El canterano, tal y como confirmó Herrera, se quedará en el Sporting
23 jul 2017 . Actualizado a las 13:53 h.No todas las cesiones sirven. Existen para que los jugadores tomen continuidad y confirmen lo que prometen ser. Algunos se estancan, otros simplemente cumplen y otros se ganan un regreso. Dentro de los normales debates que se suelen producir, a Pablo Pérez hay que colocarle en el tercer grupo. Desató dudas entre la afición durante su temporada en Alcorcón, pero a su vuelta a Mareo ha necesitado una sola semana para convencer al que decide: el entrenador. Y fue precisamente Herrera el que confirmó que Pablo se ha ganado un sitio en Gijón. Un sitio en el proyecto.
Es un lugar que el canterano tuvo y perdió, sin saber muy bien por qué. En la campaña del ascenso fue uno de los jugadores más destacados pero Primera le quedó grande. Pocos minutos y timidez. La misma que parece haberse quitado. Con mayor o menor suerte, su estancia en Madrid le ha servido para madurar. Ahora llega su momento. La cantera tendrá presencia con Paco Herrera, eso es innegable, y quizás el mejor ejemplo para los que llegan tenga que ser Pablo.
Mucha competencia en la mediapunta
Pablo Pérez es uno más en la terna para jugar en el enganche. Víctor, Moi Gómez, Ndi e incluso Borja Viguera. Eso no parece asustar al de la Arena. Su golazo ante el Guijuelo en el primer partido de pretemporada demostró que Pablo se ha quitado los complejos. Él quiere volver a ser el de hace tres temporadas, y la grada está más expectante que nunca para ver si el Erasmus del 22 por Santo Domingo ha sido productivo.
La vida profesional de un futbolista se compone de etapas, y lo de Pablo Pérez es un dejavu, un regreso al pasado. Un objetivo particular: hacerse un sitio en el equipo titular. Un objetivo general: el ascenso. Y que esta vez sea para quedarse. Para que se quede el Sporting y para que se quede Pablo. El primer paso, pequeño pero necesario, ya lo ha dado.