La Voz de Asturias

Último tranvía a Oviedo: cien años del nacimiento de un mito

Oviedo

DANIEL ROIG
Un tranvía bajando por la calle Toreno de Oviedo en dirección a Uría, en una imagen coloreada que se tomó sobre los años 30 del siglo XX

Cómo la ciudad creó y perdió (y nunca recuperó) en solo tres décadas su transporte más ecológico

09 May 2022. Actualizado a las 05:00 h.

Acaban de cumplirse cien años de la inauguración del tranvía eléctrico en Oviedo. Un sueño que duró poco más de 30 años y que acabó en el 1956, cuando el ruidoso y más contaminante autobús vino a sustituirlo. Las vías por donde viajaban esos elegantes cochecitos que aún se pueden ver en muchas capitales europeas desaparecieron bajo el asfalto y nunca (aunque hubo algún proyecto) se volverían a recuperar.

Ya desde el siglo XIX existían tranvías de tracción animal en Oviedo. Hacia 1891 se inauguraron los coches tirados por mulas, fabricados en Inglaterra por la empresa The Falcon Engine and Car Works Ltd., que tenían pasillos corridos y plataformas abiertas en los extremos. La empresa es absorbida por Ferrocarriles Económicos y, en 1915, finalmente desaparece este transporte. El ayuntamiento ya se planteaba una opción más moderna, casi revolucionaria.

La línea 2 del tranvía de Oviedo, que hacía el trayecto entre Colloto y Buenavista, en una imagen de los años 30 del siglo XX

El tranvía eléctrico se inauguró el domingo 30 de abril de 1922, pero realmente comenzó a funcionar el 2 de mayo, con un coste de 15 céntimos de peseta por viajero y trayecto. Tenía 18 coches rojos, numerados y distribuidos en tres líneas que hacían trayectos realmente largos teniendo en cuenta el tamaño de Oviedo, puesto que salían mucho del casco urbano. La primera circulaba entre la plaza del ayuntamiento y Lugones (roja), la 2 entre Colloto y Buenavista (verde), y la 3 entre los barrios de San Lázaro y La Argañosa (azul).

Pero desde el principio, el tranvía sufrió problemas técnicos: los vagones descarrilaban a menudo, quizá porque sobre las vías caía todo tipo de desperdicios y muchos vehículos pasaban por encima, deteriorándolas. El caso es que el mismo día de su inauguración, en la larga pendiente recta de la calle Toreno el tranvía se descontroló, descarriló al final de Uría y causó siete muertos y muchos heridos: ya entonces era un punto con mucha afluencia de público.

El último tranvía que circuló por Oviedo, en la calle Uría y durante el año 1956. Esta línea convivió con los modernos autobuses que lo sustituyeron

El tranvía sobrevivió a la revolución del 34 y a la guerra, pero no a los nuevos tiempos del motor de explosión. Se produjo un declive económico, seguido de un deterioro financiero y, por tanto, de mantenimiento. En ese fatídico año de 1956, el ayuntamiento consideró que renovar las infraestructuras era muy costoso y rescindió la concesión. Desaparecieron las tres líneas y, en el mes de febrero llegaron a Oviedo dos autobuses Pegaso que los ovetenses bautizaron rápidamente como los sidrobuses, por hacer el servicio entre Las Caldas y Colloto, este último, lugar de destino muy popular para tomar sidra. El 2 de septiembre, el último coche llegaba a destino para no salir nunca más.


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