con graves efectos sobre la salud. 

Los grandes olvidados, al sur y al oeste de nuestra ciudad, claman por un cambio. En Xixón necesitamos oportunidades y futuro y queremos hacerlo de la mano de empresas sostenibles y de alto valor añadido, con salarios dignos y empleos de calidad. Ese puede ser el futuro de los terrenos de Naval Gijón, aunque hay quienes quieren crear en ellos una especie de complejo hostelero, y también debe serlo el puerto de El Musel, para que dejen de intentar convertirlo en el basurero de Europa, con un desguace de barcos ya en funcionamiento y la proyección de una planta de pirólisis que empeorará la situación medioambiental de la zona oeste. Queremos potenciar el Parque Científico Tecnológico y la Universidad. Queremos un turismo que no base su rentabilidad en la precariedad de quienes trabajan en el sector. Y queremos que los servicios de los que la Administración Pública es responsable sean públicos, que las personas sean el centro de las decisiones y no las razones puramente económicas, que desde las instituciones la mayor preocupación sea el bienestar social y la calidad de vida de quienes aquí vivimos y no el margen de beneficio empresarial, que se deje de privatizar y que se apueste por la calidad en el empleo para fomentar la calidad en los servicios que recibimos como ciudadanos y ciudadanas de pleno derecho.

Este Primero de Mayo, los ciudadanos y ciudadanas de Xixón salimos a la calle con el mismo espíritu de los mártires de Chicago: por más derechos, por un futuro. Para que esto cambie. Porque sí se puede.