Asombrosos que existan
Opinión
16 May 2025. Actualizado a las 05:00 h.
Estaremos de acuerdo que nos sentaría fatal que se hicieran públicas (sin nuestro permiso) ciertas conversaciones privadas (sean por WhatsApp u otro medio). Puedo entender que hay un interés periodístico con cualquier tema que concierne al Presidente del Gobierno, pero salvo que sus mensajes contengan un hecho relevante o que a través de sus palabras se le pueda comprometer de algún modo con un asunto judicial, yo no veo trascendente conocer su opinión sobre ciertas cosas, como por ejemplo lo que piensa de determinadas personas (tampoco se ha desvelado nada que no se sepa, particularmente en cuanto a su relación personal con algunos dirigentes socialistas).
Siempre hay interés en mezclarlo todo y son asombrosos que existan ciertos argumentarios. Lo digo porque estos días hay analistas políticos que han hecho el símil de M. Rajoy con Luis Bárcenas, pero aquel SMS de «Luis, sé fuerte» nada tiene que ver con lo que está transcendiendo con Pedro Sánchez y José Luis Ábalos. De todas maneras, creo que hay que tener cuidado con lo que se escribe, porque uno puede pensar que está en un entorno seguro, pero es evidente que cualquier envío de información conlleva perder el control total y, por tanto, se abre la posibilidad de que tu intimidad se vea vulnerada por una filtración. Con ello no quiero decir que haya que limitarse en las comunicaciones, pero sí al menos tener en cuenta los riesgos que conlleva.
Estos días me encuentro en la provincia de Castellón/Castelló. Gracias al nuevo vuelo directo con Asturias/Asturies pensé que era un momento ideal para conocer esta zona, que no la tengo tan explorada como Valencia/València y Alicante/Alacant. Si bien es cierto que estoy aprovechando el tiempo al máximo para visitar los enclaves más turísticos, no he querido perder la ocasión para ver con mis propios ojos otros sitios que son asombrosos que existan. El primero de ellos es el aeropuerto «del abuelo», tal y como lo definió Carlos Fabra en una conversación con sus nietos momentos antes de inaugurarlo a bombo y platillo (fue el 25 de marzo de 2011 y sin tener ni permiso para la navegación aérea ni un plan de vuelos). El expresidente de la Diputación hizo un discurso alucinante: «Hay quienes dicen que estamos locos por inaugurar un aeropuerto sin aviones. No han entendido nada del acto. Este es un aeropuerto para las personas. Durante un mes y medio, cualquier ciudadano podrá visitar esta terminal o caminar por la pista de aterrizaje». Dijo eso y se quedó tan pancho.
El paso del tiempo ha demostrado que se dilapidaron más de 150 millones de euros de dinero público para muy poco rédito. En la actualidad tiene muy pocas conexiones, lo que implica que esté prácticamente todo el día vacío y sin un ambiente similar al de la terminal de parecido tamaño como, por ejemplo, el de Anzu (todavía se utiliza Ranón de manera incorrecta para geolocalizar nuestro aeropuerto). O mucho me equivoco o va a ser difícil sacar algo de provecho de esta instalación ruinosa. Otro punto que recorrí fue «Marina d’Or» (hoy llamado «Magic World Resort»), en Oropesa del Mar/Orpesa (desconozco si José María Aznar sigue veraneando en la zona). La verdad es que me pareció todo un homenaje al espanto y al mal gusto. No sé si cuando su presencia publicitaria era machacona en las televisiones fue un espacio de éxito, pero en la actualidad presenta claros síntomas de abandono. Es verdad que desconozco si más adelante habrá más gentío, porque el complejo está pensando para el turismo de masas y hacer valoraciones en estas fechas puede que no sea lo más correcto. No obstante, sí que es notorio que aquella operación acabó en fracaso una vez que estalló la burbuja inmobiliaria. Al margen de estos dos lamentables ejemplos, no puedo terminar sin decir que creo que merece la pena visitar esta zona del País Valenciano, porque tanto los pueblos del interior (como Morella) como los de la Costa Azahar (Peñíscola/Peníscola) son maravillosos y dignos de ver.