La Voz de Asturias

¿Premio Nobel para Trump o para los gazatíes?

Opinión

Nuria Suárez
Un niño sostiene una bandera palestina durante una protesta en Gaza contra el plan de Trump

09 Oct 2025. Actualizado a las 05:00 h.

¿Cuál es el verdadero plan de paz de Estados Unidos para Gaza? El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el pasado mes de febrero anunció que convertiría Gaza en un complejo de vacaciones, haciéndose con el control de la Franja, sobre la base de que Netanyahu «acabara su trabajo» de limpieza étnica. Ocho meses después propone un plan de paz, en el que, si Hamás devuelve a los rehenes, Israel tendrá que suspender sus operaciones militares, liberar a 1.950 presos palestinos, y que se pueda reanudar la ayuda humanitaria, entre otros puntos. El plan de Trump propone una transición tutelada por Estados Unidos y no reconoce la soberanía del Estado palestino, pero implica frenar el genocidio.

¿Qué le ha hecho cambiar? ¿Han cambiado sus objetivos e intereses? ¿Está haciendo «puntos» para ganar el Nobel de la Paz? No. El factor de cambio ha sido la resistencia de los habitantes de Gaza, que ha permitido aglutinar un movimiento mundial de solidaridad.

La obstinada resistencia del pueblo palestino, como ocurre hoy también en Europa con el pueblo ucraniano, y con la de todos los pueblos que deciden no doblegarse ante una agresión imperialista, es capaz de desatar una energía inmensa.

La injusticia ha conmovido y movilizado a millones de personas de todo el planeta. Han sido miles las acciones promovidas por plataformas, asociaciones, profesionales, etc., que se han sucedido en nuestro país y en muchísimos más, sin justificar el terrorismo de Hamás, exigiendo el fin del genocidio y un alto el fuego definitivo.

Especialmente en estas últimas semanas, la acumulación de protestas, de movilizaciones, de iniciativas (como la flotilla con cientos de activistas que han puesto en riesgo sus vidas para romper el bloqueo) han supuesto una presión que ha influido de forma directa en las decisiones de los gobiernos. Un ejemplo significativo es cómo desde Roma, el gobierno italiano de Meloni, alineada con Trump y Netanyahu, pasó a enviar un barco de su Marina para «proteger» a la flotilla, tras una huelga general que paralizó Italia.

Esta presión social sobre los gobiernos de los cinco continentes, ha tenido su punto cumbre en la Asamblea de la ONU, cuando la inmensa mayoría de delegaciones, tras abuchear a Netanyahu, abandonaron la sala, dejándolo sólo y aislado con el único apoyo de EEUU.

Ha sido tras esta movilización mundial cuando se ha producido la reunión en la que Trump ha impuesto a Netanyahu el plan de «paz» de 20 puntos, que, aunque busca una paz bajo tutela imperialista y con impunidad para los genocidas, no tiene nada que ver con sus proyectos de febrero.

Es muy importante que no se enturbie esta realidad, ni se confunda. Hemos aprendido una poderosa lección para seguir defendiendo la causa del pueblo palestino y para muchas otras causas por las que es y será necesario luchar.


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