El necio mira el dedo

Minas asturianas convertidas en laboratorios que recrean las condiciones para cultivar en la Luna. Si se lo dicen al mi güelu en los años 50, chifla; pero es que si nos lo dicen al resto hace veinte años, también chiflamos. La prospección es una actividad arriesgada, el futuro es difícil de predecir, siempre aparece algún acontecimiento, algún hallazgo revolucionario, algún pequeño organismo que pone patas arriba todo lo que habíamos previsto. Y aun así, es obligado para organizaciones como CCOO tratar de mirar siempre más allá, intentar aportar algunas certezas y fijar al menos un rumbo en función de lo que sabemos. Descarbonización, I+D, el auge turístico o los brotes verdes demográficos son asuntos que desde hace tiempo perfilan el nuevo modelo asturiano.

Sabemos, por ejemplo, que no se puede acelerar la transición energética sin darles tiempo a las comarcas mineras a adaptarse. No se puede destruir empleo antes de crear puestos de trabajo alternativos. Que no se puede aspirar a la soberanía energética olvidando el ahorro, la eficiencia y sin precios de la electricidad asequibles. No se pueden ofertar ciclos de FP si luego no hay empresas en las que hacer prácticas remuneradas. No podemos abrir la puerta a gigantescos proyectos depredadores si vienen a destrozar el tejido económico. No podemos apostar por el turismo si va a ser grosero con nuestro entorno y expulsa a nuestros vecinos y vecinas de sus barrios. Ni pretender que el mercado de la vivienda se regule solo, sin políticas públicas. O que nuestros jóvenes se emancipen a edades razonables sin ofrecerles las oportunidades que necesitan. Sin las normas de igualdad las mujeres seguirán sufriendo todo tipo de violencias. Sin la presencia de los sindicatos en las empresas no tendrán garantías para denunciar injusticias en sus centros de trabajo. Y tampoco se pueden crear empleos al peso sin salarios dignos, sin seguridad ni libertad sindical porque no hay trabajo decente sin un sindicalismo fuerte. 

De todo eso hemos tratado a lo largo de las jornadas que CCOO ha venido organizando por toda Asturias para analizar el modelo productivo (la próxima el 16 de diciembre en Oviedo), con la participación de personas expertas de todos los ámbitos implicados: el energético, el económico, el social, el laboral… Para hacer el retrato más fiel posible del momento actual de nuestra comunidad autónoma y sacar conclusiones, claro. Certezas. Y una de las más rotundas es que tenemos la oportunidad de decidir cómo queremos que sea nuestro futuro. Está en nuestra mano si queremos un modelo equilibrado, sostenible, igualitario y público. 

Es posible contar con mejores servicios públicos, una mejor sanidad, mejor educación, una dependencia con más calidad o políticas de vivienda más eficaces, pero sólo si logramos una fiscalidad equitativa. Está en nuestra mano elegir, por ejemplo, cuidar el campo para evitar los nuevos incendios de alta intensidad. Elegir políticas transversales para afrontar el reto demográfico. Decidir si la universidad que lidere Asturies dentro de una década apostará por la investigación o por la pura rentabilidad. Está en nuestra mano prosperar desde la cohesión social y la igualdad de oportunidades, repartiendo los beneficios que creamos las personas trabajadoras. 

Esa es la fotografía que CCOO ha sacado de Asturias este año: que, partiendo desde la mina, podemos aspirar a alcanzar la Luna.