La Voz de Asturias

45 aniversario de la caída en combate de Gaspar García Laviana

Opinión

Jose María Álvarez
Gaspar García Laviana.

20 Dec 2023. Actualizado a las 05:00 h.

Gaspar había caído en combate el 11 de diciembre de 1978. Acabamos de revivir su cuadragésimo quinto aniversario. Recuerdo que en el año 2008 hacíamos memoria del trigésimo aniversario. Fue un año importante para mí en lo que se refiere a mi relación con Gaspar García Laviana. Lo había conocido en dos o tres ocasiones en las reuniones de los curas de la Cuenca del Nalón. Cuando llegó la noticia de su muerte nos impactó sobre manera y fuimos muchos los que acudimos a su misa-funeral el día 13 de diciembre a Tuilla. Con el tiempo y el quehacer de la vida se fue borrando en mí la memoria de Gaspar. Tampoco había valorado la importancia histórica del personaje. Pero en el año 2008 José Ramón Pérez Ornia, que estaba al frente de RTPA como Director General, decide hacer un documental sobre Gaspar. Aunque cinco años joven, también él lo había conocido por haber vivido desde su infancia en Tuilla. José Ramón me invita a participar en el documental y RTPA me hace una entrevista, lo que me obliga a leer sus poemas y a buscar información sobre el misionero guerrillero.

Ese mismo año 2008 empieza a tomar forma un foro de curas, que luego sería también de mujeres y hombres seglares. En la reunión del 27 de octubre de 2008 decidimos darle al grupo el nombre de Foro Gaspar García Laviana. El Foro, junto con miembros de la Cantoría, se preocuparían en aquella época de la celebración de los aniversarios en Tuilla, manteniendo siempre cada año un primer momento en la iglesia, donde hay una misa, y después ante el monumento a Gaspar hacemos una ofrenda floral a la que se añade más gente. Actualmente participan en la preparación de estos actos las siguientes asociaciones: Asociación Asturiana Gaspar García Laviana, Asociación Por la Memoria de Gaspar García Laviana, COSAL, Foro de Cristianos Gaspar García Laviana y Soldepaz-Pachakuti.

45 aniversario de la caída en combate de Gaspar García Laviana

Como puede haber quien quiera saber la razón que este grupo de gente tiene para darle tanta importancia a Gaspar García Laviana, pues voy a tratar de resumir los valores tan estupendos que a mí me parece que encarna Gaspar y pueden ser los que hacen tan atrayente a este personaje asturiano.

En su escala de valores tenía un puesto central la dignidad de la persona. Al llegar como misionero a Nicaragua a finales de 1970 fue un revulsivo personal la situación en la que vivía la gente, sobre manera el campesinado, que eran la mayoría. Este país vivía desde 1936 bajo la dictadura de la familia Somoza. No es de extrañar que los derechos humanos estuvieran gravemente lesionados: analfabetismo generalizado, sin protección sanitaria, la mayoría en condiciones de vida de miseria, negada la libertad política, sindical y ciudadana. Una familia, y sus allegados, lo tenían todo y el resto no tenían nada. La jerarquía eclesiástica, obispos y curas, incluyendo a algunos religiosos con sus colegios, vivía protegida bajo el paraguas de la dictadura.

Gaspar había sido educado en España bajo la ideología del nacionalcatolicismo, pero su manera de entender a la sociedad y a la misma Iglesia católica fue cambiando muy rápidamente debido a las circunstancias eclesiásticas del momento. Su madurez intelectual se ha de producir mientras estudia en su seminario filosofía y teología, años 1959-1966. En este tiempo conoce la Doctrina Social de la Iglesia y contacta con la HOAC, movimiento obrero de cristianos. Es también el momento en el que se celebra el Concilio Vaticano II (1962-1965), que produjo un gran impacto renovador momentáneo en el catolicismo. Luego, en el primer año que está en la parroquia de San Federico, en el barrio de Valdezarza de Madrid, estudia Sociología en el Instituto León XIII y trabaja un tiempo en una carpintería como sacerdote-obrero. El año 1968 se considera como el momento en el que nace la Teología de la Liberación, a la que se adhiere Gaspar y es también el año en el que se celebra en Medellín la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM), No obstante, su manera de vivir el sacerdocio no le satisface y se ofrece voluntario con otro amigo, Pedro Regalado Díez Olmedo, a hacerse cargo de unas parroquias, Tola y San Juan del Sur, que están en el departamento de Rivas, al sur de Nicaragua, en la diócesis de Granada.

Con estas ideas que fueron conformando la personalidad de Gaspar y la situación tan ominosa que en la que vivían inmersos los nicaragüenses, a lo que hay que añadir el carácter impulsivo suyo y su especial sensibilidad ante el sufrimiento humano y las injusticias, como podemos percibir muy fácilmente en sus poemas, ya desde el primer momento los dos amigos comienzan a hacer una labor asistencial (dispensario médico, canalizan ayuda internacional que solicitan…). Al mismo tiempo llevan acabo iniciativas de promocional personal de sus gentes a través de una gran variedad de cursillos que imparten. Es constante también el estar haciendo una dura crítica de la situación en sus parroquias y a través de una emisora, Radio Rumbos de Rivas, hasta que les echan, por presiones del gobierno. Denuncian que haya escuelas que no existen y que el gobierno paga a maestros por impartir enseñanza en ellas, a médicos que engañan, a un hospital por malas prácticas, a un prostíbulo donde «trabajan» niñas, etc. En este último caso, después de varias denuncias, el juez termina ordenando su cierre, que la Guardia Nacional no obedece, porque ellos sacaban provecho de él. Al fin, cuando lo logran se van a otro pueblo y siguen las mismas condiciones de explotación y abuso de menores.

Gaspar se da cuenta de que nada serio y estable se puede hacer en aquellas condiciones. Por aquella época, después de una etapa de silencio para acumular fuerza (1971-1974), se había reactivado la revolución bajo la dirección del sandinismo, cuyo punto de partida fue el asalto el 27 de diciembre de 1974 a la casa de Chema Castillo, personaje importantísimo del régimen. Precisamente en el año 1975 es cuando Gaspar empieza a contactar con personajes importantes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), intima especialmente con Camilo Ortega, hermano del presidente actual, que caerá en la lucha, 26 de febrero de 1978. En la Navidad de 1977 escribe dos famosas cartas: una a la gente de la Iglesia católica y otra al pueblo nicaragüense, en las que les anuncia que se hace soldado del FSLN para acabar con la dictadura somocista. Tardará un año en caer en un combate contra la Guardia Nacional, dirigiendo él como comandante Martin una columna que iba a hacerles frente. Fue el 11 de diciembre de 1978.

Retomando la idea de reseñar la ejemplar personalidad de Gaspar, resumo: su sensibilidad ante el dolor humano, su valentía yendo a un país en una muy complicada situación política y social y, una vez allí, valientemente denuncia a los responsables de la situación y algunos importantes hechos aislados y termina, solidario y generoso sin límites con el pueblo sufriente, comprometiéndose en la lucha de liberación que mantenía el sandinismo contra la dictadura. Para completar la descripción de este admirable asturiano hay que añadir que, además de luchar hasta dar su vida por la libertad de la gente de un país que no era el suyo, él mismo fue ejemplo de libertad al no dejarse condicionar ni por amenazas y atentados de muerte, ni por las presiones de su obispo que pide a la congregación a la que pertenece que le saque de su diócesis, ni por la idea moral de muchos que afirmaban que un cura nunca podía coger las armas. Él se mantuvo firme en sus ideales: hacer un mundo mejor para el bienestar de la gente empobrecida, que, siendo maltratada sin límite alguno, tenía derecho a defenderse. Gaspar lo que hizo fue solidarizarse con su lucha.


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